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Entradas etiquetadas como ‘civismo’

¿Existe el civismo en los dueños de mascotas?

Por Manolo Cabello Salazar

 

Imagen de archivo de un perro en el metro

Imagen de archivo de un perro en el metro

Desde hace tiempo se consiguió por ley obligar a que los dueños de perros recogieran sus excrementos. Un paso hacia la convivencia y el civismo; pero queda ensombrecido todo el trabajo conseguido por la falta de consciencia a la hora de dejar que los animales orinen en cualquier parte de la vía pública, sobre todo en los portales y fachadas de los edificios.

Está claro que no puedes impedir al animal que orine,ni puedes recogerlo como en el caso de los excrementos; pero sí intentar que no lo haga en sitios molestos para otras personas.

Si las personas tuvieran un poco más de civismo y educación, se evitarían problemas innecesarios para otras personas. Al final no habrá más remedio que, como en otros aspectos de la vida, legislar al respecto para evitar la vergonzosa situación que degradada y deteriora la vía pública.

 

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Por Sergio Fernández

En respuesta a la opinión de Manuel Cabello:

Estoy totalmente de acuerdo con el perjuicio que ocasionan los orines de perros en la ciudad. Cada vez hay más y cada vez menos plazas no enlosetadas y zonas verdes. Además, los orines están más concentrados.

Sin embargo, no estoy de acuerdo con que los dueños no pueden hacer algo al respecto.Hace unas semanas, al salir por la mañana me llevé una muy grata sorpresa con una vecina que tiene dos perros enormes.

Llevaba en la mano una botella de plástico llena de agua, y allí donde sus perros orinaban ella echaba un poco de agua. Eso sí que es civismo. No sé quién es, pero si lée este periódico, quiero desde aquí felicitarla. Si todos los dueños de perros actuaran así, la ciudad luciría mucho mejor. Todo sin entrar en cómo se gestiona la limpieza actualmente.

Emigrantes o inmigrantes

Por Gerson Hernández

(Juanjo Martín /EFE)

(Juanjo Martín /EFE)

Seis de la mañana, empieza la lavadora del vecino de arriba. Aunque quizá debo agradecer que ya no la ponga a las dos o a las tres de la madrugada como hace unos meses, y que ya no tenga que pasar el calvario de la vecina del quinto escuchando «bachatita» a todas horas. Aunque puede ser peor, como por ejemplo el del bajo, que tiene que soportar una iglesia que tiene alquilado el local de la esquina. Y así podríamos seguir un buen rato con este tema.

Hace unos meses, un periódico nacional, pedía a la gente que estaba en otros países buscando trabajo, que diera sus consejos a los españoles que planeaban seguir el mismo camino. Nadie hizo referencia a las normas de convivencia, de civismo o a un comportamiento adecuado a la cultura del país donde se encontraban. No hubo un: «debes ser respetuoso o educado en esto y aquello». ¿Tan difícil de entender es que, por diferente que sea nuestra idiosincrasia, es imposible querer que todo un país se amolde a nosotros? ¿No es más fácil seguir sus reglas, leyes, normas y costumbres? ¡Por favor! Dejen de sentir y creer que cuando llegan a un lugar remoto al que nacieron, lo vuestro es mil veces mejor. No es así, tan solo es diferente. No tachen a los nativos de cualquier ciudad, pueblo o país de racista simplemente porque no les dejan seguir la fiesta hasta las cinco de la mañana, tomar cervezas en el portal del edificio o sacar la basura cuando les venga bien, entre muchas otras cosas.

Un consejo para los inmigrantes y los emigrantes: «Cuando a Roma fueres, haz como vieres» (El Quijote II 53). Sencillo refrán y cuando se aplica, lo mucho que llega uno a ganar. ¡Ah!, por cierto, yo soy inmigrante también.

Incívicos en el tren en Barcelona

Por Carlos Martínez

Cojo a diario emetrol tren en la estación de Passeig de Gràcia [Barcelona], y observo a bastantes usuarios sentados en las escaleras de acceso al andén. Están ahí sentados a pesar de haber un cartel prohibiéndolo expresamente. Incluso se explica el motivo: «Se dificulta el paso de los demás». Pero ni aun así. A menudo veo a personas mayores llamarles la atención. Porque al no poder usar la baranda, corren el riesgo de caer escaleras abajo (hay 30 peldaños). Un día que estuvo a punto de caer una anciana fui a pedir al guarda de seguridad que hiciera levantar a los allí sentados. Pero observé que el guarda tenía los ojos llorosos, algo debía haberle sucedido. Y cuál fue mi sorpresa cuando me dijo: «¿Qué quiere que les diga? Estoy harto de que me insulten». Egoísmo, insolidaridad, incluso barbarie. La ley de la selva.

Los ciclistas incívicos son la excepción

Por Francisco Javier Sotés Gil

C:UserslbelenguerPicturesTU BLOGbic0001.JPGLeo que arranca una campaña de sanciones a los ciclistas que incívicamente van por las aceras y jardines de Valencia. Al respecto, la presidenta de la Federación de Vecinos pide que antes de multar se debería hacer una campaña informativa. Me gustaría contestarle a la presidenta que dichas campañas se han ido haciendo desde hace al menos tres años. Se han entregado folletos explicativos antes de multar a los muchos ciclistas que estaban contraviniendo las normas aprobadas por el Ayuntamiento. Además, esta información ha salido en todos los medios de comunicación valencianos y uno mismo, que a veces se atreve a coger la bicicleta, ha entregado a compañeros ciclistas muchos folletos que explicaban las directrices a seguir.

Hay que decir también que muchos ciclistas son personas correctas y van por donde se debe circular. Para ello, los ciclistas disponemos de todas las calles de la ciudad por donde circula el tráfico, además de los carriles bici al efecto y las ciclocalles. Por eso, no entiendo por qué algunos incívicos se burlan de los peatones cuando les llaman la atención por circular indebidamente por las aceras. Está todo muy bien explicado, los que no hacen caso, salvo excepciones, es porque su ego les hace ser y sentirse superiores a las normas de tráfico y a los demás seres humanos.

La impunidad de los fumadores

Por Ricard Alapont

Desde siempre, parece que los fumadores gozan de cierta impunidad en lo que a incivismo se refiere. Hablo de las dichosas colillas que nos encontramos en cualquier rincón de nuestros pueblos y ciudades, incluso en plena naturaleza. Colillas

Si bien es cierto que no estaría de más que los ayuntamientos dotaran a todos los cubos de basura de ceniceros (sólo los encontramos en escasos cubos de algunas ciudades), debemos recordar que el ser fumador es una elección, y por tanto esto no da derecho a deshacerse de la colilla donde a uno le plazca.

Estoy harto de ver a gente arrojando las colillas al suelo sin ningún pudor, hasta parece que está socialmente aceptado. Si tiramos un papel o basura al suelo, puede que los conciudadanos de nuestro alrededor nos miren mal o nos lancen algún improperio. En cambio, si tiramos una colilla nadie se escandaliza. Pues a mí me parece igual o más reprobable incluso.

En mi opinión, debe ser obligación del fumador el buscar un cenicero o procurarse de algún sobre especial o recipiente donde desechar la colilla. Los ayuntamientos deberían tomar cartas en este asunto y no permitir que se sigan ensuciando impunemente las calles.

Cuando el ciclista es un incívico

Por Teresa

Quiero desde aquí expresar mi descontento con los ciclistas que a diario me intimidan a gran velocidad por las aceras. Como usuaria de la bicicleta y amante de este deporte que practico únicamente los fines de semana me gustaría que por parte de las autoridades tomaran en cuenta que por las aceras de Madrid caminamos personas que nos dirigimos a nuestro trabajo, escolares, personas mayores a sus quehaceres o sus revisiones médicas, y últimamente gran número de personas en bicicleta que no respetan la normativa de ir por las aceras a paso de peatón, con el consiguiente peligro para la integridad de éstos.ciclista

Ya que mi trayecto al trabajo me exige ir caminando durante 20 minutos aproximadamente, podría contar una anécdota diaria, algunas han sido verdaderamente peligrosas para mí y no ha ocurrido un accidente por segundos, pero la que más me ha dolido hasta el momento es la que ha tenido por protagonista una ciclista en la calle Bravo Murillo rozando a 5 centímetros a toda velocidad a mi madre cogida de mi brazo que la dejó temblando, mi madre tiene 80 años y por tanto su estabilidad es muy precaria.

¿Hasta cuándo las autoridades van a seguir cerrando los ojos ante este problema provocado por el incivismo de los ciclistas que a diario se dirigen a sus destinos a toda velocidad por las aceras?

Algunos (sucios) hinchas alemanes

Por José Antonio Pozo Maqueda

Y yo que pensaba que, en general, los alemanes eran gente educada y civilizada. Pues bien, el pasado martes 6 de noviembre, seguidores –no se veían apenas mujeres- del Borussia Dortmund dejaron la Puerta del Sol [de Madrid] como un estercolero: todo el suelo de la plaza estaba lleno de botes de cerveza vacíos y bandejitas de cartón. Una vergüenza. ¿Se comportarán estos recios teutones del mismo modo en su suelo patrio? Lo dudo