Hay algo perturbador en conocer la noticia de que una estrella del cine o la televisión comete un delito en la vida real que acaba por mandarla a la cárcel. Es especialmente turbio cuando esa estrella en cuestión es querida por representar papeles entrañables y, con ello, ganarse el más familiar afecto del público. Pero si algo nos enseña el tabloide es que nadie puede declararse libre de actual mal o, incluso, actuar con maldad, y cada cierto tiempo acabamos por conocer la noticia de que una figura, supuestamente incorruptible, pues… Estaba corrupta.
Estos son algunos de los casos que más llegaron a remover al público al darse a conocer.