Existen, básicamente, dos tipos de malas secuelas:
Están las que surgen de un éxito que se pretende alargar en un sinsentido y acaba, inexorablemente, por convertirse en un fiasco absoluto (como podrían ser, por ejemplo, las secuelas de Psicosis). Y luego están las que son un sinsentido de por sí y, en un esfuerzo por aportarles algo, cuelan como segunda parte de algo que haya triunfado, aunque no tengan nada que ver.
Pues la película de Mila Kunis de la que vamos a hablar pertenece al segundo grupo.
Convertida con los años en una de las actrices favoritas de Seth MacFarlane (es la voz de Meg en Padre de familia y ha protagonizado Ted), el gran público la recuerda por algunas maravillas regaladas en forma de cine de distintos géneros. La tuvimos en drama en Cisne negro (2010), en acción en Max Payne (2008), en fantasía en Oz (2013), en comedia en Malas madres (2016) e incluso en animación en El parque mágico (2019). Todas ellas (que son una pequeña muestra), películas en las que merece la pena invertir un par de horas de nuestra vida.
La actriz se había estrenado en los ’90 en televisión, primero con episódicos en distintas series (Infelices para siempre, Walker, Siete en el paraíso) y la fama y el cariño le llegaría con su papel de Jackie en Aquellos maravillosos 70, que mantuvo desde 1998 hasta 2006.
Y justo en esta época, cuando empezaban a ofrecerle papeles para cine, fue cuando aceptó el papel protagonista en la que, no solo es una de las peores secuelas de la historia del cine, sino que seguro es la peor decisión de su carrera: American Psycho 2: El legado de Patrick Bateman.
Sí, la cinta que originalmente protagonizó Christian Bale tuvo una segunda parte, muy muy cogida por los pelos. Su frasecilla promocional, «Más enfadada. Más mortal. Más sexi» os puede dar una idea de la calidad de la cinta en general.
Originalmente iba a titularse La chica que no moría (que telita), pero en el último momento retocaron el guion para meter una minúscula subtrama relacionada con Patrick Bateman y así poder ponerle la pegatina de American Psycho 2.
Un fiasco que no hay por donde coger, ni en guion ni en desarrollo, que queda lejos del más ajustado aprobado en todos los portales de cine y en el que, lamentablemente, ni siquiera podemos salvar la interpretación de Kunis, aunque no le podemos echar la culpa: realmente no tenía con qué trabajar.
Lo extraño, viendo el devenir posterior de su carrera, es que llegara a aceptar el papel.