Según cómo lo pillara el plano parecía más grande o más pequeño. Junto a Madame Maxime parecía ridículo, entraba bien por la puerta de la cabaña a donde fue a recoger a Harry por primera vez en La piedra filosofal y en la mesa de profesores parecía esperpénticamente enorme. Especialmente cuando le tocaba sentarse junto a Flitwick.
Pero ya fuera cuidando de dragones o cuidando pequeñas arañitas, Rubeus Hagrid es la versión boscosa del más entrañable Gran Gigante Bonachón. Y es imposible no quererlo.
Detrás de este personaje, esta maraña de pelo y esta barba marinera, se encontraba Robbie Coltrane, un actor escocés, mucho más bajito de lo que pudiera uno imaginarse (medía 1,85 cm.), que llevaba en activo desde 1979 y que alcanzó la fama internacional cuando interpretó al guardabosques/profesor de cuidado de criaturas mágicas de Hogwarts.
Ayer, el mundo se enteraba de la noticia de su fallecimiento. La segunda estrella que nos deja esta semana, después de haber despedido, solo tres días antes, a la eterna Angela Lansbury.
Os puedo contar, como anécdota casi, que una de sus primeras apariciones en la gran pantalla (en 1980) fue como extra en Flash Gordon, y que en el Reino Unido era ya muy conocido y querido por interpretar a principios de los ’90 a Fitz en Cracker, una serie de películas de misterio policiaco (25 en total) en la que Fitz es el protagonista, un psicólogo especializado en criminología «antisocial y desagradable pero con un don para resolver crímenes».
La última de las películas de Cracker (bueno, la penúltima en realidad, porque hicieron una más en 2006) data ya de 1995. Tal vez recordéis (haciendo un poco de esfuerzo) haberlo visto ese mismo año en 007: GoldenEye o, en el 99, en El mundo nunca es suficiente, ambas en el mismo papel (Valentin Zukovsky).
Y llegó 2001 y con él la catarsis: Coltrane se convirtió en Hagrid El Gigante (así aparece en los créditos de La cámara secreta) durante 10 años, y así, innegablemente, pasará a la posteridad. Poco importa que, en ese intervalo (2001-2011), apareciera también en Van Helsing u Ocean’s Twelve, por ejemplo. Si no tenía barba y maraña de pelo (y tal vez algún bicho en el brazo), no era él.
Hace una década que la saga terminara, y desde entonces creo que sobra decir que siempre fue un tipo bastante discreto, tanto en lo profesional como en lo personal. En este último aspecto, solo llamó la atención ligeramente en 2020, cuando hizo alguna declaración sobre el famoso tuit de J. K. Rowlilng.
Robbie Coltrane, el Hagrid de #HarryPotter, no cree que los comentarios de J.K. Rowling sobre las personas trans fuesen «ofensivos» https://t.co/5mzRl8sHau
— SensaCine (@SensaCine) September 16, 2020
Recuperó una de sus primeras facetas interpretativas: el doblaje. Participó en varias producciones de El Grúfalo y era la voz de Lord Dingwall en Brave, por ejemplo.
Se volvió a meter en la piel de Hagrid un par de veces para productos ocasionales, como el videojuego de Lego Dimensions o algún pequeño vídeo promocional de marketing de la franquicia (como una montaña rusa).
En 2016 protagonizó los cuatro episodios de National Treasure, la serie de hulu sobre un cómico (el «tesoro nacional» en cuestión) que se ve «sumido en el caos» cuando es acusado de abuso sexual.
Su último trabajo en pantalla lo vimos en 2020, cuando interpretó a Orson Welles para Mitos urbanos, la famosa serie antológica británica que versa sobre algunas de las leyendas urbanas más conocidas que se ciñen sobre los famosos.
Coltrane tenía 72 años, y fue su agente quien comunicó oficialmente que el actor había fallecido tras una larga enfermedad.
Toda una generación (varias en realidad) de potterheads lo recordarán para siempre y, como él mismo dijo en una ocasión:
«Es bonito. Las películas de ‘Harry Potter’ estarán ahí para siempre, y mis nietos las podrán ver y disfrutar. Y yo ya no estaré ahí para verlo. Pero Hagrid sí estará».