Nació un año antes que la reina de Inglaterra, en 1925, y se ha ido poquito después: ayer, 11 de octubre, el mundo decía adiós, a sus 96 años, a Angela Lansbury: una de las intérpretes más queridas del mundo, una actriz desde los huesos que se mantuvo en activo hasta el último momento.
De quienes andamos por aquí, tal vez haya quien aún recuerde haber visto a Angela Lansbury en La Bruja Novata, una de las películas más queridas por quienes llegaron al mundo allá por los ’70.
Aunque, para una gran mayoría, será más fácil ubicarla en el papel que la hizo inmortal en nuestras pantallas: el de Jessica Fletcher en Se ha escrito un crimen. La serie estuvo en pantalla desde 1984 hasta 1996, nada menos. Más de 250 episodios apasionantes, donde nadie conseguía escapar de sus brillantes dotes deductivas.
Yo era una cría, pero supe que quería aprender mecanografía y que quería dedicarme a escribir toda mi vida cuando la conocí. Era mi referente (de los pocos referentes femeninos, por entonces) y, por si fuera poco, se llamaba como yo: Jessica. Jessica Fletcher. Inteligente, independiente y arrolladora. ¿Quién no querría ser como ella?
Consiguió convertirse en una de las actrices más queridas y mejor consideradas a lo largo y ancho del planeta. En 2013, de hecho, se le concedió el Oscar honorífico a la trayectoria profesional.
La mayoría de nosotros la recordamos, claro, por su papel de Jessica en Se ha escrito un crimen, pero la trayectoria de Angela, que comenzó en 1944, pasó por grandísimos y más que reconocidos papeles (aparte del de Miss Price en La bruja novata), como el de Eleanor en El mensajero del miedo, por no hablar de tantas y tantas veces en que su característica voz se encontraba, en su versión original, escondida tras una voz en off, una narración o un personaje casi tan querido como ella misma, y si no ahí tenemos A propósito de Schmidt y a la mismísima Sra. Potts en La bella y la bestia. Hay, además, una curiosidad preciosa en su participación en esta película de Disney, y es que Lansbury pensaba que sus dotes para el cante no eran suficientes para interpretar el tema central del baile, así que solicitó que se contratara a una cantante profesional que pudiera «hacerlo mejor». Los directores le dijeron que vale, pero que si le importaba grabar una muestra para poder utilizarla ellos en la selección de la cantante y tenerla de reserva por si acaso. Angela grabó la canción una sola vez con ese fin, y fue la grabación que se usó para la película.
Angela, como todos los grandes talentos interpretativos que ha parido la pérfida Albión, dedicó sus años al teatro, y estuvo presente en esas tablas, desde 1957, en títulos tan apasionantes como El rey y yo, Sweeney Todd (título en que también estuvo en TV), Paseando a Miss Daisy o, hace relativamente poco (en 2015), Blithe Spirit, en la que también participó en Broadway.
What a national treasure! 😍 The marvellous Angela Lansbury starred in Blithe Spirit at the Gilegud Theatre (March 2014) after a 40 YEAR ABSENCE. 💗🔍 We miss you! #ThrowbackThursday pic.twitter.com/992Lyo1bpy
— Encore Tickets (@EncoreTickets) January 10, 2019
Pero también nos ha regalado algunas apariciones en cine y películas para TV que no podrían haber sido más entrañables. La última que llegó a estrenar fue Buttons, al lado de Dick Van Dyke.
Aunque también la vimos, claro que sí, en el esperadísimo El regreso de Mary Poppins, en 2018 y también (como no podía ser de otra forma) junto a Dick Van Dyke, donde apareció brevemente como la dama de los globos.
El año pasado se había incorporado a su último proyecto: Las aventuras de Buddy Thunder, un drama familiar del que de momento se conoce poco, aunque sí sabemos que su estreno está previsto para 2022 y que centra la historia en un hombre que, discapacitado tras un accidente de avión donde pierde a su pareja, rescata en la calle a un cachorro que terminará por convertirse en «el perro de carreras más rápido del mundo». Pero el proyecto se paralizó, y la que habría sido la última película de Lansbury (que tenía fecha de estreno para este año) no llegó a materializarse.
Adiós, eterna Angela.
Llorad un poco, si queréis. Yo lo he hecho :’)