Pocas cosas hacen que a la gente le explote tanto la cabeza como descubrir que Pesadilla antes de Navidad de Tim Burton NO ES de Tim Burton.
Y no pasa nada, porque, a ver, si en el título dice que es de Tim Burton, ¿cómo no va a ser de él? Pero todo tiene una explicación que merece ser contada y más conocida de lo que es:
En los años ’80, mientras Burton era un animador para Disney, paseando un día se encontró por casualidad con un escaparate en el que estaban quitando la decoración de Halloween para ser sustituida por la de Navidad, y durante un breve espacio de tiempo adornos y motivos de ambas fiestas convivieron tras el cristal.
Esto inspiró a Burton para escribir un poema de varias páginas al que tituló Pesadilla antes de Navidad, en el que aparecían tres únicos personajes (Jack, Zero y Santa Claus). Ese poema, por cierto, es leído por Christopher Lee en una pequeña animación de la NBC que, si no me equivoco, se incluyó después en la edición especial en DVD de la película.
La cuestión es que el poema original sí es de Burton (de ahí su nombre en el título: Tim Burton’s Nightmare Before Christmas), porque era su poema, su «pesadilla antes de Navidad», pero la película, gente mía, no es suya: es de Henry Selick, un gran director de animación condenado, desde entonces, a no ser reconocido, escondido en la sombra de Burton, quien durante los años que duró el rodaje solo se personó un par de veces en la producción para ver qué tal iba todo, pero sin más implicación.
De hecho, solo tres años después de Pesadilla ambos volvieron a trabajar juntos en James y el melocotón gigante, la adaptación del libro de Roald Dahl, que todo el mundo asocia a Burton (que fue productor) asumiendo en automático que fue también creador y director, mientras que la dirección y la co-producción fueron obra de Selick.
Pero si os doy otro título, que probablemente, por su estética, muchos asocian a Burton aunque no lo es, enseguida os daréis cuenta de que, en efecto, este y Pesadilla antes de Navidad guardan mucho parecido: Los mundos de Coraline, del mucho más cercano 2009.
Entre medias, tal vez os guste saber que también dirigió Monkeybone, aquella divertida comedia protagonizada por un Brendan Fraser que todavía estaba en su primer apogeo.
Después de Los mundos de Coraline, Selick se embarca este año (¡trece más tarde!) en un proyecto de dirección en el que se siente su mano por todas partes y que se estrenará el próximo 28 de octubre en Netflix: Wendell & Wild.
Y es que si en alguna parte tiene que estar Selick es en Halloween, no hay duda.
En Wendell & Wild dos hermanos demonios (Wendell y Wild) piden ayuda a Kat para convocarlos a la Tierra de los Vivos. Una vuelta prometedora para un director injustamente escondido siendo uno de los mejores directores de animación de todos los tiempos.