No puedo confirmar ni desmentir que me haya acordado de Kenny G a colación de una conversación con mi compañera, Melisa Tuya. Pero, oye, ya que estamos…
Para muchos, el saxofón tuvo un antes y un después de la llegada de Kenny G, con su melena rizada a lo Rambo y sus sensuales melodías. Sus canciones no necesitaban letra ni voz, eran románticas por sí mismas.
Con su cuarto disco, Duotones (1986), tocó la nota apropiada, dio con esa misteriosa fórmula que proporciona el éxito mundial. Acompañó su saxo con una batería suave y unos teclados al uso y consiguió lo impensable: su disco, casi enteramente instrumental, vendió 4 millones de copias solo en Estados Unidos, situándose en lo más alto de las listas de éxitos, compitiendo codo con codo Madonna o Michael Jackson.
Posando en 2008. (GTRES)
Kenny era un portento, no llegó ahí por casualidad. Era el Ara Malikian del saxofón. Empezó a tocar con 10 años y siendo adolescente ya acompañaba a la banda de Barry White. Se graduó magna cum laude en la universidad con el aspecto que cabe esperar del que saca todo dieces. Tal que así:
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- El pequeño Kenny Bruce Gorelick en sus inicios musicales.
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- En su juventud.
Y este «empollón» desbordaba talento por los cuatro costados y consiguió que su canción Songbird, el tema principal de su famoso disco Duotones, diera la vuelta al mundo.
Se convirtió en el himno oficial del cierre de toda clase de establecimientos: centros comerciales, discotecas, bares, restaurantes… Además de copar los hilos musicales del planeta Tierra.
Grandes artistas de todos los palos se lo rifaban para hacer duetos desde Aretha Franklin a Andrea Bocelli, pasando por Michael Bolton, Celine Dion, Frank Sinatra y raperos como Will Smith.
También trabajo para varias bandas sonoras de películas, como la parte instrumental de El guardaespaldas, con Whitney Houston, y Elegir un amor, cuyo tema principal habré escuchando 100.000 veces en mi vida, en bodas, en la consulta del dentista, en la recepción de un hotel o en un ascensor. Sí, y tú también.
Con su sexto álbum de estudio, Breathless (1992) terminó de romper todos los esquemas: se convirtió en el álbum instrumental mejor vendido de la historia, con más de 15 millones de copias vendidas en todo el mundo. Uno de sus temas, Forever in Love, fue galardonado con el premio Grammy a la Mejor Composición Instrumental.
Sus hitos no se quedaron ahí, en la siguiente década continuó cosechando éxitos con cada disco, se convirtió en uno de los primeros inversores de la cadena de cafeterías Starbucks e incluso logró entrar en el Libro Guinness de los Récords por tocar la nota más larga jamás registrada en un saxofón.
Gracias al uso de la respiración circular, Kenny G fue capaz de mantener un mi bemol durante 45 minutos y 47 segundos.
Kenny G nunca ha dejado de lado su carrera musical. Tocó en la Casa Blanca para Clinton y su gabinete de gobernadores, y después continuó con sus eclécticos duetos con Elton John, Barbra Streisand, Richard Marx y Babyface, entre muchos otros.
Su colaboración más popular, sin embargo, llegó en 2011 de la manera más insospechada: de manos de la mismísima Katy Perry.
Katy convirtió al famoso saxofonista en su «tío Kenny» en el divertido vídeo musical Last Friday Night (T.G.I.F.) . En él Kathy Beth Terry, una ‘nerd’ de los años 90, vive la fiesta de su vida, una fiesta que cuenta con un invitado muy especial: su tío Kenny (Kenny G), que interpreta un solo de saxo ante su entusiasta audiencia.
En realidad él nunca tocó el instrumento para la canción, pero me es sin duda una aparición estelar.
Cameos aparte, Kenny G también protagonizó una polémica internacional en 2014 por publicar en Twitter unas fotos sobre unas protestas en Hong Kong con el mensaje «deseo a todos una conclusión pacífica y positiva a esta situación».
Da la casualidad de Kenny G es una auténtica celebridad en China, donde ha sido número 1 de ventas. El gobierno chino montó en cólera, declaró ilegales las imágenes y no se sabe qué clase de conversación mantuvo con el artista, que éste se apresuró a mandar otro mensaje aclaratorio:
Realmente no sé nada acerca de la situación y mi visita improvisada al lugar fue solo parte de un paseo inocente por Hong Kong… Yo sólo quería compartir mi deseo de paz para Hong Kong y para toda China, me siento muy cerca de este país y me preocupa mucho .
En actualidad, y cumplidos ya los 66 palos, Kenny G disfruta de una placentera y tranquila vida en Malibú. Hace ya diez años que se divorció de su mujer, Lyndie Benson, con la que se había casado en 1992. La pareja, que tuvo dos hijos, era considerada uno de los matrimonios más solidos en el mundo del famoseo, pero nadie está del todo libre de esto al parecer. Ya lo dijo alguien mucho más listo que yo: «La primera causa de divorcio, es el matrimonio».
Entre sus pasiones se encuentra el golf, deporte con el que ha llegado a participar en torneos profesionales. También es piloto de aviones y no se priva de compartir su afición en redes.
On this #NationalAviationDay, I want to wish my fellow aviator brothers and sisters and to all of you non-aviators as well, a term that we aviators use to wish each other safe flying. Let me say to all of you, Blue skies! pic.twitter.com/WnNOEQdASP
— Kenny G (@kennyg) August 19, 2022
El año pasado, además, lanzó su último trabajo, New Standars, en cuya promoción se halla todavía inmerso y para el que tiene lista una gira durante todo el mes de diciembre a través de los EE.UU.
My brand new album #NewStandards is now available everywhere you get your music. I’d be honored if you started your weekend with some of my new music.https://t.co/j1wZGgCIdY pic.twitter.com/8hJ4gbWxZ0
— Kenny G (@kennyg) December 3, 2021
https://www.youtube.com/watch?v=Zy6KWBEoDRU
09 octubre 2022 | 2:02 am