Seguro que quien estuviera pasando por una efervescente adolescencia en los ’90 no ha olvidado aún que la forma humana del fantasma más amigable del cine era un joven Devon Sawa, que saltó desde Casper a los póster de la Súper-Pop en un parpadeo, para convertirse en uno de los must de los pibones carpeteros. No os preocupéis si no lo recordáis en Casper. Es normal: era uno de los personajes protagonistas pero él, al contrario que Cristina Ricci, aparecía solo un par de minutos en pantalla, justo al final.
Aunque el de Casper, sin duda, es un papel memorable, no fue este el papel porque el que más lo recordamos. Después de estrenarse Casper en el ’95, trabajó algún tiempo como actor de doblaje y pasó por un par de películas para televisión. En el ’97, fue Mark en Jóvenes aventureros y, en el ’99, fue Anton en El diablo metió la mano. Pero fue en el año 2000 cuando tuvo el papel que lo catapultó definitivamente a la fama y por el que casi todo el mundo lo recuerda: el de Alex Browning, el chico de las premoniciones en la primera entrega de Destino Final.
Después de eso tuvo su época de «casi, pero no». Era sin duda un sexy ídolo adolescente, razón por la cual seguía manteniendo protagonismo en los carteles, pero eso no es suficiente para consolidar un carrerón como superestrella, porque la belleza ligada a la juventud, amigos, se acaba en algún momento.
De manera que después de Slackers y Riesgo Extremo (2002), en 2005 fue uno de los protagonistas de Extreme Dating, ya en un papel de veinteañero, y después en 2006 y 2009 volvió al género de terror en Devil’s Den y Creature of Darkness, respectivamente. Que si ya la primera tuvo mala crítica, la otra es mala, mala, pero mala que para no darme miedo a mí, que me asusto del viento bajo la puerta, ya tiene que ser mala. En IMDb las opiniones de los usuarios le dan un 2,6 sobre 10, de las peores puntuaciones de la historia. Terrible.
Además, quiero yo hacer aquí un inciso en los carteles: Devon, si ves que tu imagen en un cartel no funciona, pa’l siguiente pide que te lo cambien, alma de cántaro. Que salir igual en dos carteles seguidos, llámame loca, pero lo mismo encasilla un poquín:
Que te repiten hasta la pupa de la frente, hombre. Esto, así, no.
Total que, como ya bien sabéis, Hollywood perdona mal los fracasos. Y a Devon, pobrecico, se le juntó el que ya no era un sexy adolescente con que no terminaba de cuajar en buenos papeles, y su imagen se deterioró irremediablemente. No es que se le considerase un mal actor, pero no llegó a dar el salto a gran estrella.
Después de estas dos perlas, participó en alguna producción más sin mayor relevancia y, finalmente, en 2013 pegó el salto a la televisión y se le pudo ver en algunos episodios (32) de la serie Nikita.
En 2014 fue uno de los principales en la película Atrapadas sin salida (que, con ese título, ya os hacéis una idea…) y en 2015 volvió a protagonizar una de terror en El exorcismo de Molly Hartley. Que lo que se dice un peliculón no es, pero al menos sí que da miedo, que es de lo que se trata. Además, Devon interpreta en ella al padre John Barrow, que es un puntín, y luego sale otro cura que parece Palpatine, que es una risa:
Ese mismo año, actuó junto a John Travolta en Hombres de élite y, en 2016, aparecía en el papel de Sean en Punk’s Dead, que pasó sin pena ni gloria.
En 2017 se le pudo ver en uno de los papeles principales de una serie de la ABC, Somewhere Between, una adaptación estadounidense de la coreana God’s Gift: 14 days. La trama trata de una madre que sabe cuándo, dónde y cómo será asesinada su hija de 8 años, pero no sabe por quién ni por qué, y (claro) trata de evitarlo. En la serie, que tiene 10 episodios, Devon interpreta al ex-poli atormentado que intenta ayudar a la madre a evitar el destino de la niña. Sale tal que así:
Y, después de Somewhere Between, y de un par de episódicos/cameo en Hawai 5.0, MacGyver y Magnum (¿qué te pasa con los remakes, Devon?), llegamos a lo último de Sawa, que son dos joyitas: una para aderezar este noviembre y la otra recién sacada del horno.
Este mes (pasado mañana, de hecho) se estrena Black Friday, una película en la que los empleados de una tienda de juguetes deben protegerse unos a otros de un montón de compradores infectados por parásitos.
Y desde octubre, por fin, hemos podido verlo en la serie que durante tanto tiempo los fans del cine de terror al más puro estilo ochentero estaban esperando: Chucky, la serie de SyFy y USA Network sobre el muñeco más diabólico de todos los tiempos.
En ella, Sawa interpreta a Logan Wheeler, y aparece prácticamente irreconocible. De hecho, ya cuesta reconocerlo pensando en él en su papel en Somewhere Between, imposible ver en él al niño de Destino final.
Violencia, terror, sangre…
Todo es bueno para esta sociedad inmadura excepto el erotismo.
17 noviembre 2021 | 9:40 pm