Hoy tenemos en el blog un artista invitado. Démosle una calurosa bienvenida a Jesús Damieta, de Hay un blog en mi sopa.
Yo os cuento: como big minds think alike, resulta que el otro día, al tiempo que os hablaba yo de la vuelta de Rick Moranis al cine y de que de repente tenía antojazo de ver otra vez La pequeña tienda de los horrores, que es esa maravilla musical que debería salvarse junto a las cucarachas al llegar el fin del mundo (porque las cucarachas también tienen derecho al buen cine), Jesús, en su blog Hay un blog en mi sopa, que os recomiendo mucho, hablaba de «El otro final de ‘La tienda de los horrores'». Que yo en principio pensé que era una metáfora, una alegoría, un decir si lo preferís. Pero no: resulta que Frank Oz había pensado para La pequeña tienda de los horrores otro final bien distinto del que yo no tenía ni idea y que, por cierto, yo prefiero una y mil veces.
Me sentí un poco avergonzada, la verdad, porque La pequeña tienda de los horrores, que yo vi por primera vez siendo muy, muy pequeña, es desde siempre una de mis pelis preferidas y yo descubrí por primera vez su final alternativo y la historia que hay detrás en el blog de Jesús, en un post que prometía mucho empezando así:
El otro día vi por error un fragmento de ‘Rise of Skywalker‘, el episodio IX de Star Wars. Está bien, en realidad lo vi deliberadamente, pero cualquier cosa relacionada con esta película es automáticamente un error, incluida la voluntad de verla. Así que, insisto: lo vi por error.
Al poco rato me empecé a sentir fatal. Me dolían los ojos y notaba inflamada la vergüenza ajena, como si fuese un órgano físico. ¿Qué podía hacer? Llamé al 112 para que me pasasen con el crítico de cine de guardia, pero estaban ocupados con no se qué de una pandemia. Tras una larga espera me enviaron un licenciado en audiovisuales.
Encontré su entrada tan completa y bien contada, que no me pude resistir a preguntarle si me dejaba traerme su post a este blog. No me la traigo entera porque es muy extensa, así que os comparto un buen pedazo y os invito a leerla entera en su versión original en su blog.
Puse ‘La tienda de los horrores’ y empecé a disfrutar de los números musicales. El segundo, ‘Skid Row’, es la presentación del barrio donde se desarrolla la trama, así como de los protagonistas, desesperados por abandonar ese agujero en el que viven. En la icónica ‘Feed me’ la planta carnívora logra convencer al protagonista de que la alimente con seres humanos. ‘Somewhere that’s green‘ es el desesperado canto de Audrey a una vida mejor mientras que ‘Suddenly Seymour‘ marca el punto álgido de la historia, cuando los dos protagonistas se sinceran y se presentan su mutuo amor.
A partir de ahí, la cuesta abajo. Seymour empieza a gozar de éxito y atención al tiempo que las demandas de carne humana de la planta se multiplican. Finalmente, en la apoteosis final, el protagonista se enfrenta al vegetal. Recordaba esta escena vívidamente. Mientras suena ‘Mean green mother from outer space‘ la planta carnívora apaliza al pobre Seymour, pero este logra, in extremis, electrocutarla con un cable que ha quedado descubierto, cuando todo parecía perdido. El mundo está a salvo una vez más. Final feliz.
Pero… había un problema. Frente a mis atónitos ojos, al final de la canción, en lugar de sufrir la electrocución esperada, la planta atrapó a Seymour ¡y se lo comió! No recordaba esto… ¿Qué ha pasado aquí? ¡Estaba seguro de que la escena acababa en electrocución!
Llamé al 112 de nuevo. Sí, espero. Sí, con el crítico de guardia. Sí, es urgente. Sí. Espero. Por lo visto, estaba en otra salida. Unos chavales habían intentado ver ‘El Mago de Oz‘ a la vez que escuchaban ‘Dark side of the moon‘, pero se confundieron y pusieron un disco de Dani Martín en su lugar. No creían que fueran a salir adelante.
Mientras tanto, me puse a investigar en la wikipedia. Por lo visto, la intención inicial del director de la película había sido que, al final, la planta devorase a los protagonistas y conquistase el mundo, pero en el último momento se cambió esta conclusión por el final feliz que yo recordaba. Eso me dio que pensar. El final desgraciado era más impactante y me dejó mal cuerpo, pero consideré si no sería más apropiado.
Verán, la primera vez que vi ‘La tienda de los horrores’ tenía once años, y ya por entonces me quedé con la sensación de que había algo más de historia por debajo de la historia. Yo veo metáforas hasta en las sopas de letras y aquí no iba a ser menos. La planta carnívora, si te paras a pensarlo, representa algo: es el sacrificio, aquello que es necesario hacer para salir adelante. O, peor aún, para “triunfar”. Puede exigir tu sacrificio personal (como al principio de la película, cuando Seymour alimenta a la planta con su propia sangre), pero, también, representa sacrificar a otros, pasar por encima de los demás. Sacrificar a extraños, pero también a la gente cercana, a tu familia, a tu amor.
Tanto Seymour como Audrey quieren triunfar. Pero, en el contexto del sueño americano, “triunfar” puede significar, sencillamente, salir de la marginalidad. Quieren salir de ‘Skid Row’1 como sea. Audrey sueña con tener una casa con lavavajillas, con electrodomésticos; tener una tele enorme “de doce pulgadas”: ni siquiera sus sueños pueden llegar más allá de la publicidad del capitalismo para la clase media.
Porque cuando vives en ‘Skid Row‘, nos advierten al principio de la película, no vas a ninguna parte. La única manera de salir es pagando con sangre, con la tuya y con la ajena. Incluso así, si dudas un momento, tu propio éxito te devorará. Mientras tanto, los ricos del barrio pijo, que se hacen dentistas si son psicópatas, vendrán por tu calle a depredar de los débiles. Un mensaje así no es compatible con un final feliz. Por eso ‘La tienda de los horrores’ esconde un mensaje político, distinto según como acabe:
Si el final de la película es feliz, entonces hemos visto una historia de superación. Hemos visto cómo Seymour, con su esfuerzo, logra sus objetivos. Claro que ha cometido errores; tiene algunos esqueletos en el armario (de forma bastante literal), pero ¿qué hombre de éxito no los tiene? Podrá volver a la escuela del barrio y decir “si os esforzáis, lograréis lo que queráis, como yo lo logré”.
Por el contrario, si el final es desgraciado, entonces el mensaje cambia: de ‘Skid Row‘ no se sale. Si vivieras en un barrio rico, tu madre te pagaría la carrera aunque fueses un degenerado, aunque no valieras para nada. Pero, aquí, sólo puedes esquivar los charcos llenos de jeringuillas y ser un paria hasta el día que mueras. De ‘Skid Row‘ no se sale. Si la planta triunfa, si no se puede salir del barrio, entonces el sueño americano es una farsa.
En ese momento sonó el teléfono. Era el crítico de guardia, devolviéndome la llamada. Le expliqué que ya me encontraba mucho mejor tras ver ‘La tienda de los horrores’, pero que el final me había turbado. Me tranquilizó, diciéndome que era normal. “Frank Oz, el director, había planeado un final “malo”, en el que la planta lograba conquistar el planeta”, me explicó. “Pero en los pases previos ese final tuvo muy mala acogida entre el público, por lo que finalmente decidieron cambiarlo por el otro, el que recuerdas de tu infancia. Fue, en cierto modo, catastrófico, dado que, más allá de la decisión artística, una parte importante del presupuesto de la película se había gastado en los efectos especiales del metraje eliminado. Por eso, en la reedición de Blu-ray de 2012, se incluyó el final que el director había querido en un primer momento.
Sí, conocía ese final,el final original. Lo conocí hace no sé cuanto tiempo, en una página de curiosidades de películas. Como bien indicas, viene en la edición del bluray (es la versión que tengo), pero sorprende que «el jolibu» de aquella época permitiese rodarlo entero, aunque luego lo eliminase (es lo que tienen los pases previos de las películas, que a veces te hacen cambiar el final).
Coincido contigo, está mucho mejor que el final original, no solo por el triunfo del mal (y cambiar la tónica de finales felices) sino por sus efectos, que pese a las maquetas y al «corchopan» de los edificios se sigue viendo bien hoy en día.
Además, viendo el desarrollo de la película y sus personajes, era un final más lógico.
03 junio 2020 | 12:21 pm