¡Hola y feliz domingo! ¿Qué? ¿Ya habéis tomado el vermouth? xD
Hoy os quiero proponer un juego, y es que el otro día, no me preguntéis por qué porque no me acuerdo, estaba lavándome los dientes y empecé a pensar en las cosas viejas que tengo por casa. Así a bote pronto lo primero que pensé fue que el objeto más viejo que yo tengo en casa, aparte de las puertas y las paredes, es mi marido, que tiene 41 años. Pero, claro, conmigo solo lleva 14 así que no cuenta. Pero tengo cosas que llevan conmigo más de media vida y aún resisten al paso del tiempo, de las pandemias y, lo que es más sorprendente, ¡de los hijos!
Y no he podido evitar pensar: «Seguro que no soy yo la única que guarda este montón de basura tesoros ancestrales». ¡Y ese es el juego que os quiero proponer para hoy! Os invito a que busquéis por casa el objeto u objetos más antiguos que conservéis y que lo compartáis, en los comentarios de este post o en redes sociales 😀 Podéis acompañarlo del hashtag #lomásviejoquetengo.
Empiezo yo enseñándoos los míos. #lomásviejoquetengo es…
Una muñeca guiñitos
Esta muñeca, que era de una colección enorme que se llamaban Guiñitos pero que todo el mundo llamaba «esos muñecos feos», lleva conmigo desde mi infancia (no sabría decir cuántos años tenía) e, increíblemente, llegó a mi vida adulta con su vestido rosa de rayas. La muñeca ha sobrevivido a mis hijos. El vestido no.
Kavik
Lo llamé Kavik por un libro de El barco de vapor que leí a los ocho años (y releí, y releí, como veinte veces) que se titulaba Kavik, el perro lobo. Es muy especial para mí, porque me lo compró mi padre en una tienda de regalos que había en Covadonga, la última vez que fui con él. Yo tenía nueve años. Lo abracé viendo pelis de miedo hasta pasados los veinte.
Libros de Érase una vez
Tengo libros de Érase una vez. El hombre, Los inventores y La vida. Colección completa, por supuesto, ninguna.
Dónde está Wally
¡OH, SÍ, YOU, MOTHAFOCKA! Tengo un libro de ¿Dónde está Wally? en perfectas condiciones. Bueno, a ver… A este libro la paternidad tampoco le ha sentado muy allá… Quien dice «perfectas condiciones» dice «tiene casi todas las páginas y a Wally se le ve».
Osito Mimosín
Tengo un osito promocional Mimosín de llavero (que ya no tiene llavero) que está a un par de semanas de ser declarado fósil por el Instituto Nacional de Geología. Confieso que no es mío: es de mi marido. Pero no podía dejarlo fuera de esta lista de ninguna manera. Por dios, ¡Mimosín! Que diréis: «Pos lo tienes hecho mierda», y os diré: «Me da miedo lavarlo y que se desintegre».
Banzón
Estaban las canicas, y estaban los banzones. Las canicas son juguetes (mi bolsa de canicas de la infancia llegó a mi vida adulta: mis hijos las han perdido todas); los banzones son armas letales (por eso el banzón se salvó, porque no se lo dejé a mis hijos).
Muñeca desconocida
Esta muñeca lleva conmigo desde que nací, y no es una forma de hablar: mi prima Marisa la llevó al hospital como regalo el día que nací. Curiosamente, siempre me ha recordado a ella, no solo porque ella me la regalara, sino porque es como que desprende el mismo aire de alegre tranquilidad 🙂 Diré a favor de mis hijos que esta muñeca ya llegó sin vestido al siglo XXI.
Herencia familiar en primer grado nº 1: el anillo de pedida de mi madre
Más conocido en mi casa como «la magdalena», porque es lo que parece ^^ Mis padres empezaron a salir en 1967 y un año después se casaron. Este anillo tiene 52 años y creí que era el objeto personal más antiguo que tenía, hasta que recordé…
Herencia familiar en primer grado nº 2: una toalla
Concretamente, la toalla que mi madre se compró la primera vez que fue a la playa. Ella tenía 19 años y llevaba poco tiempo saliendo con mi padre. Toalla gana a anillo por unos meses de diferencia 🙂
¡¡Venga!! ¡¡Estoy deseando ver vuestros tesoros!!
Yo tengo un montón!! Tengo muchas cosas de cuando era peque. De lo más antiguo supongo, aunque tengo muchas cosas de esa época, conservo aún los libros con los que aprendí a leer en párvulos!! Como 30 años tendrán. Y para acá me los traje a Alemania. Voy a cogerte la idea también. 🙂
26 abril 2020 | 5:17 pm