2020. El futuro en construcción

Por Pilar Orenes


No creo que sea evidente poner calificativos a los años. La lectura del 2019 puede ser muy diferente en función de los ojos con los que lo mires y dónde quieras centrar la atención. Encontrar una palabra que recoja todo lo vivido es difícil y si además quieres que esa palabra genere consenso, resulta tarea imposible.

El año que se va, nos ha confrontado de nuevo con realidades que nos entristecen o indignan. O las dos cosas. Millones de personas obligadas a abandonar sus hogares, asesinatos de defensores y defensoras de derechos humanos, captura del espacio político con libertades recortadas, violencias machistas, países como Siria o Yemen con conflictos que parecen interminables… Realidades ya existentes, que se han hecho presentes este año de manera más flagrante, pero que, aun así, no han provocado la respuesta política que requiere la gravedad de la situación.

Los avances siempre son mucho más lentos de lo que nos gustaría y es fácil caer en el desánimo o, peor aún, en la pasividad. Sin embargo, cuando estos pasos se dan, cuando se aprueban leyes o se toman decisiones que mejoran la vida de las personas, es porque alguien ha creído que eran posibles y ha puesto toda su fuerza y voluntad para hacerlos realidad. No hay buena noticia que no haya requerido una acción previa.

Y el 2019 ha mostrado estas acciones, expresiones de compromiso, fuerza y determinación. Hemos visto a los movimientos de jóvenes ante la emergencia climática, a los movimientos feministas en pro de la igualdad, y la generosidad y tesón del voluntariado. Una sociedad que sigue reconociéndose como solidaria y busca los cauces para canalizar sus apoyos. Y desde esa fuerza de la gente podemos reconocer a gobiernos que han cambiado leyes, a medios de comunicación con intereses sociales, a pequeñas y medianas empresas buscando contribuir a la sostenibilidad del planeta o a organizaciones que trabajan por el acceso a derechos básicos.

La injusticia nos entristece, nos indigna, nos enfada…. pero lo que nos lleva a movilizarnos es la seguridad de que, si actuamos, el cambio es posible y el futuro puede ser mejor.

Por eso, en las últimas horas del 2019, escojo centrar mi atención en todas las grandes y pequeñas acciones que han mejorado la vida de las personas. Las celebro, agradezco a quienes las han hecho posible y recojo lo aprendido. Me sumo a la gran cantidad de personas que están empeñadas en erradicar la pobreza, en reducir la desigualdad y en hacer del mundo un lugar más habitable.

Recibo el 2020 con el convencimiento de que el futuro será mejor y con la energía y compañía necesaria para seguir construyéndolo. Feliz, comprometido y activo 2020.

Pilar Orenes es Directora General Interina de Oxfam Intermón

Los comentarios están cerrados.