El por qué de las muy necesarias auditorías de género

Por Clara Calbet

En los medios de comunicación las mujeres son sujeto y fuente en un 28% de informaciones, según el Proyecto de Monitoreo Global de Medios (2015). Los hombres, del 72% restante. Cuando la temática es economía, las mujeres aparecen en el 17% de informaciones. Solamente se llega a la igualdad de representación en las noticias de crimen y violencia (51% mujeres). Por ello, incorporar la perspectiva de género es básico para hacer un buen periodismo.

Y sí, es cierto, cada vez más algunos medios están tomando conciencia de ello. Es un primer paso muy importante que se debe poner en valor, pero no es suficiente. Lamentablemente vivimos en una sociedad donde la visión androcéntrica y patriarcal está muy arraigada e impregna poros de los que ni siquiera éramos conscientes. Una auditoría de género permite analizar si se está aplicando la perspectiva de género en los contenidos, las dinámicas y la organización del medio, y en qué aspectos se puede mejorar. Y es que no se trata solamente de hacer aparecer mujeres en las informaciones, o de utilizar un lenguaje inclusivo que no las invisibilice (que también es importante). Una auditoría va mucho más allá de buscar fórmulas que eviten recurrir al genérico masculino o a desdoblamientos: hay que incorporar a las mujeres en las distintas fases del proceso. Resulta fundamental ser consciente de qué mirada se tiene, qué estereotipos sexistas se reproducen, qué roles desempeñan las mujeres que aparecen en las informaciones, en qué contextos aparecen, el porcentaje de voces expertas de mujeres, qué temáticas se tratan, si se desagregan datos por género… Todo ello es determinante a la hora de hacer un periodismo con o sin perspectiva de género.

‘Mind the gap’, cuidado con la brecha, logotipo de la campaña estudiantil feminista británica del mismo nombre, que se inspira en un cartel del metro londinense. Imagen: Mind The Gap

Un factor importante son las tertulias y secciones de opinión que generan cátedra e influyen en la agenda. El colectivo #OnSónLesDones (Dónde están las mujeres) analizó la proporción de autoría femenina en los artículos de opinión y tertulias de los medios catalanes de más difusión. Observaron que “las opiniones de la mitad de la población no llegan a ocupar ni una cuarta parte de los espacios de opinión de los medios”.

Constatan que algunos medios han aumentado el porcentaje de mujeres. Sin embargo, la mayoría continúan estancados en porcentajes muy similares. Dos medios digitales (Catalunya Plural y Crític) y algunas tertulias de medios públicos han logrado y consolidado la paridad. Estos medios, que desmontan excusas, son la muestra de que es posible.

Voces expertas y mirada interna

Incorporar a las mujeres permite darles voz e incluir sus puntos de vista e ideas. Dándoles voz, además de aportar su conocimiento, se comunica a la sociedad que hay mujeres expertas. Según el GMMP, las mujeres que aparecen en medios como expertas representan un 9% del total de especialistas. Incluso en las redacciones con profesionales sensibles al tema, las dinámicas de trabajo, con prisas y la inmediatez como requerimiento casi absoluto, provocan que se deje de lado o se aplique solo parcialmente. En los medios concienciados, la sensación puede ser que sí se incluye.

Los medios deben ser coherentes y aplicar esta perspectiva también en su organización y rutinas de trabajo. Revisarse sirve para ser consciente no solamente de qué proporción de la plantilla son mujeres, sino qué roles tienen y qué cargos desempeñan.  Cuántas mujeres hay en posiciones de toma de decisiones, por ejemplo. Actualmente la situación está muy desequilibrada. Según la FAPE (Federación de Asociaciones de Periodistas de España), solo un 25% de los puestos de consejeros de administración de las principales empresas informativas están ocupados por mujeres. Esta organización denunció el pasado 8 de marzo que entre los 20 diarios digitales más visitados solamente había 3 directivas. Entre los 15 periódicos en papel más leídos, en ese momento había sólo una mujer al frente, y es precisamente la directora de 20minutos, Encarna Samitier.

En este sentido, el Parlamento Europeo ha hecho un llamamiento a cumplir la legislación y combatir la desigualdad de género en el sector. Denuncia que la proporción de mujeres en posiciones de toma de decisiones es muy preocupante, tanto por la brecha salarial, como porque “puede afectar el contenido y el foco de los medios”.

La auditoría, un compromiso con la audiencia

Aceptar una auditoría de género y sus recomendaciones es, también, un gesto hacia la audiencia. Es un acto de transparencia y humildad, que empieza por aceptar que quizás no se está trabajando del todo correctamente, para analizar, seguidamente, qué puntos se podrían mejorar. El objetivo final: mejorar el periodismo que se hace. Por ello, una auditoría de género supone un compromiso con la audiencia: se le está demostrando la voluntad de aplicar la perspectiva de género. En su conjunto puede suponer un punto de inflexión en la forma de hacer periodismo, que contribuirá, a su vez, a crear una sociedad donde justicia e igualdad de género sean una realidad.

Además, no hay que olvidar que entre la audiencia también hay mujeres, que se sentirán más representadas y respetadas cuanto mayor perspectiva de género aplique el medio. Posiblemente, también se sentirán más inclinadas a acudir al medio en cuestión. Son parte del mercado.

Clara Calbet es periodista y comunicadora. Forma parte del equipo que ha realizado la auditoría de género de la revista Alternativas Económicas. 

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