Edadismo. Un gran problema de nuestra sociedad, como el racismo y el sexismo, que ha estado demasiado tiempo invisibilizado y solo en los últimos tiempos está mostrándose, dando la cara para denunciar cómo se discrimina constantemente a las personas por su edad, de manera consciente e inconsciente.
Paternalismo, marginación, maltrato… las lacras del edadismo: «Cuando te jubilas te vuelves transparente» https://t.co/1Iv6uXPnum Por @araceliguede
— 20minutos.es (@20m) January 30, 2020
La vida de Santiago a los 89 años, entre la universidad y la empresa: «Hay un trato discriminatorio hacia los mayores» https://t.co/TbSZhwE5wR pic.twitter.com/AuTLG9BDr1
— Tierra Viva (@20mTierraviva) October 3, 2019
Una lacra a erradicar que suele hacer referencia al trato a los ancianos. Y lo primero que debemos hacer para ponerle freno es tomar conciencia de ello.
¿Estamos considerando a las personas mayores, aunque sea sin darnos cuenta, como de menos valor? ¿Asumimos que no pueden hacer muchas cosas sin tal vez darles la oportunidad de intentarlo? ¿Tomamos decisiones que les afectan sin consultarles? ¿Creemos que sus opiniones valen menos? ¿Hablamos de ellos en su presencia sin preocuparnos por si nos escuchan o pueden sentirse mal con nuestras palabras? ¿Los sentimos como una carga?
Tal vez sí, tal vez hayamos incurrido en algo de eso. Por mucho que nos pese, porque queremos y respetamos a nuestros mayores.
Pero voy más allá. ¿No es edadismo también la actitud que muchos tienen respecto a los niños, incluso a los adolescentes? Sigue habiendo demasiados padres que los consideran de su propiedad; que justifican el injustificable cachete educativo; que toman decisiones por ellos sin escuchar su opinión; que creen poder forjarlos según sus deseos sin respetar cómo son; que no los consideran del todo seres humanos de pleno derecho.
La conclusión es clara. Hay que trabajar para percibir en nosotros actitudes edadistas (graves edadismos y microedadismos), para detenerlas. Exactamente igual que hay que procurar localizar y frenar nuestras acciones racistas o sexistas. También empoderarnos, si llegamos a sufrir esa discriminación.
Es tan obvio que debería sobrar recordar que todo ser humano es único y valioso.