La primera gran rebelión de los niños ha resultado ser verde, justa y necesaria

La rebelión de los niños ha resultado ser verde. Rebelión, sí. Revolución también, sí así lo queréis. Pacífica siempre, en cualquier caso. Jamás hubo en el mundo, en toda su historia, una movilización tan internacional y multitudinaria impulsada por jóvenes, en su mayoría menores de edad, así que niños.

Me hacen sentir orgullo. ¿A vosotros no? Lo que nos exigen a los adultos es justo y necesario. Lo exigen amparándose en la ciencia, buscando en los científicos y en las ONGs sus aliados, sirviendo de enérgico altavoz a lo que estas instituciones llevan años diciendo.

El cambio climático es una realidad, en once años no habrá vuelta atrás pero ahora aún estamos a tiempo de adoptar las medidas necesarias para preservar este planeta. Es el momento de tomárselo en serio, de apartar intereses espúreos y arremangarse. No podemos perder más tiempo.

Lo exigen escépticos y enfadados. Ahí tenéis la justa ira de Greta Thunberg, el rostro de dieciséis años visible de este movimiento que para todos los viernes para protestar. La mecha que prendió Fridays for Future. Y su capacidad de contagio es grande, ya hay también Teachers for Future y Parents for Future.

Nos dicen nuestros jóvenes que los adultos les hemos fallado. Tienen razón. Imposible negar la mayor. Han fallado los gestores en quienes depositamos nuestros votos. Pero esto no es culpa solo de los políticos. Rsulta demasiado fácil decir que poco podemos hacer nosotros y echarnos a dormir. Si nuestros bisnietos no tienen un planeta amigable en el que vivir, si la polución, la escasez de recursos y los desastres naturales imperan, allá ellos. Nosotros no vamos a verlo. Fácil y cómodo. Egoísta y corto de miras también.

(EFE/EPA/FAZRY ISMAIL)


Podemos reciclar; podemos reducir el consumo de carne, que además redundará en nuestra Salud; podemos ahorrar agua y energía; podemos buscar formas de movernos poco contaminantes siempre que sea posible; podemos reducir nuestras comprar, sobre todo de ropa. Producir ropa requiere muchísima energía, es difícilmente reciclable y con demasiada frecuencia lo que adquirimos no responde a la necesidad ni se va a usar tanto como para que justifique su adquisición. Podemos limitar al mínimo el uso de plásticos desechables.

Podemos, sobre todo, explicar en nuestro entorno la necesidad de obrar así y servirles de ejemplo.

Esta semana tuve el placer de hablar con Patricia Ramos, una española de 19 años, estudiante de música, que ha ido acompañada por Plan Internacional a Nueva York, a la cumbre de la ONU que ha sido pionera en invitar a quinientos jóvenes activistas. De todo el mundo. Patricia mee hablaba precisamente de la importancia de transmitir estos mensajes a nuestros amigos y familiares. Muchos pocos pueden hacer un mucho.

Podemos también secundar mañana, viernes, la tercera huelga mundial por el clima, que protesta públicamente ante la falta de acción de los gobiernos frente a la crisis climática.

La primera fue en marzo y la secundaron un millón y medio de personas; la segunda el viernes pasado como antesala a la semana por el clima, seguida por unos cuatro millones; la tercera será el colofón y esperemos que ese número se supere, pero sobre todo que cale y se extienda el mensaje.

Es preciso hacer caso a nuestros niños. Sumémonos a su rebelión.

(Radhika Chalasani/UNICEF)

3 comentarios

  1. Dice ser Marcos

    Pues nada, empezaremos por quitarles a esos niños los telefonos y las tablets, porque por lo visto no han oido hablar de las minas de coltan en Africa.

    26 septiembre 2019 | 08:45

  2. Dice ser Mike

    Gran artículo. Lo más curioso es que muchos adultos se empeñan en desacreditar a estos niños, cuando tienen toda la razón del mundo.

    27 septiembre 2019 | 08:40

  3. Dice ser Clyde Shelton

    Pues yo tengo un TEA y casi el doble de la edad de Greta, y pese a que soy un pro-cura (pro-investigación) esta chica tiene toda mi admiración. Porque dice la verdad, sobre la causa que defiende, igual no en una década pero si hacia el año 2050, los polos quedarán irrecuperables y el nivel del agua subirá, paises como España serán focos de anopheles (malaria), en los países nórdicos o norte de Europa en general, lo habitual será ir a la playa en sus países y tendremos que ser nosotros los que ir allí pasar un «verano decente». Cualquiera que tenga al menos tres décadas de vida y algo de actividad cerebral sabe comparar un invierno y un verano de 1992 y uno de 2019 y ver que algo ha cambiado en los últimos años. Su familia será de las más ricas de Suecia (¿qué es el dinero si no se tiene salud, futuro, paz?), tiene varios factores pronósticos del TEA a su favor, aunque en una entrevista dijo que tenía los tan temidos comorbidos, TOC en su caso. Estas personas que se empeñan en desacreditar lo que les molesta en el fondo no son las reglas contemporáneas de las conferencias, ni la terriblemente injusta discriminación negativa, ni los falsos feminismos que ensombrecen los sacrificios de salud de Marie Curie, ni que algún magnate reptiliano supuestamente dirija hasta en que dirección sale el sol. No, no. Lo que les molesta es que NO SER ELLOS. Estas personas del perfil manipulador-competitivo tan opuesto a los autistas, por cierto, tendrían a su mejor amigo ganando un Nobel de Medicina en lugar de llamarlos y felicitarlos y verlos y alegrarse por ellos y por la humanidad, estarían por ahí berreando con racionalizaciones absurdas las reglas de dicho certamen porque como he dicho lo que les molesta es NO SER ELLOS. Los TEA en el fondo ya no sabemos como caer bien y hemos bajado este listón de competitividad, somos diversos y sí a veces el TEA es lo que es, para nada una ventaja y a largo plazo una discapacidad, pero todos los que he conocido, yo incluido, siempre pensamos, cada catedrático de arte medieval, cada políglota o cada biofísico o hasta cada clérigo/a, o cada miss, o cada modelo con TEA, o sencillamente cada padre o madre con TEA nos alegramos, es curioso. Si tiene razón o no, Greta con sus matices en esto del clima la tiene, o todas las fuentes lo dicen de no frenar y buscar vías alternativas todo el planeta, hacia el 2050 vamos ha dejar un planeta muy difícil para las generaciones que vengan es posible que en 2050 sea la ultima humanitaria de verdad, la que pueda ver algunas especies en su hábitat, sin ser clonados o un fenómeno geográfico bello no creado por una ilusión artificial en el mejor de los casos, o les estaremos forzando a abandonar la tierra antes de tempo y sin mirar atrás del destrozo en el peor de los casos, sean blancos, negros, hombres, mujeres, progresistas, conservadores, ricos, pobres.

    28 septiembre 2019 | 01:47

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