Este sábado tuve una charla en directo con mi amiga es estupenda divulgadora Boticaria García. Se lo sugerí yo, pedí su ayuda para tener más alcance porque es necesario que todo el mundo sepa que las personas (niños y adultos) con discapacidad o con trastornos de conducta como el autismo pueden salir a pasear cuando sea imprescindible. Y ese paseo puede ser acompañado. De aquella charla ha nacido está informado, elaborada por ella, que acompaña este post.
Todo el mundo debe saberlo, igual que se conoce la excepción de pasear al perro o bajar a comprar, porque hay familias que se están encontrando en esos paseos con insultos desde las alturas.
Es preciso concienciar de la necesidad de dejar de ejercer como policías de balcón increpando a la gente. Nada justifica el increpar. Nada. Si se ve un comportamiento que puede ser delictivo la única acción sensata es avisar a la policía o guardia civil.
Tenemos que entender que hay más realidades que no conocemos, que se nos escapan; debemos ser humildes y entender que no sabemos todo y que podemos malinterpretar muchas situaciones. Hay discapacidades invisibles.
Y vuelvo a mi primer párrafo. Ese paseo terapéutico debe darse solo cuando sea imprescindible. Que una persona con esas dificultades enferme o necesite ser ingresada en las circunstancias en las que estamos puede ser una fiesta, de las feas horribles. Tener que esperar en una sala de espera o que les extraigan sangre puede ser muy complejo, que estén solos en esa misma sala o en una habitación de hospital sería imposible. Si mi hijo de trece años con autismo enfermase, sería imposible mantener un mínimo aislamiento en casa. Es como un niño pequeño que no entiende que no puede beber de todos los vasos o mantener cierta distancia.
Nosotros no hemos salido con él de casa y no pensamos hacerlo a no ser que no quede más remedio.
Está difundiéndose en las redes desde hace unos días como medida/escudo contra estos improperios que las personas que hacen paseos terapéuticos vayan señaladas con brazaletes azules o chalecos amarillos. Entiendo a los que quieren hacerlo para evitarse malos tragos, pero también a los que se niegan a ir marcados para dejar contento al vecino del turno que se siente shérif del condado desde su ventana o terraza.
Están ejerciendo un derecho y no tienen necesidad de identificarse de ninguna manera. Confederación Autismo España lo deja bien claro.
La solución es difundir la excepción publicada en el BOE el 20 de marzo y que todo el mundo sepa que existe. También evitar los juicios rápidos y los linchamientos verbales.
Ojalá entre todos podamos lograrlo.
Lo voy a dejar más claro, por si hubiera dudas. Entiendo al que quiere llevar un distintivo y también entiendo al que se niega a llevarlo. Ambos tienen razón. El problema aquí no son ni unos ni otros, es la gente que increpa desde el alto. Algo que jamás se debería hacer. https://t.co/uj7SCohhlU
— madrereciente (@madrereciente) March 30, 2020