Sanidad permite a las personas con discapacidad y alteraciones conductuales salir a la calle acompañadas. Ahora nos toca demostrar que somos responsables

La petición que llevaban peleando desde que se dictó el estado de alarma Cermi y Autismo España para permitir que las personas con autismo pudieran salir de casa cuando esa medida fuera necesaria para evitar conductas disruptivas, una ansiedad elevada que se tradujera en lesiones o autolesiones, finalmente ha llegado a buen puerto.

Este jueves el ministro de Sanidad ha firmado una instrucción (aquí la podéis consultar en PDF) que establece criterios interpretativos que permiten que salgamos con las personas con autismo. Y no solo con autismo, sino con alteraciones conductuales asociadas a la discapacidad.

Se permite desde ya, porque ya ha sido publicado en el BOE, y lo que habilita estas salidas “a las personas con discapacidad, que tengan alteraciones conductuales, como por ejemplo personas con diagnóstico de espectro autista y conductas disruptivas, el cual se vea agravado por la situación de confinamiento derivada de la declaración del estado de alarma, y a un acompañante, a circular por las vías de uso público, siempre y cuando se respeten las medidas necesarias para evitar el contagio».

Mi hijo de trece años con autismo aún no ha salido a la calle.
Ni lo hará a menos que no quede más remedio. Pero si la situación se pone fea, saldremos con él lo mínimo imprescindible, a las horas de menos afluencia y por las calles menos transitadas. Debemos ser responsables y mantener el confinamiento en la medida de lo posible, haciendo uso de esta excepción si no queda más remedio.

Y lo haré llevando el certificado de discapacidad de mi hijo y la carta que los profesionales de su colegio especial me mandaron explicando sus circunstancias, para poder acreditar nuestra situación si es preciso.

Ahora nos toca a las familias con personas así a nuestro cargo demostrar nuestra responsabilidad social.

Como bien apunta Autismo Madrid, «recomendamos seguir las instrucciones del estado de alarma y de las autoridades sanitarias de confinamiento domiciliario y aislamiento social como medidas de protección a las personas con TEA, como personas vulnerables a la infección, y a la sociedad en general. Y solo utilizar esta medida de flexibilidad normativa como excepcionalidad para salir únicamente en el caso de que existan «alteraciones conductuales» graves, cuando sea absolutamente imprescindible, y no exista otra alternativa».

Esta crisis sanitaria la tenemos que parar entre todos, es obligado que nos la tomemos muy en serio.

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