David Bisbal: «Necesito un hombre»

Antes de nada, no sabéis lo que me mola volver a teneros ahí. Os echaba de menos.

Lo de Bisbi me ha dejado helado. Un hombre dice.

El caso es que Melendi ya lleva tres, Bisbi y Rosario dos y Malú está seca como las hojas en otoño.

La siguiente es Tina. Su hermana se llama Ángeles. O sea, que Tina será un diminutivo de Agustina o algo así.

La canción es un homenaje a Carlos el de Gran Hermano, porque dice no sé que de unas yoyas.

Y no la coge nadie. «No me lo puedo creer», dice Jesús Vázquez. Yo tampoco. Ni Malú. Que especialita es Malú, amigos.

Ya, ya. Tina se pone a llorar y todos la consuelan. Lo de antes. Sí, sí, eres una artista y los cojones de San Roque, pero no le han cogido.

A Malú le carga la conciencia y se levanta de la silla minipimer. Pero no sabemos para qué, porque no lo ponen. Lo mismo es que tenía un apretón.

Le toca a Rebeca. Canta desde los dos años. Anda que no le debe doler la garganta.

La gente elige unas canciones de mierda, la verdad. Aún así, se la quedan Malú y Rosario. Luego se acoplan Bisbi y Melendi, que no deja presa sin rapiñar.

«Eres una monstrua», le dice Rosario. Joder, que mala leche, Rosario.

Malú, ya desesperada, ruega con las manos como para rezar. Bisbal la invita a la playa y a comer paella con su madre. Sobornos chungos.

Pero se queda con Malú, que está que da saltos de alegría, al saber que no va a tener que contratar una banda de sicarios de Europa del este para su equipo.

Nos toca Mercedes. Es una yaya de las que esperarías que te hiciera croquetas y empanadillas. Los cabrones del programa la han pillado en la peluquería, con los rulos puestos. Casi se electrocuta con el secador.

Se ha puesto a gritar como si Jesús Vázquez llevara una motosierra y la estuviera mirando con cara de sádico. La mujer canta de puta madre.

Melendi se la queda, claro. Mercedes le abraza como si lo fuera a dejar seco ahí mismo. La mujer dice que tiene grabado un «spos publicitario suyo».

¿Sabéis lo que os digo? Que Melendi es el único que no tiene prejuicios. No como los otros tres, que sabían que era mayor y no la cogieron.

Charo es la siguiente. Dice que su padre no la apoya. «Este mundo me da a mi mucho miedo», dice el señor. Debe ser que conoce a Lindsay Lohan.

 El caso es que la muchacha ha mentido a su padre sobre la canción que va a cantar. El padre pone cara de susto. La canción es normalita, joder. Ni que hubiera elegido una de Slayer.

No la elige nadie. Su gozo en un pozo.

Más cantantes. Mirela, se llama. Sus padres están forrados, porque si cuando era pequeña ya tenían tele plana enorme… El caso es que ella comenzó cantando a Xuxa y eso es garantía de éxito.

Melendi la coge. Este tío se va a hacer los 14 en el primer programa.

Toca un yogurín llamado Yago que quiere ser como Justin Bieber y pillar cacho por fin.

La madre es una bruja de las buenas, que no le dijo que le habían cogido porque estaba de exámenes. Pues va a poder empollar lo que quiera, porque no le coge nadie.

«Melendi, que este es para ti», dice Bisbal, como si Melendi fuera el de las sobras.  Pero ni por esas.

Ahora le toca a Juan Carlos. La hermana es la doble de Paz Padilla. Él tiene dos aficiones: cantar y hacerse peinados a lo punky para batir el récord guinness.

Ya tiene a Melendi. Se les unen los demás. El tío es un crack. Bisbal está emocionado como gocho en piara.

«Si te vienes para mi equipo, que tiemble Pitingo», dice Melendi. Joder, a mi me dicen eso y le parto la cara. Pitingo. Por dios.

Se queda con Rosario.

Y se acabó lo que se daba. Melendi se ha quedado con 5. Rosario con 3. David con 2. y Malú con 1.

Mañana, como siempre, resumencito de la gala.

Almacenado en: La Voz