Se acaba la tormenta y Víctor llega al plató

Jesús conecta con la isla y aparece Eva diciendo que eso es el caribe, que ahora llueve, ahora no.

O sea, que de momento tiran para alante con la gala.

Nos dice que a Trapote y Perdiguero se los tuvieron que llevar al médico porque se iban la pata abajo, pero que ya los llevan hacia la isla.

Y ahí está Víctor. Sus familiares le reciben con una pancarta muy currada en la que le dan la bienvenida. Jesús interviene a lo policía anti disturbios y disuelve el tumulto.

Por los rótulos que veo debajo de la imagen, Víctor también ha puesto a parir a Parada, diciendo que le cansaba.

¡¡PANDA DE ENVIDIOSOS DEL GRAN PARADA!!

Me voy a comprar unos calzoncillos verdes y me voy a ir por la calle gritando ¡¡Por España!! No descarto que cambien el color de la camiseta de España en el mundial.

Ahora le pregunta Jesús por la bronca de Miguel con Parada. Al parecer Parada sí habló de los índices de audiencia y de que lo mismo se cargaban el programa y que les dijo que había un pacto y que iba a ganar Óscar Higares. Que fuerte.

¡¡PARADA, PARADA!! ¿POR QUÉ ME HAS ABANDONADO?

Jesús desmiente a Parada: No hay preparado nada.

Conectan con el refugio. Ahí están todos, más mal que bien. La verdad es que parece un anuncio de Acuarius. Sólo falta que uno se levante y diga «El ser humano es extraordinario».

Ahora vemos a Trapote, que esta semana está eufórica y quiere ser finalista. Pues mira, no me importaría.

Madre del amor hermoso. La espalda de Mireia es como una paella, llena de granos. Es como si de esos bultos se fueran a poner a salir gremblins en cuanto lloviera. Yo no se si ahí hay mosquitos o cuervos chupasangres.

Ahora habla Oscar, que dice que ha estado unos días de bajoncillo, pero luego se le pasó. Jesús le interrumpe para tocarle los huevecillos un poco diciéndole que «ya no eres el rey pescador».

Y se cierran las líneas. La suerte está echada.

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