Se acabó. Se acabó porque así se había acordado: este blog concluiría el 30 de junio. Seis meses y medio intentando poner sobre la mesa argumentos que provocasen un debate entre dos mundos, dos culturas… ¡Qué utopía! La verdad es que hemos cosechado una carga espléndida de exabruptos, insultos, tópicos y ofensas graves contra quienes se decidían a hacer sus comentarios en el blog y contra mí; los marroquíes insultando a los españoles y los españoles a los marroquíes… ¡Cuánto odio, ira… Cuánto rencor…! No obstante, quiero imaginar que la gran mayoría de los más de 20.000 lectores mensuales que ha tenido el blog avalan con su silencio el esfuerzo que se ha hecho. Por eso poco importan los insultos e inconvenientes; sólo serán, a la postre, un acicate más para seguir intentando establecer puentes entre Oriente y Occidente.
Nunca pretendí ofender a nadie; tampoco dije aquí nada que no fuera cierto. Aunque algunas de las situaciones descritas parezcan increíbles; de hecho ha habido gente que ha afirmado que “miento” en sus comentarios; que me “invento” las cosas, han dicho otros. No, no es verdad.
Se acabó este blog. Vuelvo a España porque toca ahora volver, aunque siempre estaré con Marruecos. Me parece un país maravilloso, con enormes posibilidades. ¡Y me gustaría que fuera más libre! Libre en todos los sentidos; libre de espíritu y en sus costumbres. Pero en fin, estas son cosas que competen sólo a los marroquíes.
Han sido seis meses, como digo, invitando a la reflexión y al debate entre dos pueblos, intentando acercar dos orillas; seis meses tratando de trazar nuevos caminos para que estas dos culturas se acercasen… He denunciado aquellas situaciones que me parecían injustas (siempre con corrección, creo) y destacado aquellos aspectos que se me antojaban mejorables. Porque sólo desde la crítica se puede avanzar.
Ha sido, asimismo y a pesar de todo, una experiencia grata… Grata, incluso, después de haber comprobado con el blog como las creencias —cualquier creencia— ensombrecen y lían todo. Es imposible establecer cauces de convivencia duraderos desde postulados de fe. La justicia y el gobierno —es mi opinión— deben ejercerse al amparo de la Razón.
En fin, el blog también ha sido un guiño a esos ciudadanos marroquíes, demócratas convencidos, que creen que la justicia social y el diálogo son el mejor patrimonio y un instrumento imprescindible con el que luchar en Marruecos.
Finalmente, gracias a todos los lectores. Especialmente a quienes con sus críticas nos han ayudado a mejorar; de ellos he aprendido mucho… A los trols o fundamentalistas del verbo, cuya arma es el insulto y la ira… A esos la vida ya les pondrá en su sitio, supongo… Creo que en alguna ocasión dije, y si no lo digo ahora, que el gran hallazgo de Europa, tras la Segunda Guerra Mundial, fue la capacidad de llegar al consenso; la palabra y el diálogo como únicos instrumentos para los acuerdos. Claro que eso mismo creyeron los europeos, 20 años antes, al terminar la Primera Guerra Mundial… Y ya sabemos qué pasó.
Hoy hay demasiados fundamentalismos en el mundo, es cierto; por eso, mientras se aclara esto un poco, yo espero haber puesto mi grano de arena en favor del mejor entendimiento. Salud.