La inteligencia del ser humanoes la capacidad que tiene para adaptarse a la realidad.Xavier Zubiri, filósofo. (San Sebastián, 1889 - Madrid, 1983)

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Contencioso en Marruecos: Chaves veta a Clos

Definitivamente Marruecos se ha puesto de moda en España; ya lo he comentado en este blog varias veces. Así que, ¡atentos!, porque esta situación va a propiciar más enredos y abalorios que el baúl de la Piquer. Eso sin contar esta especie de romería que ya se está organizando desde los cuatro puntos cardinales del Estado español. De Cataluña a Euskadi, pasando por Galicia y Andalucía, todo el mundo quiere venirse a Marruecos a hacer negocio.

Tan de moda está este país que hasta en las más altas instancias del PSOE y del Gobierno español han tenido un rifirrafe por ello. Parece que Chaves, el presidente andaluz y del PSOE, ha enseñado los dientes y ha vetado a Joan Clos para embajador en Marruecos, como le había prometido, en principio, el presidente Zapatero. Según se ha publicado en diversos medios de prensa en el último mes, el ex ministro Clos era el recambio previsto para ocupar la embajada de Rabat. Pero el actual embajador, Luís Planas, antiguo consejero de la Presidencia en el Gobierno andaluz, le habría dicho a Chaves que le convendría tener “un amigo”, “alguien afín” si se quiere en este puesto, que así velaría mejor por los intereses andaluces.

Hubiera sido un revés para esta Andalucía, ahora que por fin se ha dado cuenta de que tener una frontera común con Marruecos le va a permitir, si aprovecha bien la coyuntura, engordar sus negocios, más fácilmente, con el país vecino, además de poder ir algunos pasos por delante del resto de las comunidades autónomas, a poco que se lo proponga.

Aunque por el momento sea Cataluña la que domine la situación. Cataluña es la primera comunidad autónoma en penetración e influencia en Marruecos; también la que más negocios hace con el país magrebí; hasta tienen un polígono industrial propio en Tánger. ¿Qué más hubiera podido obtener la comunidad catalana si, además, hubiera contado con un embajador particularmente favorable? La respuesta la ha dado Chaves que ha impuesto su veto ante lo que hubiera podido ocurrir. Y a esperar mejores tiempos. Porque el contencioso no acabará aquí. Y Cataluña, supongo, seguirá insistiendo y trabajando en Marruecos como lo viene haciendo hasta ahora; mucho (y bastante bien, según dicen)

Desde luego los catalanes no van a quedarse cruzados de brazos ni a dejarse comer el terreno; tengan o no tengan un embajador.

¿Por qué Cataluña no representa a España en Marruecos?

La pregunta que da título a este post es ambigua y dará pie a muchas interpretaciones sin duda. Pero en ningún caso es malinencionada ni espero que de ella se deduzca animadversión hacia Cataluña ni hacia nadie, por supueto. Sí, propongo, una reflexión (o, quizá, un juego) que podría contar con estas dos claves como punto de partida:

1. El Estado español —acéptenlo los que dudan— no es sólo España… No es esa España “Una”, “Grande”, y “Libre”, sino un compendio de nacionalidades cuando menos. Sea como fuere —Cataluña es un ejemplo— estas nacionalidades ejercen su rol a diario, allá donde pueden, y esto, a veces, difiere o interfiere en el rol que le correspondería al Estado español ejercer.

2. Si esto es así, es decir, que cada nacionalidad “va por libre”, podrían planteárselo, pensarlo y unirse. Ponerse de acuerdo todas las comunidades autónomas, y, al menos para sus actuaciones en el exterior, tener un representante común, que no tendría que ser, necesariamente, el del Estado español. Con esto se evitarían duplicidades, líos de siglas, propuestas que se repiten cinco, seis, siete veces… porque muchas autonomías piensan y proponen lo mismo en terceros países…

Y viene esto a cuento porque en estos días, a raíz de la visita oficial del presidente Montilla a Marruecos, están apareciendo en los medios de comunicación más noticias de la actividad de Cataluña en el país magrebí que de toda la Unión Europea junta. En cambio, las actuaciones de España… ni aparecen; y eso que el Estado español es el segundo socio inversor del país magrebí después de Francia. Se me ocurre que el Estado español podría aprender de Cataluña a venderse y, vista la capacidad que esta comunidad tiene para comunicar lo que hace ¡que lo hace muy bien!, podría encomendarle a Cataluña que le representase en esta materia, al menos en Marruecos.

En fin, que el barullo de siglas, de representaciones, de reinos de Taifa… que hay en España no llegue al río. Pero, para muestra un botón de lo que está ocurriendo. Estos son algunos de los titulares que han ido apareciendo estos días:

•“Plan B” de Cataluña para aterrizar en Marruecos.

• Marruecos ofrece cien hectáreas de Tánger para craar una zona de aterrizaje de empresas catalanas.

•Montilla inicia hoy un viaje de tres días a Marruecos para estrechar lazos comerciales.

•Montilla subraya que Marruecos es un país de atención prioritaria.

•Montilla afirma que la propuesta marroquí de autonomía para el Sahara es un avance sustancial.

•Montilla viaja a Marruecos para impulsar los negocios catalanes

•Marruecos y Cataluña estrechan lazos comerciales

•Puerto Barcelona firma convenio con Tánger Med para ubicar empresas catalanas

Banderas y símbolos ¡qué mezquindad!

A mí, que las banderas, fronteras y patrias me resbalan bastante, me produce cierta extrañeza pasar por la calle de los Herreros, en Tánger, y ver esa fachada recién restaurada y encalada (véanse las fotos) con las banderas y símbolos de Marruecos, la Unión Europea, Cataluña (¡que, por supuesto, es un país!), pero no los de España.

Que yo sepa, Cataluña es todavía una Comunidad Autónoma española y, aunque tenga autonomía para gestionar sus propios fondos de cooperación, no parece cortés ni elegante —no sé si legal— que ningunee a España e ilustre sólo con su bandera (legítimo, imagino) sus proyectos de cooperación junto a la marroquí, olvidándose de los símbolos españoles. Supongo que el mensaje que quieren dar es el de la cooperación “de Estado a Estado”; supongo.

Ya digo que puede que la ley lo permita, pero, en cualquier caso, se adivina claramente la intención… Y no es elegante ni justo, me temo. Porque, además, si los fondos son de la Unión Europea en una parte, España sí es un país de la Unión (Caraluña, no) y algún porcentaje de esos fondos le corresponde, ¿no?

En fin, que aquí el que no corre, vuela.