La inteligencia del ser humanoes la capacidad que tiene para adaptarse a la realidad.Xavier Zubiri, filósofo. (San Sebastián, 1889 - Madrid, 1983)

Entradas etiquetadas como ‘empresarios’

Andalucía descubre “El Dorado” en Marruecos

Un titular similar al que presentas este post, en El Diario de Cádiz, anuncia el inminente descubrimiento del siglo. Y puede que sea así, si se sabe hacer bien. De todos modos… ¡Si Andalucía siempre ha estado ahí, a dos pasos de Marruecos, desde el origen de los tiempos, y nunca se ha preocupado de ello! Como anécdota puedo contar que hace 17 años, cuando vine a vivir a Marruecos, escribí no menos de una docena de cartas a otros tantos periódicos andaluces ofreciéndoles mi colaboración profesional para informar al lector andaluz sobre lo que ocurría por aquí… Nadie mostró el más mínimo interés. ¡Ni uno sólo me contestó! Es más, creo que hasta hoy, ¡hasta hoy mismo!, todavía es muy poco el interés que Andalucía tiene por este país.

De todas formas ya es hora de que Andalucía se fije en Marruecos en serio. Yo también creo que ha llegado el momento para hacer negocios juntos y compartir proyectos. Dicen que la mano de obra barata y el boom inmobiliario son los dos argumentos que “han hecho despertar” y “decidido” al empresariado andaluz a pasar a este lado del charco… Bueno, que vengan; pero que vengan con cuidado y en serio. Que se abstengan los piratas de caer por aquí y los que creen que todo el monte es orégano; que más de uno de los que llegaron en su día y se creyó “muy listo”, empezó a “pasar la mano por el lomo” a unos y a otros, creyendo que así lo tenía todo fácil y cuando se quiso dar cuenta, en lugar de trasquilar, le habían trasquilado. Aquí, como dicen en la Cámara de Comercio de Tánger, no atan tampoco los perros con longanizas.

Aquí lo que hacen falta son empresarios serios, responsables, con ideas claras y que exijan el mimo comportamiento al empresariado marroquí. Y, por supuesto, que sean democráticos, justos, y respeten las leyes; que se apoyen en esa sociedad civil y democrática que está deseando ocupar su lugar en Marruecos… Nada de intentar “pelotazos” o negocios arriesgados basados en chanchullos. Sólo si se establecen relaciones entre iguales podrán salir adelante los proyectos. Sólo si Andalucía y Marruecos funcionan con rigor, como países fronterizos que son, podrán mantener negocios en común y practicar el intercambio comercial permanente.

Porque, una cosa que deberá tener clara el inversor español (andaluz, en este caso) cuando llega a Marruecos es que, puestos a “ser listos”, cuando los españoles van, los marroquíes ya vienen. Que en asuntos de industria comercial, regateo, trapicheo y todo clase de comercio… a los marroquíes no hay quien les gane.

La irresponsabilidad de un empresario causa más de 60 muertos

El “accidente laboral” ocurrido el pasado sábado en Casablanca, en la fábrica de colchones Rosamor, en el que fallecieron más de 60 trabajadores según algunas fuentes (aún no se conoce la cifra exacta), no debería caer en el olvido tan pronto. Hasta mí están llegando estos días datos e informaciones que ponen los pelos de punta:

1. No había puertas de emergencia. Y la única existente, la de acceso a la fábrica, estaba cerrada para evitar cualquier tentación de llevarse material.

2. Los productos que se usan en este tipo de industrias son muy tóxicos y altamente inflamables. Eso quiere decir que al menor descuido pueden convertirse en una bomba; en una trampa mortal, como así ha sucedido. Pues bien, con todo y eso, los trabajadores de Rosamor no contaban con ninguna protección contra ellos.

3. Los extintores estaban vacíos, me dicen; las ventanas, con rejas. Y a la maquinaria no se hacía el mantenimiento adecuado… Y, encima, las medidas de seguridad brillaban por su ausencia, como digo.

4. Sólo 30 de los aproximadamente 400 empleados que tenía la empresa, estaban dados de alta en la Seguridad Social.

5. Y de los salarios mejor no hablar. En el mejor de los casos ganaban 150 € al mes, aunque la mayoría —me aseguran— apenas pasaba de los 100 € mensuales.

6. Y, según comentan algunos… —esta información la pongo en duda— durante las tres horas que duró el incendio, los principales esfuerzos se hicieron para salvar la producción, mientras, los empleados, refugiados en los pisos superiores, se asfixiaban envueltos en humo tóxico, esperando un rescate que no llegó nunca.

Si esto fuera cierto, es un delito. No quiero creer que sea verdad. Creo sinceramente que se hizo todo lo que se pudo para salvar a estar personas. Porque, si alguien obró de tal forma, es un delincuente y merece vérselas con la Ley. No, no puede pensarse que la vileza humana pueda ir tan lejos.

Si podemos reflexionar, en cambio, sobre el mundo empresarial marroquí que parece que tiene un desprecio evidente por la vida y la salud de los trabajadores. Porque… imaginamos… el beneficio, el crecimiento económico, la productividad, el libre comercio y la competencia les interesan más que la vida de sus empleados (no a todos, claro); una vida a la que en muchos casos tratan como mera mercancía.

Casablanca, muertos al fuego

Un accidente es un accidente; puede ocurrir en cualquier parte, es cierto… Pero los 55 muertos de Casablanca, el pasado sábado, en una fábrica de colchones, es un aviso; ha de ser la luz roja que alarme a más de uno… A esos empresarios desaprensivos (españoles franceses, marroquíes…) que creen que “todo vale” con tal de ganar dinero. Empresarios que instalan sus industrias en sótanos, sin salidas de emergencia, sin ventilación, sin extintores de incendios…

Todos sabemos de los abusos que se cometen en Marruecos con los trabajadores. Se les niegan derechos laborales y se les paga mal. Aquí hemos escrito de ello. Pero, además, es que, en no pocos casos, se les hace trabar en condiciones que al menor contratiempo pueden encontrarse con la muerte. En Tetuán, en Tángeres frecuente encontrarse en calles angostas a camiones de gran tonelaje colocados a lado de sótanos, donde se ve cómo por un ventanuco se saca la ropa recién confeccionada por las mujeres que trabajan allí en unas condiciones infrahumanas.

Así que… ¡ojo! El incendio de Casablanca, pues, además de la horrible tragedia que representa, puede ser también el preludio de otras catástrofes similares que sucederán cualquier día si alguien no lo remedia. Las autoridades harían bien en vigilar más y ser más rigurosas en el control de las instalaciones industriales; la salud de los trabajadores marroquíes lo exige.

La bailarina

Hace unos días conocí a una chica española que se gana la vida en Tánger bailando la danza del vientre; mejor dicho: intenta ganársela. Sí, porque según cuenta, en cada sala de fiestas, discoteca, pub o local en el que actúa, no han pasado dos días desde su contratación y ya está teniendo problemas. ¿Por qué? Porque el dueño pretende que no sólo sea una artista… También le sugiere que sea “una mujer” (mujer “para todo”, se entiende después de escuchar el rosario de quejas que esgrime y las muchas anécdotas que la persiguen). Y claro, ella, concienciada y consciente de que antes que nada es una persona, una artista a la que le he costado mucho aprender a bailar y llegar hasta aquí, no está dispuesta a que la ninguneen —ni a que la manoseen— o que intenten que baile cuándo y cómo al empresario de turno le apetece. Es decir, cuando a él y a sus clientes-amigos les conviene hacer juergas.

De modo que la bailarina (que es bella y esbelta, elegante, inteligente, y libre por encima de todo), un día sí y otro también, se despide del trabajo. Y vuelta a empezar.

Pero, ¿es que no hay, en esta ciudad, ni un sólo empresario, en el negocio del ocio, que entienda que bailar es una profesión? ¿Tan difícil les es comprender que éste es un oficio como otro cualquiera? ¿Por qué los hombres siempre piensan, generalmente, que una extranjera por estos lares, y bailando la danza del vientre, sólo está haciendo una pausa, antes de acabar compartiendo la intimidad?

Estas son algunas de las preguntas que el otro día se hacía esta generosa española que creía ¡ay, creía… Ingenua!, que su arte, aquí, les podía interesar… ¡Y les interesa!, sin duda. Pero también la posibilidad de convertirla en objeto y truncar su carrera y su libertad. Aunque esto último, seguro, a los hombres (marroquíes o europeos) les da igual; no creo que les importe mucho la persona que baila, la verdad.

Empresariado español en Marruecos, entre el tópico y el negocio

Un tópico de Marruecos es que sus hombres (no así sus mujeres) trabajan poco; supongo que aquí, como en todas partes, habrá de todo. Pero viene esto a cuento porque ayer llegaron a Rabat casi un centenar de empresarios españoles… ¿A qué? ¡A hacer negocios!, supongo. O sea, a impulsar y consolidar las empresas que tienen –más de 900 están ya instaladas aquí— y a crear otras nuevas. Entonces, ¿por qué se quejan tanto los empresarios españoles de los trabajadores marroquíes? Es una queja que he oído muchas veces… Si no aman el trabajo, como dicen, ¿les compensa establecerse aquí? Sí, parece que sí… ¡Ah!, son los salarios. “Éstos son mucho más bajos”, suelen decir. 5 a 1, más o menos. Pero, ¿sólo es por eso? Me da la impresión de que hay más; mucho más. Y este “mucho más” se refiere al nulo (o casi nulo) respeto a los derechos de los trabajadores: si hablas de actividad sindical, te despiden; si no haces las horas extras que te piden (que en muchos casos no pagan), también te despiden; si pides que te den de alta en la seguridad social, otro tanto de lo mismo; si quieres que legalicen tu nómina… Si deseas trabajar sólo las horas que marca la ley o en unas aceptables condiciones de salubridad e higiene.. Etcétera, etcétera… También te despiden. Siempre te despiden. ¿No será esto –y no los bajos salarios– lo que de verdad les da beneficios? Últimamente ha aparecido en la prensa que hasta un 40% de las empresas que hay en Marruecos no pagan el salario mínimo. ¡Esto es una vergüenza y un delito! Pero no pasa nada; aquí todo va bien.

Ah!, y encima vienen los empresarios y lo primero que piden es que el Gobierno español aprenda “del modelo Sarkozy”. ¿No será, acaso, que les gustaría ser franceses y así tener más beneficios?