La inteligencia del ser humanoes la capacidad que tiene para adaptarse a la realidad.Xavier Zubiri, filósofo. (San Sebastián, 1889 - Madrid, 1983)

Entradas etiquetadas como ‘naturaleza’

¡Que vienen los bárbaros!

A veces sobran las palabras… ¡Esa escavadora…! Si hablasen las rocas, ¿qué nos dirían?

La tierra tiembla ante las acometidas de las zarpas de acero de los especuladores… Y el mar, por el momento, no se atreve a dar el salto y devorarlos; me refiero a sus villas de lujo a pie de playa. Quizá algún día lo haga y engulla hoteles, mansiones, edificios de apartamentos… Pero a los promotores del negocio les dará igual, porque ellos seguirán contando, avariciosos, su dinero en el último piso de las torres de cristal de la City de Londres, París o Madrid, por ejemplo.

Los especuladores inmobiliarios son una plaga. La globalización tiene estas cosas; hoy estás aquí y mañana allí escarbando como posesos. Con los aviones y los ordenadores podemos planificar la destrucción del mundo en unos minutos y no pasa nada. Luego nos entretenemos en reconstruirlo (véase Irak).

Estos Bárbaros de la construcción acabaron primero con las costas españolas y ahora se han venido a Marruecos a seguir devorando y destruyendo lo que le queda de país de tierra virgen.

Ya he escrito en otro par de ocasiones sobre este tema, pero a nadie parece importarle. Así que habrá que seguir insistiendo. Las costas de Marruecos pronto serán pasto del cemento, la basura y el ruido. Ni acantilados, ni ruinas, ni reservas naturales, ni Historia… Nada se respeta ya. Lo que importa es enriquecerse como sea. Marruecos sufre hoy la mayor acometida del capitalismo más salvaje y especulador que pueda imaginarse. Y a nadie parece importarle demasiado… Porque… ¿Es qué no pueden hacerse esos mismos chalets aunque sea a cien metros de la costa? Aunque sólo fuera para respetar la belleza… Y ya no hablo del respeto a la naturaleza, al desarrollo sostenible, al mar, del planeta…

Ya lo verán… Todo esto saltará algún día por los aires.

El Estrecho de Gibraltar, adiós al paraíso

Es posible que el progreso tenga un sentido único, que no sea posible respetar el medio ambiente y progresar… Pero, si es así, moriremos en el intento. Y entonces, ya, ni habrá progreso, ni seres humanos para contarlo… ¡La Tierra estallará!

En los lugares que retratan estas fotos, hechas esta tarde, había, hace apenas dos años, playas casi vírgenes, ríos de agua cristalina, bosques, colinas vestidas de retamas, jaras, alcornoques; cientos de aves… Hoy ya se ve lo qué hay. Esto es como un incendio cuando salta el cortafuego… Allá, en el “primer mundo” —también se ve en una de las foto por encima de la bruma—, la civilización mal entendida ha ido acabando con casi todo… Y aquí, ahora, el puerto gigantesco de Tánger-Med, que moverá para el año 2014 cerda de 9 millones de contenedores— está acabando con el Estrecho de Gibraltar. Y por si el puerto no fuera suficiente, los dos o tres millones que aumente la población en la zona, en los próximos años, hará el resto.

Cada día que paso por aquí (véanse las fotos) me entran ganas de llorar. Yo quiero que Marruecos se desarrolle, que progrese, pero que no lo haga a costa de la naturaleza que tiene, que es todavía uno de sus tesoros. Cuando terminen el puerto, si se termina algún día, que lo dudo, éste (uno de los más grandes de África) habrá convertido el Estrecho en una gran cloaca; el basurero será de tal magnitud que unirá las dos orillas. Mira tú por donde, la mierda también nos va a hermanar…

En fin, vean, si no, las fotos de lo que se avecina y opinen… ¡Quéjense por lo menos!

Tánger engorda… mientras mata su naturaleza

De aquella ciudad internacional que casi todos añoran ya no queda nada. Bueno, sí, queda el aroma y el aire que la envuelve; por cierto, bastante contaminado ya.

Pero la realidad va por otro lado. Tánger será en década y media una mega ciudad de tres, cinco, ocho, diez… millones de habitantes, cuando se integre en ella el entorno que abarca desde Ceuta a Tetuán, ciudades que quedan a unos 60 kilómetros cada una, formando con ésta un curioso triángulo.

Tánger era una ciudad rodeada de bosques, ríos y manantiales hasta hace poco. Y la costa del Estrecho de Gibraltar, la que se enfrenta a Tarifa, un paraíso de colinas verdes habitada por campesinos y todo tipo de fauna. Hasta colonias de monos había (no sé si se han ido ya) hace unos meses en el Jbel Musa, pico de 842 metros, enfrente del Tariq (Gibraltar).

Pero Tánger ha elegido el progreso: dos puertos gigantescos frente a Tarifa, varias autopistas y autovías, un nuevo ferrocarril, un futuro aeropuerto y varios polígonos industriales nuevos, son ahora sus señas de identidad, y los proyectos que, como las termitas, horadan este territorio, casi virgen hasta hace poco.

Y para construir todo ello han allanado montañas, han secado ríos, han talado bosques, han urbanizado bahías y eliminada playas… Tánger y su entorno son hoy uno de los primeros lugares del mundo en el que mayor inversión pública y privada se está haciendo.

Así que, no sé de qué se extrañan algunos, cuando Renault, Nissan y tantas otras industrias decidan venirse aquí. ¡Hasta la Generalitat de Cataluña está urbanizando su propio polígono industrial! Y la mano de obra es más barata, y los derechos sociales, sindicales, etc., apenas existen o no se respetan…

O sea: ¡Que el progreso ya está aquí! ¡Viva el progreso!

FOTOS. Distintos momentos de la construcción del nuevo puerto de Tánger. Al fondo (último fato) se ve la costa española (Tarifa)