¿Aceptamos que la trilogía del cártel de Don Winslow tiene un valor histórico?

Nadie en su sano juicio podría decir que El poder del perro, El  cártel y La frontera, de Don Winslow son ficción histórica. Pero siempre hay un pero. Hoy en las recomendaciones de los viernes, y aprovechando que el sello que actualmente publica a Winslow en España, HarperCollins Ibérica, ha reeditado la primera novela en bolsillo, os voy a recomendar su lectura y os voy a plantear mirar estas novelas con otros ojos.

Obviamente esta magna trilogía, que recorre desde los 70 hasta casi la actualidad, la historia del narcotráfico en la frontera entre México y EE UU, en forma de frenético, crudo y adictivo thriller, es claramente eso, thrillers como castillos. Winslow es un mago y su estilo ametrallador y su minuciosa estructura atrapa al lector y le adentra en una espiral de muerte, traiciones y violencia que pisotea y ningunea a cualquiera de los productos audiovisuales sobre el mismo tema que se han realizado recientemente.

Es una lectura tan adictiva que hace sentirse casi mal a uno. ¿Cómo se puede decir que se está enganchado, que está disfrutando, de una historia llena de salvajadas? Winslow lo logra.

Pero, volviendo al argumento del arranque, el escritor neoyorquino novela una realidad que, se nota, ha estudiado bien y con profundidad. La historia de los narcos mexicanos y su evolución, la historia de la guerra contra las drogas de los EE UU durante décadas, las conexiones entre geopolítica y crimen, la corrupción… Aunque cambie nombres y ficcione, todo suena a real. A noticiario.

Al leerlo, pensaba que estaba ante una de esas novelas del siglo XIX español -Galdós, Baroja- o de los años 30 europeos que fueron escritas y creadas como novelas contemporáneas, pero que el lector de hoy solo puede leerlas como ficción histórica. 

El poder del perro ha sido una de las novelas que más me ha impactado. Su crudeza, su ritmo, sus descripciones, su minuciosa estructura, su complejidad… Todo me cautivó. Aún recuerdo leer sin aliento, la parte en la que el protagonista de la trilogía, Art Keller, trata a la desesperada de salvar a su compañero en Guadalajara. Hay, en sus páginas, una mezcla de western, novela negra macarra, Shakespeare, thriller a lo Tom Clancy, de periodismo de denuncia, de recreación de una época… que conforma algo único. Algo que no todos los escritores podrían haber llevado a cabo con éxito.

Su valor ‘histórico’ lo podemos encontrar en la importancia del contexto: Winslow marca claramente que no es lo mismo ni los narcos, ni quienes los persiguen en plena Guerra Fría que en el trumpismo; que no actúan igual los viejos narcos que arrancaron el negocio que sus jóvenes cachorros del siglo XXI; que sus aliados mutan, que las mafias italoamericanas dan paso a las bandas; que el Gobierno de México y de EE UU mutan, cambian y se corrompen. Todas esas décadas están minuciosamente recreadas, su espíritu retratado, sin necesidad de ralentizar la trama.

Cuando leía esta primera novela, la que aún considerando las tres buenas, me parece la mejor, las referencias y conexiones no me saltaban con tanta facilidad. En cambio, en El cártel que cubrían parte de mi desempeño profesional, sí. La situación en Ciudad Juárez, el Chapo Guzmán, el cambio del periodismo masacrado para poder informar, el nacimiento y caída de los Zetas… casi todo lo había visto en las noticias. Y qué decir de la última, La frontera, donde tiene gran protagonismo un reconocible trasunto, con otro nombre, de Donald Trump, la inmigración, el tren de la Bestia, el terrible caso del autobús de los estudiantes de Guerrero, las nuevas epidemias de heroína, el exagerado estilo de vida de las nuevas generaciones de narcos y un larguísimo etcétera. Como los grandes novelistas históricos, Winslow condensa la realidad de un tiempo pasado y lo transforma en ficción de primera, dura y emocional. Seguramente le falte la distancia necesaria para poder hablar con

Así que, sí, Winslow es un mago del thriller (no hay novela aburrida en su trayectoria, aunque esta trilogía sea lo mejor junto con Corrupción policial, Rotos y, quizá, Salvajes), pero estas novelas tienen algo más, un poso de recreación del pasado, de una realidad, del que busca captar el espíritu y donde los años, las décadas, y su representación, son importantes. Como la buena novela histórica.

Y por cierto, no hay que olvidar que antes del boom literario y audiovisual sobre este tema, nuestro Arturo Pérez-Reverte ya escribió una estupenda novela sobre el asunto, La reina del Sur. No es Winslow, pero es el nuestro y es bueno.

No he hablado casi de los personajes, de la trama, de la lograda intriga, de los poderosos pasajes de acción de esta trilogía… Eso os lo dejo para que lo disfrutéis. Y vosotros, ¿también percibís un valor histórico en esta trilogía?

¡Buenas lecturas!

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