María Reig, autora de ‘Papel y Tinta’: «Hay cuestiones en las que no hemos cambiado tanto en el último siglo»

María Reig | ©Álex Roló

La novela histórica es un género vivo, que se renueva constantemente con nuevas voces que llegan pisando fuerte. Recién comenzado el 2019 debuta María Reig (Barcelona, 1992) con Papel y Tinta (Suma de Letras, 2019). Una obra que comenzó como un proyecto de micromecenazgo para ser autoeditada y que ha acabado, con el apoyo de más de 125 personas que invirtieron en ella, siendo publicada por un sello de uno de los grandes grupos editoriales del país.

En su primera novela, Reig nos traslada al Madrid de principios de siglo XX para contarnos la historia de Elisa, una mujer que intenta abrir su camino en el mundo del periodismo, profesión que comparte con su creadora…

¿Cómo surgió la necesidad de escribir esta novela?

Llevo escribiendo historias desde los 12 años y siempre tengo en la cabeza posibles relatos que me gustaría convertir en novelas. En el caso de Papel y Tinta, surgió de un modo natural e inconsciente. Me encanta la Historia y uno de mis objetivos era ser capaz de escribir una novela ambientada en otra época. Un día, después de haber leído la biografía de mi tatarabuelo, que fue periodista y autor de zarzuela a finales del siglo XIX y principios del XX, me pregunté: ¿Qué habría ocurrido si yo, que soy mujer, hubiera nacido hace cien años y hubiera querido dedicarme al periodismo? A partir de esa interrogación, me decidí a investigar sobre la época, empecé a crear el personaje de Elisa y pude afrontar ese reto que tantas ganas tenía de abordar: escribir una novela de ficción histórica.

Su primera opción fue la de hacer un crowdfunding para publicarla…

Moví brevemente el manuscrito por alguna editorial, pero no tuve respuesta. Así, en lugar de continuar por esa vía, opté por llevar a cabo un proyecto de crowdfunding para autoeditar Papel y Tinta. La idea era conseguir financiación para la campaña de promoción que iba a acompañar al lanzamiento de la novela en Amazon. La verdadera sorpresa llegó cuando, en solo 25 horas, conseguí los 2.000 euros del objetivo base. En los 40 días que duró la campaña, más de 125 personas se unieron al proyecto y decidieron apoyar la novela. Antes de que finalizara el plazo, superamos el último objetivo de 4.500 euros. Fue una experiencia increíble.

La decisión de sus mecenas de no querer devolver el dinero, ¿le añade presión como escritora?

Más que presión implica responsabilidad. Intento estar en contacto constante con mis mecenas para que sean los primeros en descubrir cómo está evolucionando Papel y Tinta. Lo recaudado en el crowdfunding me está sirviendo para financiar mis primeros pasos como escritora como, por ejemplo, crear mi propia página web y profesionalizar mi imagen y mis contenidos online. También me dio la oportunidad, en junio, de conocer a muchos de ellos en persona gracias al evento que pudimos celebrar en Madrid. Mis mecenas me han enseñado muchísimo en estos meses. Desde el 21 de febrero de 2018 (fecha en la que se inició la campaña), he aprendido que hay personas maravillosas que creen en tus sueños y te ayudan a cumplirlos, que son generosas, que se ilusionan por tus progresos y que apoyan la cultura. Los granitos de arena de esas personas son los que cambian el mundo. Hace unos días, recibieron las recompensas del crowdfunding y muchos de ellos me escribieron para decirme que estaban muy emocionados, que se habían puesto nerviosos al ver el libro y que se sentían parte importante de la novela. Y es cierto. Han sido esenciales.

Periodismo, feminismo, mujer protagonista, la España de antes de la Segunda República, ¡No se ha dejado ningún tema con el que se pueda hacer paralelismos con el día de hoy!

Sí, la verdad es que parece hecho a propósito. Creo que hay tanta vinculación porque, al final, son aspectos de la sociedad que ya entonces comenzaron a ponerse encima de la mesa y que, todavía hoy, son motivo de reflexión. Descubrir esta época me ha abierto los ojos a una realidad y es que hay en cuestiones en las que no hemos cambiado tanto. ¡Y eso que hay un siglo de diferencia! Pienso que Papel y Tinta me ha servido para abordar esos temas que me preocupan como ciudadana mediante una perspectiva histórica. A veces, retrocediendo un poco, podemos comprender mejor lo que hoy se debate.

En el momento en el que estamos, tras el año del 8 de Marzo y el Metoo, descubrir el papel y fuerza de las mujeres del pasado ¿debe estar también en la agenda literaria?

En mi opinión, esos movimientos, la inclusión de estas temáticas en la literatura, el cine o las conversaciones son un reflejo de lo que está demandando la sociedad. Yo escribí la novela antes de este 2018 tan decisivo para la mujer. Esto me lleva a pensar que la preocupación o la necesidad de descubrir a las mujeres que vivieron antes que nosotros es algo que muchas personas llevamos buscando mucho tiempo. Darles voz, investigar sobre ellas, hablar sobre cómo ha evolucionado el papel de la mujer en la sociedad o aspirar a la igualdad total son pasos que, sin duda, irán contribuyendo a este camino que hemos iniciado.

Su protagonista Elisa, para ejercer el periodismo, debe hacerse pasar por hombre. Usted es periodista, ¿qué ha tenido que hacer usted para dedicarse a su profesión casi cien años después que ella?

Lo cierto es que, por suerte, no he tenido complicaciones para estudiar Periodismo. Y ahí está el contraste que me llevó a bucear en la época de Papel y Tinta. Cada persona tendrá una experiencia, pero yo disfruté muchísimo de mis años de carrera en la Universidad Complutense. Sí es verdad que a mi generación nos ha tocado estrenarnos en el mundo laboral en un contexto de crisis económica y política, algo que siempre dificulta los comienzos.

¿Cómo fue su trabajo para documentarse y descender literariamente a la España de aquella época?

Para escribir Papel y Tinta tuve dos fases de documentación. Una fue previa a la escritura. Durante esta etapa, me leí libros y documentos, tanto desde casa como en la Biblioteca Nacional, vi películas de la época, escuché música del momento, analicé fotografías del Madrid de principios del siglo XX y algunos vídeos que se conservan digitalizados, acudí a una exposición de la Residencia de Señoritas…Después, cuando tuve todo estructurado y los bocetos de los personajes planteados, comencé a escribir. Papel y Tinta me ha exigido, en esa segunda etapa, continuar con la documentación para aterrizar en el caso concreto. Es una novela que trata, fundamentalmente, de periodismo, así que para el 90% de las escenas necesitaba tener abiertos varios periódicos (digitalizados por la Hemeroteca Digital de España) para ir al detalle, a la noticia del día a día, al espectáculo que se estrenaba, por ejemplo, un día de enero de 1923.

Esa labor habrá tenido sus riesgos, los españoles no tenemos una relación fácil con nuestro pasado…

El mayor riesgo es cometer errores, que ha sido lo que he intentado reducir al máximo en la medida de lo posible. En la novela no pretendo mostrar una realidad absoluta ni un punto de vista concreto. Los personajes adoptan diversas posiciones con respecto a la actualidad del momento. Mi intención ha sido, en todo caso, respetar la historia y reflejar pluralidad de perspectivas. Para ello he apostado por alejarme de juicios a posteriori, centrándome siempre en lo que podía opinar o pensar la gente de esa época, y de interpretaciones maniqueas. 

¿Cree que la ficción es un buen modo de provocar el interés del gran público por el pasado y la historia?

Yo creo que nos puede ayudar. Es cierto que, como en todo, hay a quien le llama más la atención que a otro, pero si la ficción nos atrae, nos entretiene, nos permite evadirnos al final de un agotador día de trabajo y, encima, aprendemos algo sobre nuestra historia o nos suscita interés en un determinado periodo histórico, mucho mejor ¿no? Al menos, es lo que me pasa a mí como lectora. Me haría muchísima ilusión si los lectores, además de disfrutar, consiguen eso con mis novelas.

¿Cómo definiría esta primera novela suya: como histórica?

La definición más exacta sería “novela de ficción histórica” porque lo que prima, por encima de todo, es la ficción. No hay un relato de un personaje real, aunque aparezcan personas que sí existieron. A mí me gusta pensar que es una ficción que podría ser realidad, pues hay muchísimas personas anónimas de las que no tenemos noticia y que, sin duda, nos ayudaron a llegar a donde estamos con sus pequeños actos.

Y vosotros, ¿habéis leído esta novela y a su autora?

¡Buenas lecturas!

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