Adrian Goldsworthy: «Escribir novela histórica es un muy buen ejercicio mental para cualquier historiador»

El historiador y novelista Adrian Godlsworthy (CEDIDA)

Adrian Goldsworthy (Reino Unido, 1969) es un historiador especializado en el mundo de la Antigua Roma bien reconocido y con ensayos exitosos sobre Augusto o el ejército romano. Como novelista ya habíamos descubierto en España sus ficciones sobre el mundo napoeleónico, pero ahora acaba de llegar a España su primera novela sobre el mundo que mejor conoce, el romano. Vindolanda (traducción de Pedro Santamaría, Ediciones Pàmies, 2018) es una novela de aventuras situada en la frontera norte de la Britania romana, en tiempos de Trajano, antes de la construcción del Muro de Adriano.

Goldsworthy construye, como el mismo reconoce, «un western romano» donde una pareja de auxiliares romanos Ferox y Vindex que conforman una interesante pareja de tipos duros, con momentos de humor y camadería, casi de buddy movie por momentosque se verán envueltos en una complicada situación en la frontera britana donde hay druidas sanguinarios, alzamientos armados y conspiraciones varias. La novela es un prototipo de novela bélica romana de este tipo, al estilo de las de Cato y Macro de Simon Scarrow y similares, con la diferencia de que Goldsworthy demuestra su amplísimo conocimiento histórico lo que le permite huir de determinados lugares comunes de este subgénero y sorprender. Su mundo romano es mestizo y diverso, como sus problemas. El historiador logra compaginar el conocimiento con una narración ágil y veloz, llena de batallas épicas y sangrientas, llenas de jugosos detalles, descritas con pulso y minuciosidad.

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Cuando escribe novela histórica sobre la antigua Roma, ¿resulta difícil equilibrar su papel como escritor y como historiador?

Tienes que mantener los dos roles separados y recordar lo que estás haciendo. ¡Mi mayor miedo es inventar algo para una novela y luego, en unos años, pensar que eso viene de alguna fuente antigua y perder largas horas buscando la referencia! Escribí un ensayo breve sobre el Muro de Adriano poco antes de escribir Vindolanda, así que de alguna manera hubo una coincidencia en la investigación que resultó útil. De cualquier manera, necesito tomarme  unos meses de descanso entre cualquier trabajo de no ficción, y mientras escribo novela. Mi principal proyecto de no ficción en este momento es un libro sobre Filipo II de Macedonia y Alejandro Magno, y eso hace que sea más fácil escribir novelas en el periodo romano y más difícil que mis trabajos de ensayo y ficción se mezclen.

Como historiador y conocedor del periodo, ¿al escribir ficción no tiene la tentación de caer en el infodumping?

No, cuando escribes no ficción sobre el mundo antiguo, normalmente hay tan pocas evidencias sobre un determinado tema que lo incluyes todo. Con una novela, la historia, el argumento, tiene que venir primero. Si a un lector no le interesa los personajes o no quiere saber lo que les va a ocurrir probablemente no se molestará en acabar el libro. Lo realmente vital es crear un mundo para esos personajes que parezca real, o al menos lo suficientemente real para que el lector crea en él. Así que necesitas los suficientes detalles para hacerlo real, pero siempre recordando que no estás escribiendo un libro de texto. Por otro lado, cuando escribo Historia, le debo al lector decir cuando las pruebas sobre algo son deficientes y cuando no sabemos algo y sobre lo que estamos haciendo conjeturas. En una novela no puedes hacer eso. Un personaje no puede abrir una puerta y encontrar un espacio en blanco. Así que los novelistas tenemos que rellenar los huecos con la mejor suposición posible o inventar algo que resulte plausible.

¿Es difícil para un renombrado historiador académico hacer ficción sobre el periodo del que es especialista?

Sospecho que es diferente en mi caso, que llevo toda mi vida adulta estudiando a los romanos. Muchos novelistas (aunque no todos) que escriben sobre el pasado se toman muy en serio sus investigaciones, pero probablemente tienen una actitud muy diferente a la hora de comprender el pasado. Vindolanda es ficción, pero era importante para mí que nada en la historia  sea incompatible con las pruebas existentes en la región y en el periodo romano en general. La arqueología puede traer sorpresas, claro, así que puede llegar un descubrimiento en el futuro próximo que contradiga algo que he dicho, pero quería ser fiel a lo que sabemos hoy por hoy. Encontraron casi cincuenta nuevas tablillas escritas en Vindolada en los meses posteriores a la publicación de la novela, así que estoy ansioso porque se descifren y ver qué contienen.

En realidad, creo que escribir novela histórica es un muy buen ejercicio mental para cualquier historiador porque provoca que te hagas preguntas diferentes. Cuando escribí sobre César o Augusto, no estaba preocupado por cómo vestían o por lo que comían. En una novela, hay cosas básicas que se convierten en importantes. Tienes que volver a las fuentes. Algunas veces te das cuentas que sabemos sobre esas cosas, pero nunca te habías preocupado por ello y otras te das cuenta que nadie lo sabe. Mientras escribía Vindolanda volví a revisar qué tipos de caballos usaba el ejército romano: sementales, capones (castrados) y yeguas. Como novelista quiero conocer simplemente porque puede ser útil si un personaje monta una yegua, aunque solo sea para usar «él» para el jinete y «ella» para la montura. No hay mucho escrito sobre el asunto, pero un estudio sobre la caballería romana se mostraba convencido de que dependía de los sementales y no castraban a los caballos. Cuando tu miras los establos en los campamentos romanos y miras el pequeño tamaño del espacio destinado a tres caballos -asumiendo que hayamos entendido la arqueología correctamente-, parece que colocar tres sementales ahí podría ser una mala idea. Ahora solo pienso en cosas así porque se trata de una novela. La ficción te obliga a pensar en el lado práctico de las cosas y si realmente funcionarían así. Y eso es algo que los historiadores siempre deberíamos tener en mente, aunque a menudo lo descuidamos.

Sitio arqueológico de Vindolanda (VINDOLANDA.COM)

¿Por qué eligió esta frontera romana para sus novelas?

Realmente fue por las tablillas de Vindolanda, esas finas láminas de madera que se usaban para escribir en lugar del papiro, que era más caro. Aunque han aparecido en otros sitios de Europa, en Vindolanda se han encontrado muchísimas debido a las condiciones locales. Nos hacen vislumbrar la vida cotidiana en la frontera con cartas privadas, cuentas, registros militares… No puedes leerlos y no querer saber más sobre las personas que las escribieron y leyeron hace diecinueve siglos. Durante años, la idea de la novela había estado creciendo en mi mente, tomando una misiva muy conocida que es una invitación a una fiesta de cumpleaños, y convirtiéndola en una historia. El lugar en sí, es encantador. Gran Bretaña carece de los grandes restos romanos como Mérida, Itálica o Tarragona, o algo tan enorme como el acueducto de Segovia. Incluso el Muro de Adriano ha sido destruido a lo largo de los siglos para construir graneros o muros de granjas, pero hay algo muy evocador sobre esas tierras. Si no logro nada más con la novela, espero, al menos, animar a más gente a visitar Vindolanda.

«Doy mucha importancia al humor: estoy orgulloso de los chistes de la novela, incluso de los malos»

Como novelista, ¿cómo es Adrian Godsworthy?

No escribo ficción literaria seria, del tipo que disecciona el alma humana. Vindolanda es una historia de aventuras. Espero que una buena, con un fuerte sentido de la época y que muestre cómo pudo haber sido aquello, pero en última instancia el objetivo era escribir algo que fuera entretenido. Tanto con la novela como con el ensayo, escribo libros que quiero leer y espero que otras personas los disfruten también. Para ser honestos, veo Vindolanda esencialmente como un western, uno ambientado al final del primer siglo después de Cristo en el norte de Britania. En mi niñez echaban muchos westerns en televisión y crecí con ellos y les sigo teniendo cariño.

Otra cosa a la que doy mucha importancia es el sentido del humor. Estoy orgulloso de los chistes de la novela, incluso de los malos. La historia está situada alrededor del ejército romano y todos los soldados que he conocido, o sobre los que he leído, tendían a reírse mucho. Es una forma de enfrentarse a situaciones terribles, así que el humor puede ser bastante oscuro o crudo, pero está ahí. No puedo imaginar una historia sobre soldados en la que están serios todo el rato.

Decía antes que Vindolanda es un western, y sí que tiene ese carácter de novela de frontera, ya fuera en el Oeste o en las colonias británicas en Asia en el siglo XIX. ¿Son esas época comparables?

Como decía antes, creo que es un western. Parecía el modelo obvio para una historia ambientada en una zona fronteriza. Lugares donde se encuentran diferentes culturas son siempre muy interesantes. Sin embargo, debido a que la evidencia del período es muy escasa, la he desarrollado con paralelos trazados de otros imperios y otras zonas fronterizas. Hay una parte que hace referencia al oeste americano, así como cosas tomadas de los británicos en la India y África. La trama que involucra al druida se basa en investigaciones académicas que sugieren que pueden percibir destellos de cómo la religión druídica cambió bajo la presión de la conquista, y esto tiene paralelos en los imperios español, holandés, británico, etc. en épocas más recientes y mejor documentadas. También he tomado un poco de la poesía irlandesa medieval temprana para desarrollar los mitos y los procesos de pensamiento de los britanos.

«El imperio romano incluía muchas culturas: podías ser romano y otras cosas»

En la novela, tanto romanos como britanos parecen formados por diversos y multiétnicos grupos. ¿Fueron tan diversos? ¿Vio la polémica en redes sociales que el año pasado mantuvo Mary Beard sobre el centurión negro de un documental?

Esta diversidad es un gran tema en la historia. Creo que la arqueología es lo suficientemente clara como para sugerir muchas diferencias entre las regiones de la Edad del Hierro en Gran Bretaña, aunque como ninguna de estas culturas dejó ningún registro escrito, tenemos que adivinar los detalles. Está claro que el imperio romano incluía muchas culturas diferentes y que alguien también podría ser ‘romano’ y otras cosas. Es un pensamiento interesante que los jinetes que comandaban cohortes auxiliares como el de la novela provinieran de todo el imperio. Eran hombres importantes, pero muchos pueden no haber visto la misma Roma. Una de las sorpresas de las Tablas de Vindolanda fue que Flavio Cerialis, comandante de la Novena Cohorte Bátava era claramente un bátavo como los hombres que comandaba. Los bátavos eran una tribu germánica que vivía en lo que hoy es Holanda y estuvieron involucrados en una rebelión importante una generación antes de la historia. En una tableta un decurion se dirige a él como rey. Algunos eruditos ven esto como un poco de adulación, pero es posible que él realmente fuera de la familia real de la tribu. Vivía en una casa con patio en el fuerte que se inspiró en el diseño típico mediterráneo alrededor de un patio central. En el sur, ofrecía una agradable sombra del sol de verano, que rara vez era un problema en Gran Bretaña. Así que tienes un rey tribal germano que también es un oficial romano que vive en el extremo norte de una casa adecuada para un caballero italiano. Realmente es una mezcla bastante interesante.

Escuché algo sobre esa controversia, pero no la seguí. Twitter, y las redes sociales en general, son una parte del mundo moderno que simplemente no entiendo. Realmente no sé cómo alguien encuentra tiempo para todo. Mi impresión fue que la BBC había elegido a un actor negro como gobernador u oficial romano y de repente se convirtió en un gran problema. Una razón por la que no veo el punto a Twitter y demás redes, es que parece animar a las personas a gritarse de una manera que no lo harían en persona. En este caso, puedes argumentar que el imperio romano incluía muchas razas diferentes. Sin embargo, no se extendió al África subsahariana, por lo que sería improbable que alguien con ese origen. No resulta imposible, porque los esclavos entraron y algunos obtuvieron la libertad y tuvieron descendientes, pero realmente estarías hablando de una pequeña y pequeña minoría de la población. En general, los romanos no hablaban mucho sobre el color de la piel, sino que tenían muchos otros prejuicios.

Tablilla de Vindolandia (WIKIMEDIA)

«La gran escala del Muro de Adriano, que no tiene parangón en ninguna otra parte del imperio»

¿Cuánto de ficción y cuánto de historia tiene Vindolanda?

Sabemos muy poco acerca de lo que estaba sucediendo en el norte de Gran Bretaña en los primeros años del reinado de Trajano. Tampoco sabemos realmente por qué Adriano construyó su Muro en el año 122 después de Cristo. La gran escala del Muro de Adriano, que no tiene parangón en ninguna otra parte del imperio, así como la presencia a largo plazo de tantas unidades del ejército romano en el área sugiere que ocurrían muchas cosas, pero esa información no ha sobrevivido en nuestras fuentes. Otra razón para elegir este momento y lugar fue porque me dio mucha libertad. He intentado hacer que todo sea plausible: los detalles de cómo funcionaron el ejército y el gobierno son tan precisos como puedo hacerlos. También he desarrollado conjeturas para llenar los muchos vacíos que tenía. Para un arqueólogo está bien fechar la construcción de una carretera o un fuerte aproximadamente e incluso se puede decir que un margen de diez años es poco tiempo. En una novela, tus personajes viven el día a día, por lo que debes elegir lo que realmente habría estado allí en el momento de la historia.

Los libros y la serie de Juego de Tronos y su Muro han atraído bastante atención sobre su base histórica, el muro de Adriano. Como historiador, ¿la moda es un buen valor para enseñar y divulgar?

Bueno, si ayuda a que la gente se interese en la historia, entonces estoy totalmente a favor. Aunque, a veces, parece tan vergonzoso que haya más dinero para crear mundos imaginarios en pantalla para una serie de películas de fantasía o ciencia ficción que para dramas históricos, pero la gente quiere entretenerse, así que los cineastas producen lo que creen que venderá. Solo he visto la versión de televisión de Juego de Tronos y no he leído los libros. Pero en la serie, cosas como El Muro son absurdamente grandes y poco prácticas, como lo es un reino de estilo medieval en una escala tan vasta, pero sospecho que en las novelas se hace de una manera más plausible. Siempre tienes menos tiempo en la pantalla, así que necesitas simplificar.

[A FONDO: El mundo medieval en ‘Juego de Tronos’: sexo, dragones, guerra y religión]

En la novela histórica siempre hay discusión sobre las posibilidades del género de crear paralelos con el presente. ¿Sus novelas tratan de mandar mensajes para el presente del lector? En un momento donde se hablan de fronteras duras y blandas y muros, usted nos lleva a la frontera romana antes del Muro de Adriano…

Como digo, lo que estoy escribiendo es una historia de aventuras. Si hay algún mensaje, entonces es bastante general. Escribí un libro llamado Pax Romana para comprender lo que significaba vivir bajo el gobierno romano. Su intención era sugerir que los imperios no son ni buenos ni malos automáticamente, sino una mezcla, al igual que otros sistemas. En cierto sentido, Vindolanda es una extensión ficticia de esto.

¿Cree que la novela histórica es útil para enseñar historia al público? ¿Supone eso una responsabilidad extra para el escritor?

Creo que tienes una responsabilidad con la verdad, pero quizá eso puede ser el instinto del historiador que soy. Muchos autores y cineastas claramente piensan de manera diferente y supongo que se tiene que dejar que la inteligencia de los lectores juzgue si algo es fiel al pasado o una tontería. Es una lástima que el pasado se convierta en simplemente en historias de «buenos contra malos». Espero que Vindolanda sea más sutil que eso. Sin embargo, sí creo que una buena novela histórica puede dar una idea de una época mucho más rápida que la no ficción. También puede inspirar a alguien a leer sobre la historia real. Una de las razones por las que me interesé tanto en Roma cuando era niño fue ver películas épicas como Ben Hur y Espartaco, y leer libros de Astérix.

Tras Vindolanda y The Encircling Sea (la segunda novela del a serie, ya disponible en inglés), ¿cuáles son sus planes con Ferox y Vindex?

La tercera novela, Brigantia, está terminada y se lanzará en inglés en junio de 2019. Los llevará a Londres romano y a otros puntos de la provincia en un momento de rebelión. Todavía no he decidido qué harán después. Todavía queda mucho por hacer en Britania, pero me pregunto si se debería formar un numerus o unidad irregular, poner a Ferox a cargo y enviarlos a Dacia. Sería bueno para ellos conocer a Trajano y a un joven Adriano.

¿Cómo y cuando empezó su relación con la ficción histórica como lector?

Cuando era joven,. Mi padre nos leyó Puck of Pook’s Hill cuando éramos pequeños y los capítulos que realmente me encantaban eran sobre Parnesius, un centurión en el Muro de Adriano al final de la Gran Bretaña romana. Más tarde, leí El Águila de la Novena y cualquier otra cosa que pudiera encontrar, y luego historias similares a Hornblower y Sharpe para un período posterior. Si siento que el autor sabe lo que hace, entonces realmente disfruto leer una novela ambientada en el pasado.

¿Qué siente sobre el brexit? ¿Está Gran Bretaña de nuevo lejos del resto de Europa como ocurriera tras las caída del Imperio Romano?

El historiador en mí sospecha que dentro de un par de años todos nos preguntaremos de qué se trataba este lío. Cuesta poco tiempo que algo se vuelva normal, por extraña que haya sido la idea hace algunos años. El voto para dejar la UE fue sorprendente solo si vivías en Londres. Lo que fue sorprendente en ese momento y desde entonces es que nadie en el lado favorable a la permanencia ha argumentado que la UE como institución es algo bueno. El argumento se refería a los riesgos económicos, y quedó una fuerte impresión de que casi nadie en Gran Bretaña realmente cree en la UE y sus objetivos. Con la excepción de una minoría muy pequeña, no veo ninguna señal de que el brexit sea en modo alguno una expresión de hostilidad hacia los europeos. Igualmente predecibles han sido las arduas negociaciones y las desagradables disputas de los políticos aquí en el Reino Unido. No voy a hacer ninguna conjetura sobre lo que va a ocurrir ya que los historiadores tendemos a ser los peores profetas: ¡somos mejores en entender todo después de que ocurra!

Os recuerdo que sigue activa la votación para elegir las mejores novelas históricas del año 2018. Si queréis votar, podéis. Vindolanda está entre ellas.

¡Buenas lecturas!

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