La milagrosa y polémica evacuación de las obras del Museo del Prado durante la Guerra Civil

La Venus recreándose en la música, de Tiziano, a su llegada a Ginebra. Fotografía publicada en la revista Vértice, no XXIV, julio de 1939. (CEDIDA POR ARZALIA)

En noviembre de 1936, el Gobierno de la República comandado por Largo Caballero ordena la evacuación de obras del Museo del Prado. El ejército nacional ya está en los alrededores de Madrid y ha bombardeado la capital. El día 6, el Ejecutivo marcha a Valencia. Las órdenes recibidas en el Prado parecen indicar que los tesoros de la pinacoteca deben ir allí donde esté el Gobierno. Arranca una odisea llena de peligros de tres años donde obras maestras del arte universal recorrerán un país en guerra, llegarán a Ginebra y regresarán a Madrid en septiembre de 1939.

El doctor en Historia y escritor José Calvo Poyato no duda en calificar de «milagro» el hecho de que hoy podamos disfrutar en los pasillos de ese museo de obras como Los fusilamientos de la Moncloa (también conocido como Los fusilamientos del 3 de mayo de 1808) y La familia de Carlos IV de Goya o Las Meninas de Velázquez, en su reciente obra El milagro del Prado (Arzalia, 2018).

Para este historiador, la evacuación de obras del museo por entonces dirigido por Picasso -en teoría, pues nunca vino a Madrid a ocupar su puesto- fue de «carácter político» y no respondía al interés de salvaguardar los tesoros artísticos. «La Oficina Internacional de Museos recomendaba, en caso de guerra, mantener las obras en los museos, protegidas de la mejor manera posible; los propios técnicos del museo se manifestaron en contra del traslado, con su subdirector, Francisco Javier Sánchez Cantón, a la cabeza: era preferible que se quedaran, frente a los riesgos del traslado», asegura.

«Madrid estaba siendo bombardeada», admite Calvo Poyato, pero «por esas fechas no habían caído bombas sobre el museo y su entorno».

Las obras del Prado, camino del Museo de Arte e Historia de Ginebra. Fotografía publicada en la revista Vértice, no XXIV, julio de 1939.

Los riesgos del traslado sí que fueron evidentes y lo sufrieron obras que no eran menores. «Al cruzar el puente sobre el Jarama de Arganda, el cuadro de Las Meninas era demasiado alto para pasar en el camión: tuvieron que hacerlo a mano, en plena noche de diciembre, con un frío helador. A su paso por Benicarló, a Los fusilamientos de la Moncloa de Goya se le cae un balcón encima que rasga el lienzo. En Cataluña, fueron guardados en dos ocasiones en lugares que también se utilizaban como depósitos de municiones. El cruce de la frontera a Francia se hizo a través de carreteras atestadas de gentes que huían de la guerra y en situaciones llenas de riesgo…» Los héroes de esta aventura, para este autor, son anónimos para la gran historia: los técnicos que acompañaron a las obras en sus distintas etapas de su viaje como Timoteo Pérez Rubio. Ellos hicieron posible que, pese a los daños sufridos, aquella odisea no degenerara en una tragedia universal.

Entonces, ¿qué finalidad tuvo el traslado? «No soy capaz de decirlo», asegura este historiador tras su investigación. «Aún así he introducido dos variantes que me parecen reveladoras: en los mismos días que se toma la decisión de sacar los cuadros, se decide sacar las colecciones de monedas de oro y plata -las de bronce o cobre no interesaron- del Gabinete Numismático del Museo Arqueológico Nacional. Esa colección se perdió para siempre. La otra pista, es un decreto reservado de abril de 1938, por el que todos los cuadros del Prado, y todo el patrimonio histórico artístico, pasan a depender del Ministerio de Hacienda«.

Entonces, ¿se pensó en vender las obras para sufragar el gasto de la guerra? «No puedo afirmarlo porque no he leído ningún documento en ese sentido», responde Calvo Poyato, «pero que ese documento fuera de carácter reservado nos puede dar una pista. Es un indicio, pero no me atrevo a ir más lejos. En el mundo cultural de la época había una gran preocupación por lo que iba a pasar por con esas obras».

Guerra contra el arte

José Calvo Poyato, en la primera parte de esta obra, hace un pequeño repaso del riesgo y los daños que el patrimonio artístico cultural español sufrió en los primeros meses de Guerra Civil. «Con la sublevación militar del 18 de julio, en Madrid hay una explosión anticlerical muy fuerte y se produce un caótico ataque sobre monasterios y templos: muchas obras religiosas se perderán durante esos primeros días. Pero será un grupo de intelectuales republicanos los que pedirán al Gobierno la creación de una junta que proteja el patrimonio. Esa Junta de Incautación comenzará rápidamente a funcionar y pondrá freno a esas prácticas: incluso hará una labor pedagógica, haciendo campañas que enseñan el valor del arte para el pueblo español y que defendiéndolo, se defiende España», resume el autor.

La valoración de Calvo Poyato sobre los efectos de la guerra es clara: «Muy negativo, aunque pudo ser peor». «En la zona republicana, hubo graves pérdidas, sobre todo de arte religioso, pero las autoridades reaccionaron. En la nacional no ocurrió, porque la Iglesia se puso del lado de los sublevados, pero hay que decir que las autoridades de este bando apenas se preocuparon por la cultura».

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8 comentarios

  1. Dice ser Anaïs Alapont

    Alguien se acuerda de Josep Renau? Por favor revisen bien la historia y reconozcan el valor que tuvo en el traslado de las obras del Prado y del Tesoro Nacional.

    18 julio 2018 | 09:36

  2. Dice ser Maria

    Más bien empaquetaban para robar . Hay la desmemoria. Cita con la historia con pio moa. Si alguien quiere saber la verdad de los hechos

    18 julio 2018 | 10:15

  3. Dice ser Historiadora

    Lamentable y vergonzoso que en un artículo sobre este tema ni se cite al auténtico responsable de la salvación de las obras del Museo del Prado con su traslado en plena guerra, primero a Valencia y posteriormente a Ginebra, Josep Renau. Fue el Director General de Bellas Artes, y la persona que encargó a Picasso la creación del Guernica.

    18 julio 2018 | 11:03

  4. Dice ser antonio

    Vean, por favor, «Las cajas españolas», película dedicada precisamente a estos hechos. Hay alguna inexactitudes en el artículo.

    18 julio 2018 | 11:24

  5. Dice ser Lorcueja

    ¿Hablamos del saqueo a las arcas del Banco de España por parte de las huestes socialistas y el traslado del oro a Rusia? No. Eso no interesa. Está claro quién «manda» en los medios de (des)comunicación.

    18 julio 2018 | 12:43

  6. Dice ser Antonio Larrosa

    Si hoy es 18 de julio toca artículo sobre algún episodio de la Guerra Civil Española y ahora toca algo que no es bélico sino cultural que es la evacuación de las obras de arte del Museo del Prado de las bombas que lanzaban los sicarios de Paco y Adolfo. Finalmente los asesinos ganaron la guerra. Las obras de arte volvieron al Museo del Prado y todos, digo los supervivientes de la matanza, tan contentos.

    Clica sobre mi nombre

    18 julio 2018 | 12:43

  7. Dice ser zero39

    EL MAYOR DESTROZO CULTURAL , DE ARTE Y DE PATRIMONIO LO COMETIO LA IZQUIERDA QUE QUEMO PRACTICAMENTE TODOS LOS EDIFICIOS RELIGIOSOS Y MUCHAS CASONAS Y PALACIOS DONDE SEGUN ELLOS HABIA RICOS, HICIERON SAQUEO DE TODO LO QUE PUDIERON HASTA QUE FRANCO ENTRO EN LAS DIFERENTES LOCALIDADES Y RECUPERO EL ORDEN Y EL ESTADO DE DERECHO.
    LO DE LLEVARSE LOS CUADROS DEL PRADO PARA PROTEGERLOS FUE UNA PAYASADA TEATRAL PARA APARENTAR QUE LOS ENEMIGOS ERAN SALVAJES PERO FRANCO NO TENIA NINGUNA INTENCION DE BOMBARDEAR EL PRADO PORQUE COMO DIGO LOS MAYORES DESTROZADORES DE PATRIMONIO ARTISTICOS FUERON LOS ROJOS QUE SON LOS QUE REALMENTE SE COMPORTARON COMO UNOS SALVAJES.

    18 julio 2018 | 19:06

  8. Dice ser shinue

    Menos mal que estaba la República si hubieran sido fascistas les hubiera dado igual que se destruyeran todas, dado su amor por la cultura

    19 julio 2018 | 12:39

Los comentarios están cerrados.