Ahora que sabemos que Heath Ledger no se suicidó (¿a alguien le ha servido de consuelo esta información?) y que se pasa definitivamente página de muerte (espero que así sea, por favor no más morbo), los productores de la película que estaba rodando en Londres cuando murió, ‘The Imaginarium of Doctor Parnassus’, han comenzado a estudiar fórmulas para poder acabar la película y que no se convierta en un desastre económico (su presupuesto es de 30 millones de euros).
A Terry Gilliam, al que imagino que sus amigos ya apodan gafe (su mala pata ya es un caso que comienza a mosquear), le gustaría contar con Johnny Depp. Yo si fuera Depp, declinaría la oferta educadamente, por si las moscas. Pero parece que esta opción es complicada y que los productores están incluso estudiando la posibilidad de acabar digitalmente la película, como ya se hizo hace años con ‘El cuervo’, después de que Brando Lee muriera en un accidente durante el rodaje.
A mí esta opción me da un poco de grima. Vi ‘El cuervo’ hace tiempo y, quizá por un problema mental mío que nunca he llegado a consultar con un especialista, me pasé la película intentado averiguar (no lo logré) en qué momentos estaba Brando Lee y cuándo su doble virtual. Y volvió a sucederme lo mismo con ‘Gladiator’ y Oliver Reed. Es enfermizo, lo sé, pero si a mí me pasó y distrajo mi atención de la trama, por ahí habrá alguna otra docena de morbosos como yo a los que le pase lo mismo ¿no?
No sería mejor, me pregunto, cortar por lo sano y darle el papel a otro actor. La opción de Depp es muy buena, pero si no sale, habrá otros dispuestos a jugársela con Terry Gilliam . Al fin y al cabo solo se había rodado un tercio de la película y queda mucho por hacer.
Estos días el equipo de rodaje se reúne en Toronto y probablemente sea entonces cuando se tome una decisión. Si vosotros fuerais los productores, ¿qué haríais?
No sé cuál es la peor pesadilla femenina (yo podría hablar solo por mí), pero desde luego la masculina tiene que ver con que le pase algo ‘al pequeño Johnny’ (esa expresión se la oí hace tiempo a un amigo inglés, porque en su país es muy frecuente que los chicos den un nombre o un apodo a su pene. Sin comentarios). Y como os iba diciendo, creo que es ésa debe de ser su peor pesadilla, porque ayer un amigo mío me envió muy alarmado el tráiler de ‘Teeth’ (dientes), tráiler que a su vez le había reenviado, también un poco acongojado, un colega de trabajo. ¿Y qué tiene ‘Teeth’ para que a los hombres les dé tanto miedo? Pues como su nombre indica en inglés, el asunto tiene dientes, muchos dientes, pero no es un monstruo. Es una vagina dentada, propiedad de una chica algo puritana, que no sabe muy bien cómo manejar su vida con este cinturón de castidad anatómico con que la naturaleza la ha bendecido.