Si seguís este blog seguro que no os cuento ninguna novedad: Crispin Glover es uno de mis actores favoritos y creo que está lejos, lejísimos, de tener el reconocimiento que se merece. Os lo dije hace tiempo, en un post recopilatorio de «todas sus caras» (que son muchas) y lo mantengo.
Y es que, por supuesto, es muy probable que el primer papel que se nos venga a la mente de Glover fuera el de George McFly en Regreso al futuro.
Que tú ahora lo miras y piensas, ¿este tío no envejece o qué pasa? Porque basta echar un vistazo a cómo le han sentado los años a, por ejemplo, Tom Wilson (el que interpretaba a Biff Tannen) y, aunque es cierto que se conserva de lujo, pues los años se le notan, claro. Pero a Crispin no. Y creo que mucho puede tener que ver que, incluso teniendo su más que característico, personal e intransferible rostro, llega a un nivel de mimetismo en cada uno de sus personajes que, sencillamente, no ves al actor que hay detrás.
Desde sus inicios en Instinto Sádico o A quién ama Gilbert Grape, hasta los éxitos de los 2000 como Los ángeles de Charlie o Epic Movie, donde interpretó a un fantástico Wonka, y sin dejarnos los más modernos, como su papel de la sota de corazones en Alicia en el País de las Maravillas y, por supuesto, su interpretación de Mr. World en American Gods, han sido muchos y de muy distintos talantes los papeles que este actor ha sacado adelante con absoluta genialidad. Aunque yo me quedo, sin lugar a dudas, con su paso por El gabinete de curiosidades de Guillermo del Toro, en el episodio El modelo de Pickman.
Hay uno, sin embargo, del que ha confesado sentirse avergonzado. Y no os imagináis cuál.
Y ese papel del que se avergüenza y sus motivos salieron a la luz treinta años después, en una entrevista para AV Club, en la que Glover contaba que el final de Regreso al futuro, para él, echó a perder la película y, con ella, su personaje y papel de George McFly.
Resumidamente, Glover opinaba que si el final feliz para los personajes es tener dinero, y no tenerse los unos a los otros, entonces el mensaje no es bueno. La recompensa debería ser el amor y la familia, no la riqueza. Mucho menos la idea de «cuando éramos pobres nos odiábamos y ahora que somos ricos nos queremos mucho». Es un mal mensaje.
En una entrevista para Sirius XM dijo:
La razón por la que no salí en la película es más compleja que esto, pero yo hacía preguntas que a los productores y al director no les gustaban.
Yo era un actor serio. Así que cuando empecé a analizar realmente el guion, una vez que nos involucramos en el proyecto, tuve preguntas sobre el argumento. Había un final diferente. No voy a entrar en muchos detalles, pero tenía preguntas al respecto y sí que se cambió.
Creo que había otras personas que tenían dudas porque hay cosas en el final que podrían, particularmente en estos días, ser consideradas ofensivas. Esos cambios se produjeron. Tenían que ver con el dinero y lo que los personajes hacían con él. Pero no me detuve ahí. Le dije a Robert Zemeckis que yo creía que no era una buena idea que nuestros personajes tuvieran una recompensa monetaria, porque básicamente hace que la moraleja de la película sea que el dinero es igual a la felicidad. Y haciendo que el personaje de Marty se alegre por tener una camioneta en el garaje.
Lo que yo defendía era que los personajes debían estar enamorados y que el amor debía ser la recompensa. Zemeckis se enfadó mucho conmigo cuando dije esto.
Detrás de esta historia, en alguna parte, se esconde la verdad sobre por qué Glover no participó en ninguna de las secuelas de la película. Sí: es posible que no os dierais cuenta de ello, pero las escenas de la segunda entrega donde sale Glover son, todas, escenas repetidas de la primera parte, sin metraje original. Eso sí: hay escenas nuevas en las que sale George McFly. ¿Cómo las hicieron? Le pusieron a otro actor, Jeffrey Weissman, prótesis de cara para que se pareciera a Glover.
Teniendo en cuenta que tuvieron que cambiar a la actriz que interpretaba a Jennifer (Claudia Wells por Elisabeth Shue, cuando la primera dejó el proyecto por motivos familiares) y lo hicieron a la vista y sin problemas, el hecho de que disfrazaran a Weissman de Glover dice mucho sobre la intención de ocultar al público el hecho de que habían dejado fuera, a propósito, al actor de la primera entrega.
Los productores siempre han dicho, por su parte, que el actor pidió una cantidad desorbitada de dinero, exigiendo cobrar lo mismo que Michael J. Fox, y que ellos lo rechazaron. Glover, sin embargo, reveló en Sirius XM que eso, sencillamente, no es cierto: que él no rechazó participar en la película y que a él le hicieron una oferta que era menos de la mitad de la oferta que recibieron Lea Thompson o Tom Wilson, siendo papeles de tamaño similar.
Cada quien puede creer la versión que quiera sobre el asunto, pero viendo la trayectoria de Glover parece poco probable que mienta en esto.