Archivo de octubre, 2021

10 curiosidades estremecedoras que -seguramente- no sabías sobre ‘El exorcista’

¡¡HAPPY HALLOWEEN, PAGANOS!!

¿Tenéis ya preparadas las películas para una maratón de terror? Pues, si no, será porque no queréis, porque en este blog ya os dejamos un montón de buenas maratones para pasar un Halloween de película, desde clasificados por décadas a por edades. Pero hoy no estamos aquí para eso, estamos para hablar afanosamente de una que en mi casa NO cae y que tardará mucho en caer. Porque puede que yo sea una madre terrible por dejar a los niños ver El juego del calamar, pero no tanto como para dejarlos ver ESTO QUE NOSOTROS VEÍAMOS CON OCHO AÑOS (de hecho, yo creo que la vi con seis o siete): El exorcista.

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Pasa una cosa con esta película, que os recuerdo que se estrenó en 1973, y es que en ella se concentra lo mejor de las características del terror de tres décadas muy diferentes: tiene el suspense de los ’60, la escatología de los ’80 y, muy especialmente, el arte visual de los ’70. Protagonizada por Jason Miller y Linda Blair y dirigida por William Friedkin, El exorcista es una joya del género, atemporal como pocas. Hoy os voy a contar diez de las curiosidades en torno a la producción de esta cinta que no os podréis creer.

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El espectacular cambio de Kyle Sabihy, el hijo de Billy Crystal en ‘Una terapia peligrosa’

Hay algunas películas que si en un momento de zapping especialmente aburrido encuentro, soy incapaz de quitar. Como Starship Troopers, La princesa prometida El lobo de Wall Street. Y una de ellas es esta, Una terapia peligrosa, aunque sospecho que esta la dejo con la esperanza de, algún día, conseguir ver todos los trozos de manera independiente y poder decir que la he visto entera. Porque nunca consigo verla entera y del tirón. Cosas del zapping.

Como seguro que ya veis venir, el otro día me la encontré en la tele y a mi vena bloguera le asaltó la duda: ¿qué sería de ese chavalín? ¿Cuántos años han pasado ya? Y, en fin, al ver que han pasado 22 años de la primera (20 de la segunda entrega), pues no he podido resistirme.

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¿Qué fue de Jason Donovan, el ídolo del pop?

Los tardíos ’80 y los ’90 enteros fueron una época maravillosa para el arte. «Maravillosa». Ese momento tan enfocado en resaltar todos los potenciales talentos de las jóvenes promesas (por aquello de que a más mercado más cash) en el que, si eras famoso, podías probar todos los palos (Toda, toda, #wewillneverforget, Jesulín).

Jason Donovan fue uno de los que salieron beneficiados de este batiburrillo creativo. Iniciado en la televisión en 1980, en el 86 llegó al papel de Scott Robinson en Neighbours que, a lo largo de 400 episodios, y con la venia de Kylie Minogue, lo lanzó a la fama.

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Qué pelazo. Qué redneck todo.

Caló tanto entre la chavalada de la época que, cuando dejó la serie en el ’89 y ya convertido en estrella adolescente, lo metieron de cabeza en la industria musical. Publicaciones como SuperPop o Teen Beat hicieron el resto: había nacido un ídolo noventero. Lee el resto de la entrada »

Recordando a James Michael Tyler. ¿Qué fue de Gunther después de ‘Friends’?

No son pocas las veces que en este blog hemos hablado de Friends, pero (o precisamente por ello) se hace raro arrancar el post desde una noticia triste: se supo ayer (anteayer de noche, en realidad) que James Michael Tyler, el actor que en la serie daba vida Gunther, el propietario y camarero del Central Perk, ha fallecido a los 59 años, a causa de un cáncer.

Desde aquí mi humilde y sentido pésame a toda la gente que formaba parte de su vida, que si era él como lo cuentan (y no lo pongo en duda) seguro que es mucha.

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Tal vez no lo sepáis (o tal vez sí), pero Gunther no estaba pensado inicialmente para ser un personaje propiamente dicho, ni fijo, ni con frases (no digamos ya diálogos). Pero en más de una ocasión los creadores de la serie han contado, no solo que James fue elegido para ser Gunther porque era el único extra que sabía manejar la máquina de café (había sido camarero mucho tiempo), sino que consiguió aportar algo al dueño de Central Perk que lo convirtió en un personaje más, en parte del grupo. No habría sido lo mismo sin él, de eso no hay duda. Finalmente, Gunther apareció, de uno u otro modo, en un total de 150 episodios, entre el 94 y el 2004. Lee el resto de la entrada »

10 curiosidades increíbles que -probablemente- no sabías de ‘American Psycho’

Hay películas que, personalmente, soy incapaz de ubicar en el tiempo. Siempre que pienso en ellas las avanzo o retrocedo, fácilmente, cinco años (cuando no son diez o quince). Y una de ellas es esta, American Psycho, la que fue el salto a la fama de Christian Bale.

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Esta cinta, llevada al cine por Mary Harron en el año 2000 y basada en la novela homónima de 1991 de Bret E. Ellis, convirtió los horrores perpetrados por Patrick Bateman en una experiencia de terror delicioso, reflejando con absoluta fidelidad cada pequeña obsesión del protagonista.

Y, como todas las películas (buenas y malas), está cargada de curiosidades sorprendentes. Os traigo diez: Lee el resto de la entrada »

Jennifer Beals, impresionante casi 40 años después de ‘Flashdance’

Luego llegaron más, claro que sí. Porque (como todo el mundo sabe) cuando algo funciona en Hollywood, todo el mundo hace lo mismo en Hollywood.  Y probablemente todo el mundo recuerda ese Footloose con un adulto despreciable que impedía que la pobre chavalada se dedicara a bailar por el pueblo, pero antes de ese despliegue de locura capitaneado por Kevin Bacon hubo otra, considerada por muchos la original, la mítica, la auténtica e inevitable: Flashdance.

Son, de hecho, tan cercanas en el tiempo (apenas un año de diferencia entre ambas) que es imposible no confundir en el recuerdo algunas de las escenas de la una con la otra. Especialmente teniendo en cuenta que como la tercera parte del metraje son pies.

En esta cinta magnífica en su género que era Flashdance el personaje protagonista era femenino: se llamaba Alex Owens, una pluriempleada que era a la vez bailarina exótica y soldadora y que quería entrar en una escuela de ballet. Y la fabulosa mujer que la interpretaba era Jennifer Beals.

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¿Qué fue de Carrie Henn, la niña de ‘Aliens: El regreso’?

Nadie puede discutir que la de Alien es una de las sagas más prolíficas (y fructíferas) del cine. Desde hace (ojo) más de 40 años, el imaginario creado por Ronald Shusett y llevado a la pantalla por Dan O’Bannon y Ridley Scott para aquella primera película (Alien, el octavo pasajero) ha dejado cinco entregas más (tres de ellas -cuatro en total- con la fantástica Sigourney Weaver como Ripley), incluidas Prometheus en 2012 y Alien: Covenant en 2017, ambas dirigidas, de nuevo por Ridley Scott.

La segunda entrega, sin embargo, estuvo bajo la batuta de otro de los grandes de la época: James Cameron. Esa fue Aliens: El regreso, que narra el regreso de Ripley, junto a un grupo de marines, al planeta donde ella y sus compañeros, a bordo de la Nostromo, se habían encontrado con la criatura.

Y en esta entrega aparecía, tal vez como golpe de efecto emotivo, una niña: Newt. Interpretada por Carrie Henn, nuestra protagonista de hoy.

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¿Recuerdas ‘Magnum, P.I.’? Así son hoy sus protagonistas

Era 1980, y a los pantalones de campana, las gafas de sol de aviador y los bigotones king size se unió el elemento que faltaba para redondear el look y llevar a Tom Selleck a lo más alto: las camisas hawaianas.

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Magnum P.I. contó al público, a lo largo de ocho temporadas y más de ciento cincuenta episodios, las aventuras de Thomas Magnum (Selleck), un detective privado en Hawái.

La serie se mantuvo en antena hasta 1988 y, desde entonces, a algunos de sus protagonistas ha sido relativamente fácil seguirles la pista. A otros, no tanto. Así se ve hoy el equipo de agentes de la ley más playero de la época:

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La tragedia de Sinéad O’Connor: rota antes de ser una estrella de la música

Este verano llegó a España el libro de sus memorias: Remembranzas. Escenas de una vida complicada. Y tan complicada. Es un libro trufado de pasajes que dejan al lector pegado a las páginas con un poso mental de «esto no puede ser verdad». Pero, en el fondo, algo te dice que todo es cierto.

Pero empecemos por el pricipio:

Sinéad O’Connor (que es su nombre de nacimiento además del artístico -salvo por un par de segundos nombres que omite: Marie y Bernadette) nació en Dublin un 8 de diciembre de 1966, por lo que un cálculo rápido nos dice que este año cumplirá 55 inviernos.

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O’Connor en una actuación en Vicar Street, Dublin. (GTRES)

Sinéad había llamado la atención de la industria musical con su primera banda, Ton Ton Macoute y, tras iniciar su andadura en solitario aportando su voz en forma de colaboración para álbumes ajenos, cuando tenía 20 años le llegó la oportunidad, no sin controversia, de editar su álbum debut. Y la controversia no fue otra que se quedó embarazada (del batería John Reynolds) y la discográfica la presionó para que abortara. Finalmente, y tras largas discusiones, Sinéad consiguió que «le permitieran» continuar con su embarazo y sacar a la luz su primer álbum, que produjo ella misma, en 1987: The Lion and the Cobra, que se presentó con el tema Troy.

Fue, sin embargo, dos años después (estamos en 1989) cuando O’Connor alcanzó el estrellato internacional, de una vez y para siempre, con el single por el que todo el mundo la recuerda: Nothing Compares 2 U.

Nothing Compares 2 U se incluyó en su segundo álbum en 1990, I Don`t Want What I Haven’t Got (No quiero lo que no he tenido), y está cargada de significado. La canción original era un tema de Prince, escrito para The Family e incluida en su primer álbum de estudio. En boca de Prince, era un tema sobre un amante abandonado. Sinéad le hizo arreglos musicales y, en su voz, quedó transformada en un canto a la devastación personal que supuso para ella perder a su madre, fallecida en 1985 en un accidente de coche.

El tema de O’Connor, cargado de emoción y acompañado de un vídeo desolador, enfocado en su rostro por el que, al final, ruedan dos lágrimas, fue número uno mundial. I Don’t Want What I Haven’t Got vendió millones de copia en el planeta y Sinéad fue nominada a cuatro Grammys, incluidos Mejor Grabación y Mejor Vocalista Femenina. Ganó Mejor Álbum de música alternativa. Sus palabras fueron arrolladoras:

Me niego a aceptar los premios. Los Grammy se dan al disco que más ha vendido, pero no al mejor artísticamente hablando. No me interesan. No quiero tomar parte en nada que anime a la gente a creer que el éxito material es importante, especialmente si eso representa que te has de sacrificar personalmente para obtenerlo.

Ese fue, probablemente, el momento en el que O’Connor dejó claro que la música era para ella su forma de interpretar la vida (y no de ganársela), y desde entonces su identidad es su sello. Ha publicado álbumes desde entonces con estoica regularidad (otros ocho álbumes de estudio desde I Don’t Want What I Haven’t Got), especialmente atendiendo a que los ha compaginado con controversias y cambios personales que abarcan todas las ramas de lo políticamente inapropiado. Ha sido ordenada sacerdotisa católica (cosa realmente prohibida por la Iglesia), se ha cambiado el nombre dos veces (la última en 2018 después de convertirse al Islam, cambió su nombre a Shuhada’ Davitt), ha tenido otros tres hijos -esto no es polémico, solo lo estoy comentando-, e incluso anunció en más de una ocasión que se retiraba de la música para luego regresar, a veces con muy poco tiempo de diferencia (hablamos de días) entre la retirada y el regreso.

Especialmente notoria fue su actuación, en 1992, en Saturday Night Live, de la NBC, donde interpretó una versión muy personal de la canción War de Bob Marley, aunque sustituyó la palabra «racismo» por «abuso de menores» («racism» por «child abuse») y rompió una foto del papa Juan Pablo II ante la cámara mientras decía «el bien sobre el mal» y remataba gritando «fight the real enemy» («lucha contra el verdadero enemigo»). Se oyó un murmullo de asombro. Nadie aplaudió.

Tal vez de haber sido hoy se habría llevado una buena ovación. Pero era 1992.

Sus álbumes han ido bajando en ventas desde los siete millones del segundo hasta las dos o trescientos mil copias (que no es una nadería ni mucho menos). El último de ellos, I’m Not Bossy, I’m the Boss, vio la luz en 2014 con Take Me To Church.

Y ahora, como os adelantaba al principio del post, compagina su gira musical con el lanzamiento de su libro de memorias: Remembering(traducido como Remembranzas), bajo el sello Sandycove, de Penguin Books, y que en los agradecimientos de su primera página dice: Qui cantat, bis orat («El que canta, reza dos veces»).

En él, Sinéad habla a bocajarro de su vida personal, que sorprende, porque de su relación con su madre se sabía más bien poco, o al menos poco comparado con todo lo que ella revela. Era conocido, además de la derrota que sufrió Sinéad cuando ella murió, que sus padres habían tenido hijos siendo aún muy jóvenes, que la cantante era la tercera de cinco hermanos y que, cuando sus padres se separaron teniendo ella ocho años, ella y sus dos hermanos mayores se fueron a vivir con su madre, con quien la relación era «complicada» y que «a menudo utilizaba la fuerza con ellos». Sin embargo, lo que cuenta en Remembranzas dentro de capítulos cortos con títulos significativos, como El piano, Los abuelosAgosto del 77, va más allá:

Ahora soy una mujer mayor con una voz diferente. Así que esta es solo mi primera memoria.
Mi intención es vivir una vida larga y llevar un diario esta vez para no olvidarlo. Sin embargo, era necesario que dejara hablar a la niña dentro de mí porque necesitaba
hablar.

(…)

Soy la niña que llora de miedo el último día antes de las vacaciones de verano. Tengo que fingir que he perdido el palo de hockey porque sé que si lo llevo a casa mi madre me golpeará con él todo el verano. Aunque tal vez prefiera el atizador de alfombras. Me hará desnudarme, me obligará a acostarme en el suelo y abrirme de piernas y brazos, a permitirle golpearme con el mango de la escoba en mis partes íntimas.

Y, de pronto, cobran otro sentido las lágrimas de O’Connor al cantar en Nothing Compares 2 U:

«All the flowers you planted mom
In the backyard
They all died when you left
I know living with you baby was hard sometimes
But i’m willing to try again»

 

Todas las flores que plantaste, mamá,
en el patio trasero,
todos murieron cuando te fuiste.
Sé que vivir contigo a veces fue difícil,
pero estoy dispuesta a intentarlo de nuevo.

 

¿Qué fue de Patricia McPherson, Bonnie en ‘El coche fantástico’?

No suelo decir esto pero… Esto no nos llevará mucho tiempo. Eso sí: merecerá la pena.

Aunque en realidad su primer trabajo interpretativo había sido en un cortometraje independiente a finales de los ’70, se suele decir que el primer papel de Patricia McPherson fue el de Bonnie Barstow, la mecánica de KITT en El coche fantástico.

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McPherson en ‘El coche fantástico’

Introducida como personaje principal en la primera temporada (1982), se ausentó en la segunda y regresó en la tercera, manteniéndose en el papel hasta el final de la serie, en el 86, y sumando más de 60 episodios . Llegó a compaginar este trabajo con una aparición en cine en la película de Michael Farkas Alarma: Alto riesgo, y ello podría haber hecho pensar a cualquiera que su futuro profesional estaba sin duda en la pantalla. Pero no fue así. Lee el resto de la entrada »