A nadie se le escapa el rostro de uno de los actores más aclamados de nuestra época, y no es para menos, porque Christian Bale es uno de los mejores profesionales interpretativos del s. XXI.
Y es que todos conocemos al mejor Batman que ha habido desde Adam West (admito discusiones, claro), pero no hay más que contrastarlo con su imagen en El maquinista, para la que perdió 30 kilos plantándose es unos escuálidos 55, con la de American Psycho o con The Fighter.
Y luego, para rematar, echarle un ojo a uno de sus últimos trabajos: el de Dick Cheney en Backseat, que se prevé estrenar a lo largo de este 2018.
Pero un actor de este nivel de calidad, registro, transformación y compromiso no se crea de la noche a la mañana, amigos, sino que no es de extrañar que, con solo 44 primaveras como 44 soles, pueda presumir de tener detrás un carrerón de 32 años. Ahí es nada.
Y es que el primer papel del joven Christian Bale, allá por 1986, fue en Anastasia: el misterio de Anna, y él tenía solo 12 añitos. A ver si lo reconocéis, y os doy una pista: no lleva vestido ni barba 🙂
Pues sí: ese chiquín es Batman Christian.
Y, no tardando mucho, lo pudimos ver en títulos como Mío en la tierra del más allá o El Imperio del Sol.
O, en el ’90, La isla del tesoro, en la que ya sí podemos reconocer claramente la cara del Christian Bale que todos conocemos:
Por cierto, ¿recordáis Pocahontas? Pues Bale era la voz del joven Thomas:
No deja de ser curioso que entre el chico de La isla del tesoro y el pirado genio pibón protagonista de American Psycho pasaron solo un puñadito de años, pero claro, es que son edades muy críticas en cuanto al crecimiento, qué le vamos a hacer. Y el punto medio entre Jim Hawkins (La isla del tesoro) y Patrick Bateman (American Psycho) lo encontramos en… Mujercitas, donde Bale interpretaba al guapo Laurie:
Sí, ese justo es el punto medio de maduración entre un niño ruso y un superhéroe enmascarado: un joven con pañuelo de seda. La cosa va de bailar en salones elegantes, por lo que se ve. Aunque al mozo del pañuelo tampoco tiene nada que envidiarle el tarado de la motosierra, también os lo digo, mucho estilo hay que tener para estar sexy en pelotas y con calcetines 🙂