La calle es nuestra. Y hoy más que nunca

Por Lula Gómez

‘A pocos días del primer txupinazo del que van a poder disfrutar el asesino de Nagore Laffage y los violadores de La Manada, aparecen muchas iniciativas para demostrar la indignación de las mujeres. Que no vayamos, por ejemplo. O que vayamos de negro’, decía hace apenas unos días en Vice la activista y feminista vasca Irantzu Varela. Ella está en totalmente desacuerdo: ella aboga por contar con el legítimo derecho de salir.

Porque sí, estamos indignadas, estamos hartas de la violencia, pero ante todo, la consigna de las feministas navarras y de todo el mundo es clara: la calle y la noche son nuestras también (faltaba más) y nadie nos puede arrebatar el derecho de disfrutar una fiestas, de emborracharnos, de ponernos una camiseta o de quitárnosla.

 

Ante esa máxima, importa poco el color de la camiseta, pero ojo, las navarras, que son las que llevan allí luchando durante décadas por tener unas fiestas sin violencias sexuales hacia las mujeres, quieren seguir portando la camiseta blanca, la oficial. La negra, comentan, supone luto y ellas, en sanfermines, quieren reír, bailar y gozar.

Porque estamos hartas de que a la mitad de la población le haya tocado el placer y a la otra media el complacer’, señalaba estos días la feminista Teresa Saez Barrao en Pamplona. Ellas, las pamplonicas, llevarán una chapa roja que dice “no a la violencia” y un pañuelo violeta. Eso sí, les parece estupendo que el resto de mujeres se vista de negro ese día 6.

Porque lo que hay que cambiar es “la cultura de la violación”, esa terrible idea que marca los espacios para que no seamos libres de hacer lo que queramos: de divertirnos. Las feministas rechazamos de la manera más contundente esa creencia de que si sales, te besas con alguien o vistes así, te puede ocurrir. Tampoco la ebriedad justifica nada; ni es un atenuante en ellos, como dijo la justicia en el asesinato de Nagore Laffage a manos de José Diego Yllanes, un hecho calificado de homicidio por un jurado popular.

Lo que sí debe hacer la Justicia es escucharnos, porque esa justicia patriarcal alienta a las manadas y perpetúa la violencia.

Lo que sí debe hacer la ciudadanía es salir a la calle para denunciar que nos tocan, nos violan y abusan porque nos consideran objetos sexuales.

Lo que sí debemos hacer es contarlo y acudir a las instituciones (en Pamplona, desde el caso de La Manada se han incrementado en porcentajes superiores al 20%. Y no es que ocurra más, es que se cuenta más).

Lo que sí hay que hacer es pedir a las autoridades que pongan medios y recursos para evitar esas violencias. Por una parte, medidas previas, educación y concienciación sobre esas múltiples y cotidianas violencias contras las mujeres. Y por la otra, perspectiva de género, también en las fiestas, y en la hora de planificar una ciudad con rutas de transporte nocturnas, iluminación, puestos de seguridad…

Hermanas, si nos tocan a una, nos tocan a todas. Hermanos, despertad y apoyadnos en estas y en todas las fiestas, la calle también es nuestra. Y ahora: ¡Viva San Fermín!

Lula Gómezescritora y periodista. Dirige su propia agencia de comunicación desde la que propone contenidos, edita, crea y ejecuta ideas de comunicación. Ha escrito el libro y dirigido el documental Mujeres al frente, la ley de las más nobles, sobre siete protagonistas de la historia reciente de Colombia. Actualmente colabora con el equipo de comunicación de Oxfam Intermón. 

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