Giovana Lemus: cuando denunciar feminicidios tiene un coste muy alto

Por Cristina Niell

#MeNiegoA tolerar la violencia contra todas las mujeres y, en especial, contra las indígenas, las que más sufren la pobreza y la desigualdad en Guatemala”; quien dice esto es Giovana Lemus, coordinadora de la Red de la No Violencia contra las Mujeres en Guatemala. Desde que hace 17 años el Grupo Guatemalteco de Mujeres, organización que forma parte de la Red, empezó a analizar los asesinatos de mujeres ha registrado 10.175 feminicidios. No se trata de una cifra oficial, son datos que provienen de diversas fuentes y que este colectivo de mujeres recopila.

En Guatemala, las defensoras como Giovana Lemus son criminalizadas con persecución penal y hostigamiento. Foto: Pablo Tosco/Oxfam

“Curiosamente, en los últimos años, se han reducido los homicidios, pero no los feminicidios”, afirma. En 2008 Guatemala reconoció el feminicidio como delito, ese año se registraron 537 asesinatos de mujeres, la cifra no ha dejado de ir en aumento. En 2016, las asesinadas fueron 739. Y la incidencia de este delito afecta sobre todo a mujeres niñas y jóvenes, de entre 15 y 24 años; 190 casos en 2016, frente a los 176 en 2015.

Las denuncias por violencia en 2015 fueron más de 58.000; sin embargo, en el 85% de los casos quedaron impunes. “Necesitamos recursos para hacer peritajes judiciales, para investigar las denuncias de violencia y los asesinatos. Debemos evitar esta impunidad. Sin embargo, no queremos hablar de estos casos en los medios de comunicación porque no vamos a re victimizar a las víctimas”, asegura Giovana Lemus.

Todas estas cifras, recogidas en su mayor parte por otra de las organizaciones de la Red, el Grupo de Ayuda Mutuo,  son solo el recuento visible de una situación de desigualdad, discriminación y violencia que sufren las mujeres. Una situación que se deriva de un acceso deficiente a la educación o a los servicios sanitarios y que se constata con los índices de pobreza: 58,6% de las mujeres guatemaltecas son pobres y, de ellas, 22,8% son extremadamente pobres.

Pero denunciar esta realidad tienen un coste; las defensoras como Giovana Lemus son criminalizadas con persecución penal y hostigamiento. “Se han dicho cosas de mi que no era ciertas. He recibido denuncias por corrupción o por temas laborales; denuncias que me han bloqueado y dificultado mi trabajo. Todas ellas han sido desestimadas por la justicia”, comenta  Giovana.  “Es posible que, sin el apoyo de instituciones y organizaciones internacionales, hoy quienes denunciamos la situación de las mujeres, no estaríamos vivas”, concluye.

Apoyar a estas mujeres y no dejarlas solas es obligación de todas las personas que defendemos la dignidad y el derecho a una vida libre de violencia, por ello yo #MeNiegoA quedarme indiferente y seguiré contando las historias de estas mujeres que ponen en riesgo sus vidas para asegurar nuestro derechos.

Este post forma parte de una serie de entradas creadas específicamente por diversas expertas, en el marco de la campaña #MeNiegoA de Oxfam Intermón. Tienen como objetivo sensibilizar y generar debate acerca de la gravedad de las violencias machistas en nuestra sociedad durante los 16 Días de Activismo contra la violencia de género.

Cristina Niell es periodista trabaja en Oxfam Intermón

Los comentarios están cerrados.