Jaime cambia de colegio este año. Hasta la fecha todos los colegios específicos para niños con autismo (todos concertados o privados) están en la capital o en el norte de la comunidad de Madrid. Colegios pequeños, en lo que es raro que haya ruta y si la hay recoge a los niños en puntos como Atocha. No había ningún colegio en el sur especializados en niños con autismo, así que la gente del sur estaba obligada a optar por colegios especiales (públicos, enormes, con niños que tienen todo tipo de discapacidad) cuando la vía de la integración se cerraba por el motivo que fuera. He visto padres que vienen de Seseña, Aranjuez e incluso pueblos de Toledo, trasladarse a diario a colegios en Ventas, Hortaleza o Majadahonda. El próximo curso va a abrir el primero en la zona sur: en Getafe. Y hemos tenido la suerte de que Jaime haya sido aceptado. Ya no tendrá que sufrir un atasco matutino diario en la M-30, facilitara la intendencia en muchos sentidos. Y la asociación que está detrás es solvente y nos gusta su proyecto. Tenemos suerte en cualquier caso de vivir en Madrid, esto de los colegios específicos para niños con autismo directamente no existe en la mayoría de las provincias españolas.
Hoy Jaime lleva en la mochila un pequeño detalle que queremos hacer a título personal a su profesor, por estos tres años de cariño y dedicación. Un libro con una dedicatoria. Algo pequeño y voluntario para una persona cuya entrega es incuestionable con los cinco niños que tiene en su clase.
Julia acaba Infantil este año. Aquel bebé cuyo embarazo os anunciaba aquí hace siete años, ya tiene seis y va a pasar a Primaria. Cambia de pabellón, cambia de ciclo, cambia de tutora. Hoy tenemos una fiesta de despedida, pensada para que los niños disfruten y no como la típica función infantil, que terminará con ellos durmiendo en sacos de dormir en su clase con su profe. Mañana iremos a buscarles con churros y chocolate.
Con el cambio de ciclo también se hará algún regalito a los profes, esta vez conjunto, toda la clase participa. Lo principal, lo más bonito, es un libro que hemos elaborado entre todos: cada niño ha elegido una cartulina del color que quería, la ha dibujado, añadido un dibujo y escrito algo para su maestra. Lo que ellos han querido. Y todos esos dibujos encuadernados serán un bonito recuerdo, al menos eso creemos. Si os soy sincera no sé qué harán muchos profesores con todos esos «bonitos recuerdos» tras varios añor recibiéndolos y copando sus estanterías.
Hablando con otros padres veo que el tema de los regalos a los profesores no es tan sencillo y trae mucha más polémica.
Hay un padre reciente que me ha contado que en su colegio se hace regalo al profesor todos los años y que le llevan los demonios «a mí no me regalan nada cuando me voy de vacaciones, por bien que lo haya hecho. Está haciendo su trabajo y punto«. Le ha valido alguna bronca con su mujer, me dice que si fuera por él, se negaría a participar.
Otra madre me comenta que en su colegio, al terminar infantil, el regalo era excesivo «un iPad el año pasado, este año cosméticos que costaban un pastizal y una pulsera de oro. No es normal y no deberían aceptar regalos así». Se trata de un colegio privado, no sé si será relevante, pero ahí lo dejo.
Hay profesores que no admiten este tipo regalos. Me consta porque conozco a uno de los que se niega a recibir nada salvo alguna manualidad elaborada por los niños.
«Nosotros hacemos algún regalito, nada excesivo. Cuando mi hija pasó a Primaria, fue una sesión para un spa del barrio y un libro. En el colegio hay familias que lo están pasando mal y no pusimos más que tres euros por cabeza», me dice otra madre. «Es cierto que están haciendo su trabajo, pero es un detalle voluntario para agradecerles su labor, que a todos nos agradan esos reconocimientos».
La última madre a la que pregunté me contaba que sí por ella hubiera sido, no habría participado en el regalo cuando hace dos años su hijo cambio de ciclo «nos creamos obligaciones absurdas. La tutora que tenían no era nada cariñosa con los niños y unos cuantos padres estábamos encantados de perderla de vista, pero había que hacer el regalito y poner buena cara el día de la graduación de Infantil por narices. Yo me estuve pensando el no participar, pero al final por unos pocos euros no vas ser el que da la nota».
No sé cómo es el tema de los regalos a los profesores en vuestro caso, me encantaría conocerlo si os apetece contarlo.
Hace dos años os lanzaba una pregunta: ¿nos estamos excediendo con los cumpleaños infantiles? Y ahora os planteo otra ¿también nos estamos pasando con estos regalos de fin de curso a los profesores?