Se llamaba el Ejército Rojo. Estaba compuesto por niños. Pequeños que habían perdido a sus familiares durante los ataques de las tropas del Norte de Sudán, o que se habían separado de ellos durante la huída, y que eran reclutados por las milicias del SPLA en su larga lucha por liberar al Sur del país del yugo de la administración de Jartum.
Solían ser hijos de campesinos humildes. Iban descalzos; pasaban hambre, frío. Algunos no llegaban a los doce años de edad. El arma que se les asignaban era el AK 47, ya que es un fusil pequeño y liviano. Luchaban porque lo habían perdido todo y ahora su familia era el ejército.
Angelo Lakú Yanga
Durante la guerra, Juba era el bastión de las fuerzas árabes en el Sur del país. Por esta razón, los africanos de la ciudad vivían sometidos a constantes abusos y vejaciones. Cuando las autoridades del Norte decidieron que toda la educación se haría en árabe y tendría como centro el Corán, los jóvenes negros, mayoritariamente cristianos, salieron a protestar. Angelo Lakú Yanga, de trece años, terminó en la cárcel.
Al abandonar la prisión, su madre le dijo que debía dejar la ciudad, pues su vida corría peligro (los soldados árabes habían matado a su padre). Y él así lo hizo. Cruzó durante la noche el puente sobre el Nilo Blanco y partió rumbo a los campamentos de refugiados en Uganda. Pero en el camino se encontró con las tropas del SPLA que lo sumaron a sus filas.
Combatió durante tres años. Participó en la famosa escaramuza en que el SPLA venció a los tanques enviados por Saddam Hussein para ayudar al ejército del Norte. Carros de combate que todavía están allí, en las afueras de Yei, destruidos, oxidados, cubiertos por la vegetación.
Después se fue a un campo de refugiados en Uganda, donde encontraría a su madre y a sus siete hermanos, que habían terminado huyendo también de la represión en Juba. Recibió educación en la escuela de una misión italiana. Más tarde estudió Administración de Empresas con una beca del gobierno ugandés en Kampala.
Hoy tiene 26 años y trabaja en la primera radio FM del sur de Sudán. Es el encargado de programación. “No me arrepiento de haber sido niño soldado. Peleé por la libertad de mi gente”, afirma Angelo, que pertenece a la tribu bari, originaria de Juba. “Y ahora que somos libres, que hemos alcanzado nuestro objetivo, no podemos bajar la guardia y debemos comenzar a luchar contra la pobreza”.
David Alen Deng
David pertenece a los dinka, el grupo étnico que predomina en el sur de Sudán. Se crió en una apacible aldea, entre chozas de paja y adobe. Sus padres eran campesinos que no sabían leer ni escribir. Un día el ejército del Norte invadió la aldea. Tenía cinco años y sobrevivió porque tuvo tiempo de refugiarse en la jungla. El resto de su familia murió.
Unos vecinos lo llevaron hasta el campo de refugiados de Kakuma, en el norte de Kenia. Allí, años más tarde, sería entrenado para formar parte del Ejército Rojo, que en su momento de esplendor tuvo más de 30 mil niños.
“El corazón de los niños no tiene misericordia, por eso son tan buenos soldados”, dice David, que peleó hasta que un impacto de metralla lo obligó a volver a Karkuma. “Yo sé que no voy a llegar a viejo porque he sufrido tanto, he pasado tanta hambre en la guerra, tanto dolor, que mi cuerpo se ha resentido y no podré vivir demasiado”.
Ahora David es empleado de Naciones Unidas en Juba. Tiene 27 años. Gana 300 euros al mes. Y espera que su país alcance definitivamente la paz.
Daniel Bior Ajíh
Mientras que las tropas del SPLA se dedicaban a atacar las instalaciones e infraestructuras de los árabes, estos, como estrategia, aterrorizaban y masacraban a la población negra, acusándola de colaborar con los rebeldes.
Durante los primeros años de la segunda guerra entre el Norte y el Sur, que comenzó en 1983 y terminó en 2005, los generales del SPLA vieron que los jóvenes negros, segregados por los árabes, no podían acceder a educación. Entonces organizaron un programa que consistía en coger a los más brillantes de las aldeas para llevarlos a Etiopía, donde asistirían a la escuela. A los militares les preocupaba no tener jóvenes cualificados que pudieran sacar adelante el país cuando lograran la independencia.
Daniel fue uno de los niños elegidos. Tenía diez años. Lo llevaron a Etiopía. La educación también incluía formación militar. La caída del régimen comunista de Mengistu en Etiopía, aliado del SPLA, los obligó a buscar refugio en los campos de refugiaos en Kenia en 1991. Desde allí caminaba hasta el sur de Sudán con los demás niños soldados para entrar en combate.
Alto, supera los dos metros, Daniel acaba de llegar a Juba en busca de trabajo. “Di mi infancia por la libertad del país”, señala con orgullo. “Y lo volvería a hacer. Pero ahora voy a trabajar por la paz, porque no me gustaría que mis hijos pasasen por lo que yo pasé”.
La complejidad y las contradicciones de la guerra. Sentimientos tan ambiguos. Niños que matan y son héroes.Gracias por una mirada tan lúcida y honesta. No es algo habitual.Gracias por buscar la verdad y no caer en lugares comunes.Solo así se podrán solucionar los problemas. No repitiendo clichés. Sino buscando la verdad.Enhorabuena!!!
30 noviembre -0001 | 00:00
Gracias a ti, por estar ahí.Y por ser la ventana que está abierta de par en par donde nos podemos asomar y reflexionar.
30 noviembre -0001 | 00:00
Tres puertas a la esperanza.Maravilloso artículo. Muchas gracias.
14 junio 2006 | 08:41
Duro es, efectivamente dar la infancia por la «libertad»del pais?? …pero qué libertad?Y más duro es saber que estos hombres se sienten orgullosos.Hernán, al leerte, me viene a la cabeza ese título de película: La vida secreta de las palabras. Entre líneas me puedo imaginar el horror, la violencia , la desesperación el secuestro de esa infancia tan desprotegida, y en general toda la mierda que han tenido que tragar para sobrevivir, esa es la clave: Sobrevivir.Yo siempre digo que todo el mundo tiene que tener una segunda oportunidad y algunos afortunados lo consiguen.Pero, desgraciadamente, la mayoria de estos niños no tienen ninguna para escapar de esa pesadilla.
14 junio 2006 | 09:11
Cada día cuando llego al trabajo lo primero que hago es ver si has escrito algo nuevo. precioso artículo, son la única esperanza de ese mundo, su propia gente. ojalá pudieran disfrutar de una paz larga que les dé la oportunidad de reconstruir su país.
14 junio 2006 | 09:20
Hola Hernán! Me he puesto muy contenta cuándo he visto tu comentario.Te agradezco mucho que hayas utilizado un poco de tu tiempo para contestarme, muchas gracias.Leeré tu libro, y también me informaré en canal solidario.Maravillosos estos tres relatos.Un saludito y cuidate,Teresa
14 junio 2006 | 10:05
Y así de desgarradora es la vida. Cruel. Y esos testimonios me encogen las tripas, noto como se me remueven las entrañas. Tres vidas robadas y, en este caso, tres esperanzas. No siempre es así, verdad?Buff! Qué conmoción de sentimientos: tristeza, impotencia, alegría, esperanza…Hernán, cómo te afectan a tí personalmente estas historias? qué sientes cuándo las escuchas?Me pregunto cómo es posible que podamos permanecer impasibles ante tanto dolor (y me declaro culpable de ser la primera en no saber hacer nada).Un abrazo muy fuerte, cargado de cariño y (seré sincera) un pelín de envidia.Sigue contándonos….
14 junio 2006 | 10:23
Hola Hernán; lo duro de esta situaciones infantiles, es que en Sur América es el pan de cada día, allí a lo mejor no hay guerras permanentes, solo los que intregran las guerrillas colombianas, enfrentan situaciones similares. Pero en las grandes ciudades la niñez abandonada son realmente soldados, que deben enfrentarse al maltrato de todo tipo, propiciado por los «ciudadanos» de dichas ciudades.Lamentable, esto es causa de muchos futuros males en este planeta.Saludos
14 junio 2006 | 11:15
Hola Hernán! Me he puesto muy contenta al ver tu comentario, muchas gracias por sacar de tu tiempo un hueco para contestarme.Leeré tus libros, que seguro que me están super interesantes, y también me informaré en canal solidario.Maravillosas estos tres relatos.Un saludito, y cuidate.Teresa
14 junio 2006 | 11:22
La cruda realidad de ser niño en un país donde prima la guerra. Pero siempre hay una puerta a la esperanza y nunca podemos olvidarnos de eso.La esperanza es lo ultimo que se debe perder en esta vida. Sus caras reflejan el sufrimiento por el que pasaron en su mirada tambien hay una gran fuerza que los hace invencibles para luchar por su país esa fuerza que mueve montañas y que cada día aunque les llegue momentos de tristeza les empuja a luchar por la paz de su país. Recordar que en todo conflicto armado los mas vulnerables son los niños. Saludos Hernán.
14 junio 2006 | 11:44
Ah por cierto..las fotos geniales!
14 junio 2006 | 11:51
Excelente película, «La vida secreta de las palabras». A medida que la iba viendo me preguntaba hacia dónde iba la directora. Pensaba en que si la incógnita narrativa que estaba planteando no se resolvía correctamente, la película sería un fiasco. Pero resuelve la trama con verdadera maestría, y el film alcanza una hondura difícil de superar. Después de verlo, llegas a vislumbrar, como sólo la poesía lo permite, qué sintieron las mujeres en Kosovo y Bosnia. La entrada del blog de mañana, y en el periódico, justamente va de eso. Quizás por esta razón estoy más sensibilizado. Gracias Mujer Madrid por el comentario.HZ
14 junio 2006 | 11:54
Si te fijas en los ojos de esos críos qué ves?
14 junio 2006 | 13:22
Veo en sus ojos, y en los de casi todo el mundo aquí, un gran trauma, una gran desconfianza. Fueron 40 años de guerra, de pensar que en cualquier momento, cualquiera te podía matar.Esta es una de las sociedades más violentas que he conocido. Siempre están alertas, en guardia. es muy duro sacar fotos. En seguida tienes a alguien que te grita, que se enfada.También fue un sistema muy perverso, una dictadura, en la que la gente se delataba por comida.Hay profundas y grandes heridas. Y apenas hace seis meses que esta ciudad comenzó a tener cierta normalidad.Supongo que, como vi en Camboya, tardarán décadas en superar los traumas del pasado.Y la esperanza te la da, la otra parte, las sonrisas de algunos niños, la fuerza de las mujeres, que fueron las que más sufrieron y son las que mueven el país.Va a ser un camino largo y doloroso, pero hay mucha gente que parece dispuesta, esta vez sí, a recorrerlo.Me tengo que ir, me llaman. Muchas gracias Carmen por estar siempre ahí. Un abrazo. HZ
14 junio 2006 | 13:29
Hernán, en serio, tus reportajes me ponen los pelos de punta. Leo con avidez cada una de tus palabras, las degusto y las mastico despacio, y me empapo de lo que dices.Hasta ahora mismo, quería ser lo que tú eres. Estudio árabe y he hecho periodismo para hacer algo parecido a lo que haces. Pero, hasta ahora, nadie me había contado lo que me encontraré como tú. Ahora es cuando me doy cuenta de la fortaleza que hay que tener para vivir estas situaciones.No sé si seré capaz. Pero quizá deba intentarlo.¿puedes contar, en alguno de tus artículos, cómo comenzaste tu aventura viajera? Me ayudaría muchoGracias por existirUn abrazo cálidoLocodelpelorojohttp://blogs.periodistadigital.com/dioshamuerto.php
14 junio 2006 | 13:41
Hernán, nuevamente gracias por acercarnos a la gente, por poder leer sobre sus vidas reales, poniendo nombre a cada sufrimiento.Sigue así, estamos disfrutando en exceso tu blog.Mery Yu
14 junio 2006 | 14:01
Hernán, cada mañana espero tu reportaje para que me acerques a esa realidad tan dura que tu describes tan bien, te doy las gracias por abrirme los ojos al mundo, que evidentemente no es lo que me rodea a diaro.SaludosJulia
14 junio 2006 | 14:08
Hernán:Vengo siguiendo tu blog desde su inicio, aunque a veces solo puedo leer porque me es imposible dejar mis comentarios…la tecnología no acompaña mis ansias por darte las gracias por describir a Juba, su gente, su historia…Cariños y fuerzas para que sigas adelante con este emprendimiento!German
14 junio 2006 | 14:34
Impresionantes estos tres relatos!Me uno al pedido de Maud por saber que sientes tu al escuchar estas historias que tanto nos han conmocionado.Un fuerte abrazo,Yo
14 junio 2006 | 14:38
Cuanto nos cuesta imaginarnos la situacion, leer justificaciones, entenderlos. Cuan distintas son nuestras realidades pensamos.Y sigo pensando, y reflexiono. Si, cuanta diferencia. Alli los jovenes pelean por sus ideales contra las autoridades, aqui pelean contra ellas porque no los dejan hacer botellon.gracias hernan, por crear este espacio de reflexion.Suerte.
14 junio 2006 | 14:45
No he parado de llorar,porque esos seres humanos son pasajeros del mismo trende la vidaque podemos hacer , aparte de llorar
14 junio 2006 | 15:31
Pues Yolina yo creo que se puede hacer mucho pero tan sólo mediante la presión de una opinión pública, consciente, informada y concienzada.Acabo de leer que finalmente Bush dice que «quiere cerrar Guantánamo» :-P. La presión popular puede conseguir muchísimo…Eso es una buena noticia 😛 Ojalá se logre!
14 junio 2006 | 16:40
no pudo imaginar como soportasver todas esas personas sufriendo lo inimaginable pero suongo q la compensacion de hacer algo q vale la pena lo supera todo un abrazo de alguien q te admira mucha fuerza
14 junio 2006 | 17:20
Hernan…Este blog es simplemente lo mejor!Estas tres historias que nos has traído hoy me dejaron pensando sobre mi confortable vida y lo poco que hago para ayudar a otros que no han tenido tanta suerte como yo.Gracias por despertarme.Un abrazo,Latam
14 junio 2006 | 17:25
Entré a tu blog de casualidad y se ha convertido en una adicción.Logras transmitir mucho con tus palabras!!Sigue así, cariños,Bleckeer
14 junio 2006 | 17:30
La lucha diaria de las mujeres y los niños tras los traumas de la guerra. Quisiera que no existieran mas guerras y si más sonrisas para eso tenemos que empezar dando amor y presionando todos contra las guerras y las injusticias de este mundo. Aquí va un trozo de una poesía de Miguel Hernández poeta español que sufrió la guerra en sus carnes.Me duele este niño hambrientocomo una grandiosa espina,y su vivir cenicientoresuelve mi alma de encina.Lo veo arar los rastrojos,y devorar un mendrugo,y declara con los ojosque por qué es carne de yugo.El hambre siempre azota en las guerras, realmente los de occidente sabemos que es pasar hambre.Realmente no niños, mujeres, hombres mueren millones de hambre en este mundo.Es esta globalización que causa malestar en muchos países del mundo.Saludos Hernán y sigue con tu maravilloso blog.
14 junio 2006 | 18:19
Hola de nuevo Hernán,te superas a medida que avanzan los días….es un placer leerte…sobre el ejercito de niños…es sobrecogedor, y me llena de dolor, rabia y frustración…todo camino hacia la paz lleva su tiempo, pero yo pienso que mientras,a esos niños y jóvenes habría que ayudarlos ahora más que nunca, en esta calma chicha, acogerlos, darles una educación lo más abierta posible, y supongo que cuando «la educación entre por la puerta, las armas saldrán por la ventana»sobre tus protagonistas….ufff, creo que si hubiera sido niño y en sudán yo también habría luchado por mi pueblo…con las únicas armas de las disponían…las de verdad…las que disparan…que podían hacer?..realmente estremcedor…ufffel de la primera foto, Angelo, parece que tuviera 40 años y «sólo» tiene 26….mucha vida y demasiado dura para tan poca edad…y pudo encontrar la salidaal igual que los otros dos chicos, David y Daniel…superando barreras…pones que David es empleado de Naciones Unidas y cobra 300 €…¿ese dinero a que equivale en Sudán?porque está claro que aquí, 300 € es un sueldo que no te daría casi ni para comer..Daniel dice una frase muy elocuente: «voy a trabjar por la paz, porque no quiero que mis hijos pasen por lo que yo pasé» ….ese es el principioaunque muy triste, tu relato resulta esperanzadorcuidaros mucho…bicos,
14 junio 2006 | 18:32
maen,creo que te has equivocado de blog….sigue buscando…
14 junio 2006 | 19:34
Gracias Ross por las observaciones. Algunas de tus preguntas yo tambien me las he hecho (perdon, estoy en un teclado sin tildes). Es un tema sobre complejo, contradictorio… Si, 300 euros aqui es una fortuna para la gente local. Un beso a ti tambien, HZ
14 junio 2006 | 19:38
Luego de leer por la tan corta y dura vida que han debido caminar estos niños es casi comprensible que sin una educación y un cambio de valores a estos chicos les costará mucho superar semejantes vivencias.Voy a alquilar la película que recomiendan, ya les contaré.Para ti especialmente Hernán mis mas profundas felicitaciones por este blog.Saludos,Maju
14 junio 2006 | 20:30
Locodelpelorrojo, ya lo que cuentas de ti me hace ver que tienes la fuerza suficiente para hacerlo que quieras en la vida y como quieras.La clave, por lo poco que he logrado entender en estos años, está en ser constante, cabezota y tirar para adelante. Nada hay que perder. Como mucho, si te equivocas, aprendes. Yo he pasado un último año muy malo, pero, finalmente, las puertas se abrieron y ahora estoy embarcado en este maravilloso y emocionante proyecto, al que estoy exprimiendo a cada segundo, te lo aseguro.Así que no queda más que creer en lo que se hace, trabajar duro y para adelante. Tarde o temprano las puertas se abren. Alguien te da una oportunidad.Algún día escribiré lo que me propones. Me parece interesante.Gracias por escribir. Y un fuerte abrazo!! HZ
14 junio 2006 | 20:35
HernánSigo tu blog desde el primer artículo, cada vez mejor, mas triste y espeluznante. Lamento que tanta gente tenga que vivir de este modo tan cruel, sobre todo los niños.Dijo alguna vez Jorge Luis Borges, el mejor argentino de todos los tiempos, que el ser humano puede fingir hasta la inteligencia, lo que no consigue fingir es la felicidad. En las caras que aparecen en las fotos que tomaste esto se pone de manifiesto claramente (perdón por el adverbio).Pablo
14 junio 2006 | 23:35
Ante todo: gracias¡¡¡¡Estoy preocupado. Creo que la mayoría de las personas que están participando en este foro tienen una gran sensibilidad. Es de suponer que están haciendo alguna labor social en la medida de sus posibilidades. Algunos cuentan bonitas y estremecedoras historias personales. Pero la mayoría te dan las gracias por abrirnos los ojos. No me entendáis mal, por favor, pero «el mal nos rodea sin piedad». Si nosotros, que estamos sensibilizados y ayudamos, nos sorprendemos, ¿qué habrá que hacer con los millones que a diario ven la maldad a su alrededor y no se dan cuenta?…Desde un punto de vista simplemente humano, el mal no tiene razón de ser, pero lo tendremos siempre ahí. No es ser derrotista, es una realidad. Perdonarme, no puedo seguir ahora, pero, es que mi sociedad culta y desarrollada la veo cada vez mas deshumanizada y capaz de cometer verdaderas aberraciones…..
15 junio 2006 | 16:59
Gracias Un Grano de Arena. Muy interesante tu observacion. Son cuestiones que siempre me planteo. Tendra algun sentido denunciar? Dar voz? Cambiara algun dia algo? Como no tengo la respuesta, lo unico que me queda es seguir hacia adelante, no veo otra opcion. Pero las dudas estan a lo largo de todo el camino.Un saludo, HZ
15 junio 2006 | 17:26
Estimado Hernán: Tiene razón grano de arena en decir que es un grano. Yo soy otro. Tú un puñado. Hay que denunciar siempre. Hay que dar la voz de alarma siempre. Aquí siempre habrá alguien que se beneficie de nuesta solidaridad aunque haya muchos otros que sigan sufriendo. ¿Que sentido tiene la vida si no convivimos en paz?. Y que maravilla la de aquellas personas que entregan TODA su vida por amor..Tú, por lo menos, ya llevas unos añitos, ¿no?
15 junio 2006 | 18:26
Un grano de arena…tu nombre es muy significativo, no sé si lo sabes…Rosa Regás, en uno de los libros de Hernán, cuando Hernán le comenta que es una persona comprometida luchando activamente en defensa de ciertos valores y si mirando ahora hacia atrás piensa que valió la pena, ella le coontesta : » Dentro de mis escasas posibilidades estoy tratando de cambiar el mundo que va a tocarles a mis nietos. Lo que pasa es que mis posibilidades son pocas.Yo creo en la protesta, en el compromiso. Y sé que lo que hago es muy poco, pero es como la arena de la playa, un grano no hace nada pero entre todos se hace la playa.Yo creo que si todos nos comprometemos y nos ponemos a protestar, y si todos somos conscientes de la brutal injusticia que hay en el mundo, las cosas pueden mejorar. Me dicen:»Lo que haces sirve de poco». Y yo siempre respondo lo mismo:»Menos serviría si no hiciera nada»».Muy elocuente, Rosa Regás, no crees,saludos
15 junio 2006 | 18:41
Como que los niños no tienen misericordia? Los niños son facilmente manipulables cuando sienten hambre y miedo. Con ellos pueden hacer lo que quieran. El miedo paraliza a cualquiera. Y si a un niño le amenazas con un arma y le drogas entonces sí no tiene misericordia con nadie, pero realmente no es él mismo.Porque un niño es lo más inocente que hay en el mundo, aunque por desgracia muchas veces no nos demos cuenta.
16 junio 2006 | 14:23
En el mundo hay 300 mil niños soldados. Es una verguenza. Gracias por mostrar cómo es su vida. Os recomiendo el libro «Salvar a los niños soldados», de Gervasio Sánchez. No es un gran escritor, pero sí un periodista que se mete a fondo, como el autor de este blog, para mostrarnos en profundidad lo que en los telediaros es sólo una noticia breve.
18 junio 2006 | 20:29
Las caras de esos jóvenes lo dicen todo. Muy bueno este espacio que presenta lo que nadie en España, ya ni en El País encuentras esta clase de reportajes. ¿Qué nos sucede? ¿Tan superficiales nos hemos vuelto? ¿Tan nuevos ricos que nada nos importa más que los coches y el piso? Enhorabuena Hernán Zin y 20 Minutos por esta apuesta por el periodismo con mayúsculas.
20 junio 2006 | 15:08
Hernán, nos conocimos hace un tiempo.Veo que sigues luchando por tus ideales.Adelante, tu labor es muy buena, se nota que llevas tantos años centrado en estos temas. Pero, sobre todo, es muy necesaria.Rosa R.
20 junio 2006 | 15:09
Hola Hernán:Desde mi rincón de trabajo, en el colegio les muestro a los chicos tu faraónica labor.Cuidate mucho te quiero mucho .!!!Tu amigo de siempreRoby
22 septiembre 2006 | 15:31
Ciao Roberto, il tuo blog é molto interessante, ma purtroppo capisco ma non so tradurre lo spagnolo. Avete amici che parlano italiano? Potremmo tradurre il vostro blog e pubblicarlo sul mio sito: http://www.waawi.comBuon anno nuovoSilvia
29 diciembre 2006 | 16:57
Un sabor amargo el que me deja , saber que desde tan niños la unica manera de sobrevivir es alistarse en una guerra que en un inicio les era ajena, pero que cuando les toco lo dieron todo…Esperemos que poco a poco la paz llegue y con ello se acabe el abuso infantil..
13 noviembre 2008 | 04:00
Hernán Zin en nombre de Dios y de la Virgen gracias por preocuparte y ocuparte de estas realidades, q’ ví x televisión en la Argentina con el Negro Oro, no se puede creer q’ 80 millones de africanos, no puedan salvarse con 20 mil millones de U$S q’ pasa con los paises del gran mundo no creo q’ esta realidad sea solo de hoy, como podemos dejar Niños a la guerra y q’ mueran, Mujeres violadas x militares, sin agua sin trabajo, como puede ser, Dios y la Virgen nos pediran testimonio por no ocuparnos ni preocuparnos, por favor si volves a la Argentina, y haces convocatoria en la calle para demostra a nuestra Patria q’ tiene problemas, los problemas + graves del mundo Africano por favor no dejes de ir a la Radio y/o televisión y/o diarios para acompañarte y preocuparnos y ocuparnos, creo q’ si en todo el mundo hacemos marchas el Mundo tiene q’ escuchar y tiene q’ ayudar. Hernán Zin Dios y la Virgen te protejan junto a tu Santo Ángel Custodio y muestres la realidad de este Mundo oculto.
04 enero 2009 | 19:13
me pregunto cuando vamos a detenernos a pensar que todos somos iguales y somos tan estupidos que nos matamos entre si sin detenernos a pensar que los que estan muriendo en la guerra son personas inocentes que sufren y mueren a causa de oto ser igual a el. pensemos en los hijos de esos soldados o si quiera pensemos en el porque de la guerra y nos daremos cuenta que sea cual sea la respuesta no es un motivo para matarnos
04 enero 2009 | 19:38