Viaje a la guerra Viaje a la guerra

Hernán Zin está de viaje por los lugares más violentos del siglo XXI.El horror de la guerra a través del testimonio de sus víctimas.

«Nacido en Gaza»… próximamente

El niño que sostiene el marco frente a la cara y sonríe a pesar de todo se llama Udai. Tiene 8 años. Vive en el barrio de Siyaía, uno de los más devastados durante la última ofensiva israelí en Gaza. Manzana tras manzana reducidas a escombros. Al caminar por sus arterias plagadas de cráteres de bombas se tiene la impresión de estar en la ciudad de Dresde en el ocaso de la segunda guerra mundial.

Udai, frente a su casa destruida en Gaza durante la última ofensiva israelí en la franja y protagonista del documental "Nacido en Gaza" (Foto: Hernán Zin)

Udai, frente a su casa destruida en Gaza durante la última ofensiva israelí en la franja y protagonista del documental «Nacido en Gaza» (Foto: Hernán Zin)

En un bombardeo Udai perdió la casa en la que vivía junto a sus ocho hermanos y sus padres. También la fábrica de helados gracias a la que subsistían. Desde 2011, es la tercera vivienda que le desaparece bajo las bombas israelíes, además de haber visto cómo un proyectil mataba a su hermano y a su tío en plena calle.

Udai, niño inquieto, sonriente por momentos, acechado por los recuerdos del horror sufrido y la miseria de no tener hogar, es uno de los 10 protagonistas de la película documental «Nacido en Gaza». Todos niños que rodamos durante la guerra y que nos cuentan cómo es el día a día bajo las bombas y el embargo. Voceros de alguna manera de esos 503 niños que murieron durante la incursión armada y de los más de 2.000 que resultaron heridos.

Película documental que, si todo sale bien, espero estrenar en los cines en el mes de diciembre.

10 comentarios

  1. Dice ser Brisha

    Desde que te escuche en la Ser estoy impaciente por verla.

    26 septiembre 2014 | 14:03

  2. Dice ser Adrian

    Hernán. Donde se puede ver el documental
    Abrazo

    26 septiembre 2014 | 16:42

  3. Dice ser Galia

    Hernán, contarnos la historia que cuentan los niños me parece el punto de vista mas humano sobre este conflicto.
    Espero que podremos ver el documental todos los que estamos fuera de España también.

    26 septiembre 2014 | 17:00

  4. Se estrena en diciembre en los cines en España. Espero que también se vea en el resto del mundo muy pronto.

    26 septiembre 2014 | 17:07

  5. Dice ser alejocu

    Uno de los conflictos que deberían avergonzar a todo el mundo que más de 60 años después sigua igual. Para quien quiera saber algo más de historia sobre este tema, les recomiendo este artículo:

    http://documentalium.blogspot.com/2013/04/historia-de-la-tierra-de-canaan-los.html

    27 septiembre 2014 | 23:14

  6. Dice ser cristina

    Hola Hernan, me encantan tus notas son verdaderas ventanas a la realidad, ver como ese pueblo sufre y nadie hace nada ni la onu ni la otan son todo lo mismo LA ELITE q nos amneja como marionettas, obama tbn, estamos en una matrix y nosotros somos sus borregos como muestran los distintos videos pop de eeuu, con simbologias extrañas que si observamos algo nos dicen de sus planes a futuro SOLO HAY Q SABER OBSERVAR.-

    salludos

    29 septiembre 2014 | 14:11

  7. Dice ser Maria kessler

    Que admirable tu misión! Gracias Hernan! Ojala muy pronto podamos ver ese documental
    Un abrazo desde Córdoba Argentina

    06 octubre 2014 | 13:15

  8. Dice ser Mirta Ceballos

    Por favor, cuídate mucho, al mundo necesita testimonios reales, verdaderos para interpretar la realidad, que hoy se percibve un tanto distorsionada… Buena Fortuna!!!! También un abrazo desde las Sierras de Córdoba en la Argentina.

    12 octubre 2014 | 00:46

  9. «Para justificarse, el terrorismo de Estado fabrica terroristas: siembra odio y cosecha coartadas. Todo indica que esta carnicería de Gaza, que según sus autores quiere acabar con los terroristas, logrará multiplicarlos.

    Desde1948, los palestinos viven condenados a humillación perpetua. No pueden ni respirar sin permiso. Han perdido su patria, sus tierras, su agua, su libertad, su todo. Ni siquiera tienen derecho a elegir sus gobernantes. Cuando votan a quien no deben votar, son castigados.

    Gaza está siendo castigada. Se convirtió en una ratonera sin salida, desde que Hamas ganó limpiamente las elecciones en el año 2006. Algo parecido había ocurrido en 1932, cuando el Partido Comunista triunfó en las elecciones de El Salvador. Bañados en sangre, los salvadoreños expiaron su mala conducta y desde entonces vivieron sometidos a dictaduras militares. La democracia es un lujo que no todos merecen.

    Son hijos de la impotencia los cohetes caseros que los militantes de Hamas, acorralados en Gaza, disparan con chambona puntería sobre las tierras que habían sido palestinas y que la ocupación israelí usurpó. Y la desesperación, a la orilla de la locura suicida, es la madre de las bravatas que niegan el derecho a la existencia de Israel, gritos sin ninguna eficacia, mientras la muy eficaz guerra de exterminio está negando, desde hace años, el derecho a la existencia de Palestina. Ya poca Palestina queda. Paso a paso, Israel la está borrando del mapa.

    Los colonos invaden, y tras ellos los soldados van corrigiendo la frontera. Las balas sacralizan el despojo, en legítima defensa. No hay guerra agresiva que no diga ser guerra defensiva. Hitler invadió Polonia para evitar que Polonia invadiera Alemania. Bush invadió Irak para evitar que Irak invadiera el mundo. En cada una de sus guerras defensivas, Israel se ha tragado otro pedazo de Palestina, y los almuerzos siguen. La devoración se justifica por los títulos de propiedad que la Biblia otorgó, por los dos mil años de persecución que el pueblo judío sufrió, y por el pánico que generan los palestinos al acecho.

    Israel es el país que jamás cumple las recomendaciones ni las resoluciones de las Naciones Unidas, el que nunca acata las sentencias de los tribunales internacionales, el que se burla de las leyes internacionales, y es también el único país que ha legalizado la tortura de prisioneros. ¿Quién le regaló el derecho de negar todos los derechos? ¿De dónde viene la impunidad con que Israel está ejecutando la matanza de Gaza?

    El gobierno español no hubiera podido bombardear impunemente al País Vasco para acabar con ETA, ni el gobierno británico hubiera podido arrasar Irlanda para liquidar a IRA. ¿Acaso la tragedia del Holocausto implica una póliza de eterna impunidad? ¿O esa luz verde proviene de la potencia mandamás que tiene en Israel al más incondicional de sus vasallos?

    El ejército israelí, el más moderno y sofisticado del mundo, sabe a quién mata. No mata por error. Mata por horror. Las víctimas civiles se llaman daños colaterales, según el diccionario de otras guerras imperiales. En Gaza, de cada diez daños colaterales, tres son niños. Y suman miles los mutilados, víctimas de la tecnología del descuartizamiento humano, que la industria militar está ensayando exitosamente en esta operación de limpieza étnica.

    Y como siempre, siempre lo mismo: en Gaza, cien a uno. Por cada cien palestinos muertos, un israelí.
    Gente peligrosa, advierte el otro bombardeo, a cargo de los medios masivos de manipulación, que nos invitan a creer que una vida israelí vale tanto como cien vidas palestinas. Y esos medios también nos invitan a creer que son humanitarias las doscientas bombas atómicas de Israel, y que una potencia nuclear llamada Irán fue la que aniquiló Hiroshima y Nagasaki.

    La llamada comunidad internacional, ¿existe? ¿Es algo más que un club de mercaderes, banqueros y guerreros? ¿Es algo más que el nombre artístico que los Estados Unidos se ponen cuando hacen teatro?
    Ante la tragedia de Gaza, la hipocresía mundial se luce una vez más. Como siempre, la indiferencia, los discursos vacíos, las declaraciones huecas, las declamaciones altisonantes, las posturas ambiguas, rinden tributo a la sagrada impunidad.

    Ante la tragedia de Gaza, los países árabes se lavan las manos. Como siempre. Y como siempre, los países europeos se frotan las manos. La vieja Europa, tan capaz de belleza y de perversidad, derrama alguna que otra lágrima mientras secretamente celebra esta jugada maestra.

    Porque la cacería de judíos fue siempre una costumbre europea, pero desde hace medio siglo esa deuda histórica está siendo cobrada a los palestinos, que también son semitas y que nunca fueron, ni son, antisemitas. Ellos están pagando, en sangre contante y sonante, una cuenta ajena».

    Artículo de Eduardo Galeano, escritor uruguayo

    15 octubre 2014 | 12:24

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