El texto que os dejo a continuación no lo he escrito yo, lo ha hecho una voluntaria que lucha sin tregua por esta raza tan olvidada, tan minusvalorada. A ver si la Navidad le trae a alguno de estos 14 podencos un hogar:
Caminaba por mi barrio cuando me encontré con un señor que paseaba a su perro y le dije. «¡Que podenco tan bonito tiene usted!»
Él me miro y me dijo: «perdona es un chucho».
«No», le contesté, «es un podenco».
A los pocos días le volví a encontrar y me dijo: «qué razón llevaba, tengo un podenco y yo sin saberlo, pensaba que los podencos al ser perros de caza no valdrían para vivir en una casa, pero este debe ser que no sabe porque lo único que caza en casa es el sofá».
Los podencos son perros cariñosos, dulces, juguetones a los que les encanta correr, son muy rápidos, lo que les hace las víctimas perfectas para el entorno de algunos cazadores sin escrúpulos. Son valientes, dinámicos, nobles, siempre fieles a sus dueños. Si miráis las páginas de las protectoras veréis montones de podencos en adopción, pequeños, medianos, grandes, cruces, puros, ibicencos, andaluces… Son ideales para crecer con niños, con abuelos, con familias… se adaptan a cualquier entorno. En las casas son como los galgos, no necesitan mucho espacio, pero cuando salen a la calle les gusta andar rápido y correr, disfrutan de un buen paseo.
Me gustaría presentaros a los podencos de Ladridos Vagabundos en adopción, todos animales de una belleza impresionante.
Contacto para adoptarlos: despierta.adopta@gmail.com
Matilda: Es una perrita bonita y cariñosa llegó a nosotros desnutrida y con su madre en la perrera pero pronto recuperó el peso y ahora es otra. Sólo quiere jugar y estar con las personas. Es muy peque todavía nació en enero de 2011.

Juanita: otra perrita abandonada quizá de algún cazador que vio que ya no le servía. Una señora que la veía siempre entre las basuras intentando conseguir algo de comida la recogió con la esperanza de encontrarle pronto un hogar. Pero no ha sido así. Nació en febrero del 2010 mide 41cms.
Camino: llevaba ya dos días dando vueltas por una urbanización cerca de Granada, pero la chica que la encontró pensaba que era de un cortijo cercano. Pero al tercer día vio la cantidad de garrapatas que tenía en el cuello y entró por la puerta de su casa como si fuera suya, supo que Camino estaba abandonada. Al principio no se dejaba tocar, ni tampoco quería que se acercara ningún perro, ahora está integrada en la manada del refugio, esperando una oportunidad.

Sol junto a su hermana Lunita fueron abandonadas cerca del refugio. A «sus dueños» no les importó si iban a sobrevivir o no. Se quedaron con la conciencia tranquila al haberlas dejado en un lugar donde los voluntarios se desviven por los animales. Lo que no tuvieron en cuenta es que siendo tan pequeñas pueden coger parvo. Por suerte para ellas, fueron acogidas y Luna fue adoptada en seguida. Sin embargo, Sol sigue buscando un buen hogar. Es una perrita muy cariñosa, le gusta pasear y ya ha aprendido a hacer sus necesidades en la calle. Se lleva muy bien con perros y gatos y le encanta jugar con cualquier animal.

Bambi tiene de 1 a 2 años, parece un cruce de podenco pero de tamaño pequeño (para su tamaño tiene las patitas y las orejitas bastante largas y tiene un aire a “Bambi”). Es sociable con otros perros. Es una perrita sumisa y que pasa desapercibida de siempre. Cuando abrimos su pasillo, viene corriendo a saludarnos y luego se va para no molestar. Nos sigue con la mirada, viene con nosotros cuando vamos a dar la vuelta al refugio… pero no es una perrita que nos atosigue. Una verdadera joya para cualquier familia.

Willy pertenece a la misma triste lista de perros abandonados. No sabemos quién lo abandonó, si una familia, si un cazador… el hecho es que apareció en una bocacalle de Gran Vía de Granada comiendo de la basura una noche de sábado. La gente que pasaba le miraba con repulsión, y él sólo era un cachorro hambriento que no encontraba un lugar a donde ir. Finalmente, Willy acabó en el refugio. Es un perro bueno, con alma de cachorro aunque ya tiene más de un año de edad. Es algo nervioso y miedoso, es posible que haya sido maltratado.

Hippy fue encontrada en pleno centro de Granada y después de estar en varias casas de acogida ha tenido que entrar en el refugio. Hippy es una perrita muy buena y cariñosa. Dicharachera, juguetona, alegre… juega a perseguir y a que le persigan otros perros. Y además está engordando….

Casper llevaba cuatro días vagando en alrededores del refugio cuando lo recogimos. Suponemos que lo abandonaron allí y él simplemente no tenía a donde ir. Es muy escurridizo y ágil. Se sube por todas partes sin menor esfuerzo, escala las jaulas, pasa por cada hueco y cada agujero. Es un cachorro todavía. Es cariñoso y juguetón, le encanta estar en brazos. Es un perro perfecto para estar en un sofá… le encanta dormir y estar tranquilo en algún lugar al sol si hace fresquito o la sombra en las horas de más calor. Ahora está empezando a tener problemas con algunos perros por su carácter sumiso y dócil.

Boby: lo tiraron de un coche en marcha. Una chica inglesa que iba con otro coche detrás vio como bajaban la ventanilla y tiraban a un pobre perro a la cuneta. Es un perrito muy juguetón al que le gusta estar con otros perros más grandes que él. Es un poco sensible y asustón, con una voz alta se acurruca en un lado. Pero es protector cuando se trata de su sitio en el refugio y aunque no se muestra agresivo, ladra cuando alguien se acerca demasiado cerca a lo que considera su casa.

Coco: Cuando dices a los posibles adoptante que un perro tiene tres patas, parece que despiertas lástima, pero todos acaban diciéndote: «pobrecito, pero yo no quiero un perro así». Todos buscan al perro perfecto y los que son «imperfectos»: viejecitos, minusválidos, razas de caza que no cazan, simplemente adultos, pasan a ser «invisibles» para la mayoría de los ojos. Coco es uno de ellos. Llegó a nuestras manos siendo un precioso cachorrín de tres meses y sigue con nosotros teniendo ya 10. Llegó con la pata rota por varios sitios, una rotura que ha soldado mal y que le provocaba un dolor tremendo. Se tuvieron que hacer varias intervenciones para conseguir que su patita quedara bien y pudiera ser un perro normal. Sin embargo, con la operación, múltiples visitas al veterinario, constante cambio de casa de acogida y muchos medios económicos, Coco mejoraba muy despacio y cuando parecía que todo iba bien, de repente sucedía algo o se generaba una infección lo que hacía reanudar todo el proceso de curas desde el principio. Cuando finalmente le quitaron las vendas y los hierros y Coco se preparó para una vida normal y para ser adoptado, su pata se volvió a romper y por desgracia ya no tenía remedio, la tuvimos que amputar. Para Coco fue un alivio. El perro revivió, estuvo jugando como loco, olisqueándolo todo, por fin estaba feliz.

Fanny si queréis un perro «plasta», que no os deje solo un momento, que esté siempre encima, si queréis sentir lo que son ganas de vivir, entonces adoptad a Fanny. Eso sí, tenéis que tener paciencia y mucho cuidado ya que se sube por todos los sitios y atraviesa lugares muy estrechos y pequeños… con tal de seguiros hasta el final del mundo. Fue encontrada en la Alpujarra granadina, vagando por el monte y con unas grandes mamas, señal de que había parido hacía poco. Seguramente en su primer celo ya supo lo que es ser madre.

Tango estaba sentado, atado a la valla del refugio, en los huesos, tranquilo y un poco asustado… No entendía muy bien lo que pasaba, por qué sus dueños lo ataron y se fueron, sin darse cuenta de sus lloros y suplicas para que no lo abandonaran… Tango es cariñoso y un poco asustón.

Rantamplan: Cruce de podenco y galgo, como todos los perros que entran en el refugio con miedo, Rantamplán ha ido cambiando su comportamiento. Ahora ya no tiene tanto miedo, se acerca sin ningún problema a las personas para que le acaricien. Es un perro que en principio no creemos que pueda dar muchos problemas en una casa porque es muy tranquilo. Es muy sensible, si decimos algo en voz muy alta o enfadada aunque no sea para él, se mete en una jaula esperando que pase la tormenta. En correa va muy bien y no tira aunque se asusta de los ruidos fuertes e imprevistos.

Eros fue abandonado en un pueblo de Granada, donde unos ingleses le daban de comer. Nos pidieron meterlo en el refugio pero en ese momento no teníamos sitio para nadie más. Al cabo de un tiempo, los ingleses lo llevaron a la protectora porque tenían miedo de que los vecinos del pueblo lo envenenaran. Cuando tuvimos un hueco, fuimos a por él. Eros es un poco «bocazas», le gusta ladrar a otros perros simplemente por fastidiar. Aunque es un perro muy sociable, no tiene ningún problema. Se lleva de maravilla con su compañero de jaula, Júpiter. Coge cuerdas o trapos y va buscando a algún perro con el que tirar de esa cuerda del otro extremo.
