Con la segunda temporada, The Good Fight demostró que había conseguido encontrar el tono que necesitaba para funcionar a la perfección. Distinguiéndose de The Good Wife gracias a una vis cómica más acentuada y centrándose en el personaje de Diane, la serie logró desplegar sus alas y convertirse en una de las ficciones más originales de la televisión.
Maia y Lucca seguían teniendo relevancia, pero en tramas secundarias, y el título apostó por dar protagonismo a una mujer mayor, inteligentísima, elegante a rabiar y completamente frustrada por la política del presidente de la (lluvia dorada) los Estados Unidos. Atención, spoilers!
Esta temporada la serie ha seguido esta línea, con el personaje de Diane pasando de la depresión e impotencia a la acción mediante el Club de Lectura, un grupo activista dedicado a la guerra sucia contra Trump, y que emplea sus mismas estrategias cómo las fake news o el intento de manipulación de los votos.
The Good Fight se ha encargado de poner de relieve la política rastrera y del miedo que impera en los Estados Unidos, pero también ha tratado de advertir sobre la delgada línea que separa el bien del mal y la importancia de no perder la ética en las sociedades democráticas.
Gracias a la incorporación de canciones explicativas animadas sobre conceptos y personajes que el público puede desconocer o no entender en profundidad, la serie ha ganado en comicidad y también ha servido como método didáctico para que el espectador pueda dilucidar este mundo cada vez más complejo en el que vivimos y cómo los gobiernos se sirven de las nuevas tecnologías para decantar la opinión pública a su favor.
Asimismo, la serie ha incorporado el personaje de Ronald Blum, interpretado magistralmente por Michael Sheen, que ha ofrecido ese toque estrambótico y de locura tan propio del matrimonio King.
El caos en la oficina, las referencias al #metoo con un problema en el bufete que pone en jaque los ideales que representa, las conspiraciones y, de fondo, los fenómenos meteorológicos qué simbolizan el clima de tensión política han dotado la serie de una personalidad muy definida que sabe lo que quiere contar y lo cuenta con maestría.
La temporada ha concluido con un cliffhanger de los que nos dejan con el corazón en un puño, y con la sensación de que las cosas se han vuelto peligrosas para Diane y Kurt. Y con Maia emprendiendo un nuevo camino junto a Blum, que la aproxima peligrosamente a los métodos de su padre.
Por todas estas razones, The Good Fight se ha convertido en una serie indispensable que, desde mi punto de vista, ha superado a Alicia y sus problemas matrimoniales abrazando los nuevos tiempos con un enfoque feminista, divertido y una protagonista de risa insuperable.
Si no amas a Diane es que no tienes corazón.
Me encanta la serie pero el personaje de Blum no me ha gustado nada. Un episodio habría sido más que suficiente para un personaje excesivo y ridículo. Es la única pega que le veo a esta ultima temporada en la que he agradecido que apartaran a Maia que me parece que ralentiza la fluidez de los demás personajes. Lo dicho, me encanta!
22 mayo 2019 | 12:06
Los pijoprogres estais obsesionados con Trump….pobrecillos…
22 mayo 2019 | 12:50
Buenìsima serie
De las mejores y da gusto verla….Mejor que la de Good wife…no me gusta el nuevo personaje…salido mental…
22 mayo 2019 | 15:18
¡Adoro esta serie!
Cada vez que Diane suelta una carcajada Alisha se me va borrando de la memoria.
Es una pasada lo rápido que se me pasan los capítulos. Son sumamente ágiles y entretenidos.
Lo más destacable de esta magnífica temporada para mí son los cortos animados ¡qué gran ocurrencia!
Y el capítulo de Melania me ha parecido super atrevido.
¡Larga vida a The Good Fight!
22 mayo 2019 | 23:43
Lo encontraré y lo leeré
23 mayo 2019 | 03:47