Entradas etiquetadas como ‘cuarta temporada’

Outlander: la relación entre Roger y Brianna es tóxica aunque no queráis verlo

La cuarta temporada de Outlander —la más entretenida con diferencia desde la primera entrega— ha conseguido remontar gracias a una trama que ha levantado polémica: la relación entre Brianna y Roger.

En este artículo, donde pedía que le trajeran por Reyes un novio nuevo a la hija de Claire y Jamie, me sorprendió ver como numerosas mujeres, tanto en los comentarios como en Twitter, me recriminaban «no entender nada» al tildar a Roger de misógino y a la relación de tóxica.

Se escudaban en que Roger venía de otra época donde era común otro comportamiento o en que no me había leído los libros —por cierto, si me tuviera que leer todos los libros de donde se adaptan series necesitaría mil vidas—. Pero, lo más grave, consideraban que faltarse al respeto, zarandearse e, incluso, llegar a las manos, era «normal» entre enamorados. Lee el resto de la entrada »

Outlander: Brianna, pide otro novio a los Reyes Magos

Spoilers de la S04!

Uno de los alicientes de la cuarta temporada de Outlander está siendo la trama de Brianna y Roger.

Aunque la historia empezó con cierta lentitud con el asentamiento de Claire y Jamie en las colonias de Carolina del Norte, donde volvimos a ver —como por arte de magia— lo bien relacionado que estaba el escocés con su tía Jocasta (estos de deus ex machina son habituales en la serie), el hallazgo del obituario ha constituido un giro interesante que ha hecho remontar la narración. Lee el resto de la entrada »

Regresa la química sexual de ‘Outlander’

Es innegable. Una de las razones principales por la que no podemos dejar de ver Outlander es la explosiva química sexual entre Claire y Jamie. Son fuego y transmiten fuego.

Ella con sus camisones / ropajes de época que se deslizan sobre su hombro desnudo. Él mostrando sus enormes pectorales y la espalda de dios escocés llena de cicatrices.

Outlander, como buena serie de Starz, sabe que el sexo vende y no tiene reparos en explotarlo. Lee el resto de la entrada »

Black Mirror, el fin de los puñetazos sociopolíticos

El otro día, cuando terminé de ver la cuarta temporada de Black Mirror, pese a que había disfrutado mucho del visionado y, en general, la consideraba mejor que la anterior temporada, pensé que la serie de Charlie Brooker había perdido lo que la hacía grande: los puñetazos sociopolíticos que la conectaban con nuestra realidad. Black Mirror se ha caracterizado por ser una serie incómoda, que removía conciencias y nos hacía reflexionar sobre aspectos de nuestro presente que se reflejaban en el espejo negro y distorsionado de las distopías.

El episodio del cerdo —sabéis de lo que hablo— llegó en un momento de crisis económica y social, y todos sentimos, hasta cierto punto, un regocijo justiciero. ¿Quién no hubiera querido, al menos, pisotear a algunos de los líderes que tanto daño estaban infligiendo a la sociedad? Al mismo tiempo, también nos alertaba del peligro que se corría cuando las ideas se radicalizaban hasta extremos terroristas. Lee el resto de la entrada »

Vuelve Black Mirror, YES!

«No se trata tanto de imaginar un futuro distópico, sino de adentrarse en ese terreno fronterizo en el que las cosas más insensatas son posibles”. De esta forma describe Charlie Brooker la premisa de Black Mirror, una serie que se ha ganado a la audiencia gracias a su incisiva reflexión sobre la influencia de la tecnología en nuestras vidas llevándola un paso más allá. Lee el resto de la entrada »

House of Cards libre de complejos (análisis de la cuarta temporada)

house-of-cards-season-4Excesiva, inverosímil, loca, sensacionalista… y tremendamente entretenida. Así ha sido la cuarta temporada de House of Cards, una serie que nació con vocación trascendente y que, temporada tras temporada, ha derivado hacia lo comercial, depurando lo que no funcionaba o funcionaba menos, para convertirse en un perfecto divertimento, en un culebrón de elegante acabado. Eliminando por fin la envoltura de narración con ínfulas y renunciado —thanks Lord— a las incomprensibles y cansinas tramas de política exterior (¿alguien se acuerda de lo que pasaba con los chinos?), se ha centrado en lo que de verdad interesa: la ambición desmedida de los Underwood y sus tejemanejes políticos. 

Una vez liberada de su encorsetamiento y de las etiquetas que no le sentaban bien (esto no es The Wire, señores), House of Cards ha dado sus mejores frutos. Con un desenfreno de acontecimientos que no dejan tiempo ni para respirar, sin el lastre de rusos o chinos (los terroristas siempre dan más juego o si no que se lo digan a Homeland), con personajes hiperbólicos a los que la maldad les rebosa por los poros sin resquicio de grises y, sobre todo, gracias a centrar la temporada en Claire, el personaje más interesante y peor desarrollado hasta el momento, House of Cards ha logrado despegar con una fuerza sorprendente, dejándonos con ganas de más y sin la sensación de desgaste tan acusada que percibí tras la tercera temporada. (Atención, Spoilers)

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