Una de las razones del éxito de la serie es que ha conectado con el espíritu freak-nerd-geek de millones de fans en todo el mundo. Nuestros bienamados nerds carecen de relaciones humanas satisfactorias, sobre todo en lo que se refiere al género femenino, pero, mientras tanto, se lo pasan muy bien.
Suplen la falta de amor con artilugios tecnológicos, jugando el ajedrez en 3D de Star Trek, echando partidas de Halo, revolcándose por el fango con las guerras de pintura, empuñando el sable luz de Star Wars, creando extraordinarios peces-lámpara, peleándose por conseguir el Anillo Único, comprando la máquina del tiempo de H.G. Wells en E-Bay, conectando la cadena musical vía Internet a través de servidores de medio mundo, haciendo rebotar un rayo láser en la luna…