
ATENCIÓN, SPOILERS. El estómago encogido. El corazón en un puño. Los ojos llorosos. Mi marido llega de trabajar: «¿Qué te pasa, estás bien?». «Sí —digo yo con una sonrisa en la boca y las gafas sucias—, es que acabo de ver el final de ‘Breaking Bad’». Mi marido sonríe y mira a nuestro hijo, que está durmiendo a mi lado en la cama de matrimonio. Está acatarrado y le dejo que duerma la siesta conmigo. Noto su respiración y su calor mientras veo cómo Walter le pide cinco minutos a Skyler. No puedo evitar un nudo en la garganta. Sé que van a ser los últimos cinco minutos juntos. Walt, además de sincerarse al fin, pide una cosa que comprendo bien: ver a su hija.