Esta mañana me ha costado horrores levantarme. Me he arrastrado cual sierpe hasta la ducha mientras a duras penas me salía la voz del cuerpo para decirle a mi hijo: «¿Te has comido el desayuno?». El motivo: cansancio extremo (pero bueno) tras haberlo dado todo en el Festival de Series 2015, que se ha celebrado este fin de semana en Madrid.
Como no os costará mucho imaginar, me lo he pasado de muerte reencontrándome y desvirtualizando a blogueros y tuiteros con los que
1) he bebido demasiadas cervezas y
2) he hablado de otras muchas cosas además del tema que nos une: las series de televisión.