Cuando terminé de ver el primer episodio de La verdad, la serie de los creadores de El príncipe que Telecinco ha tenido más de dos años guardada en el cajón, lo primero que me vino a la mente fue: «Pues podían haberse olvidado de ella».
Con la excepción de la actuación de Elena Rivera como Paula, la serie no posee ningún aliciente que nos invite a continuar. Bueno, tal vez las quinceañeras quieran seguir disfrutando de las caídas de párpados del guapísimo Jon Kortajarena, pero a los amantes de las buenas series les invito a no perder ni un ápice de tiempo con ella.
En una serie de intriga, lo principal para mantener el suspense es la verosimilitud argumental, y La verdad carece por completo de ella.
La escena en que Paula huye de sus secuestradores estampando a un gorila un dispensador de jabón (que lo deja K. O.) y corre para salir por la puerta principal ante la estupefacción de sus secuestradores, es quizás lo más esperpéntico que he visto últimamente en televisión.
A la risible secuencia hay que añadir la de la persecución por el mercado, donde la niña, con tacones, esquiva al secuestrador que, con su peluca a lo Bardem en No es país para viejos, da más risa que miedo.
Cuando piensas que el desastre ya ha pasado y que, de algún modo, la serie se enderezará, aparece Kortajarena para ofrecer una escena muy poco convincente en su desazón ante los avances de la (por enésima vez) niña-joven secuestrada y sexualizada.
La carencia de credibilidad narrativa se une a una serie de clichés en este tipo de género (la falsa identidad, la pertenencia a una familia adinerada, los secretos) donde ni siquiera actores como Lydia Bosch o Ginés García Millán pueden lucirse debido a un guion cursi y manido.
Como comentaba en relación a La catedral del mar, las series españolas han dado un gran salto de calidad en los últimos tiempos con títulos como Fariña, La peste o La casa de papel.
Series estereotipadas y poco imaginativas como La verdad lo único que representan es un retroceso en nuestra ficción. Si os gustan los thrillers y la intriga hay grandes series como Bron/Broen, Broadchurch, The Fall, Sé quién eres o Acusados que os depararán grandes momentos.
y lo peor de todo, la voz de la promo ! Que nervioso me pone por favor! La serie ni la he visto ni la pienso ver solo por esa voz antigua , gastada y mal tratada, que parece de tv local en la que ponen a narrar al de la limpieza y lo graban con una grabadora antigüa. La peor voz en off que he oido nunca.
29 mayo 2018 | 09:43
A la autora no le gusta la serie sencillamente porque no es feminista y punto.
Acostumbrada ella a ver que ultimamente la mayoria de la series lo son.
29 mayo 2018 | 12:30
Pero hacedle la prueba de ADN ya a la chiquilla .
Y hacedle el favor de decirle a Kortajarena que deje de hablar así.
29 mayo 2018 | 13:45
Yo he visto «the mising» en la segunda temporada el tema va por ahi, pero mucho mejor contada, nada que ver. Me temo que aqui van a entrar en bucle y la van a fastidiar, la de Reino Unido fue una gozada verla.
29 mayo 2018 | 20:30
Es horrorosa. Ni pies ni cabeza. Lydia Bosch, lo siento, podría ser sustiruída por una careta: no cambia de expresión ni un segundo, pase lo que pase. Kortajerena el pobre es malo como actor y además dan ganas de apartarle el flequillo ese que se gasta, que debe molestar mucho en la frente. Las tres mujeres policía de la serie son la caña. Una se vende al poder, otra pasa información a su amante y la última no hace más que pasearse airadamente de un lugar a otro. Como polis, no dan una. Pero ni una. ¿y el periodista? las mujeres se lo rifan: debe de tener algún encanto oculto muy grande, no sé dónde. La historia no es verosímil por manida que sea. Una lástima de serie.
27 noviembre 2018 | 23:33