Solo un capítulo más Solo un capítulo más

Siempre busco la manera de acabar una serie cuanto antes... para ponerme a ver otra.

El Príncipe no sabe dejar intrigados a sus espectadores

La evolución de este año de El Príncipe ha sido notable. De una serie mediocre como era el año pasado ha pasado a ser una ficción interesante, con un fondo actual y un desarrollo más que interesante. Es cierto que a veces se le ha ido la olla con algunas subtramas que no tienen ni pies ni cabeza y que quizá se hayan pasado de rosca con tantísima conspiración en el espionaje español. Pero el resultado en su conjunto es interesante y merece la pena haber visto la mitad de la temporada final que terminó ayer. El problema es que no saben dejarnos intrigados. No aciertan al hacer un cliffhanger. Y eso es un problema. El final del episodio de ayer es un gatillazo en toda regla por esta razón.2

El capítulo final de la mitad de la serie de Telecinco, a la espera de que en unos meses lleguen los episodios definitivos que la cerrarán para siempre, es una historia de fracasos varios. Fracasa el protagonista, Javier Morey; el villano, Faruq; el contrapunto femenino a ambos, Fátima; e incluso el servicio de espionaje que con tanta fuerza ha entrado en las tramas este año.

4La apuesta de El Príncipe en este tiempo ha sido arriesgada. Abrazar la trama de la acción dejando de lado lo que le hacía daño, que no es otra cosa que la historia de amor entre los protagonista, suponía jugársela con gran parte de su audiencia: los adolescentes. Y les ha salido bien. Apostaron a lo bestia y ahora ven los resultados, puesto que ha sido regular en audiencia y ha atraído incluso a público que dejamos de creer en ella por centrarse en esa estupidez de amoríos que fue en la primera temporada.

Pero, como dije antes, también ha escapado a su control querer dar un giro de 180º. A veces no he comprendido a qué venían tantas muertes ni tantísimo foco en ese supuesto entrenamiento de terroristas que quieren hacer la Yihad. Tampoco es del todo creíble que nos vendan que precisamente cierto tipo de personajes se sumen a los islamistas y que eso conlleve un efecto dominó. Soy consciente de que esto suele ocurrir así. Pero no me consta que sea con ese tipo de perfiles. Deberían buscar que su relato sea creíble al máximo. Aquí no lo han conseguido.3

Además, no ha ayudado que hubiese tanto secundario. Incluso ha mareado. Y si vas a tener un villano, ten claro cual. No hay que cambiar a mitad de temporada por uno que no es tan malo, que es lo que han hecho los responsable de la serie.

1El Príncipe regresará en unos meses. Espero que vuelva a ofrecernos ese riesgo de estos meses. Y ojalá controlen un poco lo que cuentan y deje de parecer tan alocada a la hora de eliminar personajes o hacer que algunos se pasen al bando de los malos. Es el único fallo que le encuentro, aunque sea grande por el tiempo de metraje que ocupan. Al menos ya han acertado con lo que deben dedicar a las historias personales: el tiempo justo. No es necesario más. Como tampoco lo era el pasteleo entre Morey y Fátima. Eso sí que se lo han aprendido bien.

Más acción y menos azúcar refinado. Eso es lo que queremos sus espectadores. Por algo hemos recuperado la fe en ella.

La nueva temporada de True Detective: de lo filosófico a lo convencional

Es difícil discutir que True Detective trascendió a la televisión. No estoy seguro de si logró cambiar o hacer mejor el medio, gracias a su narrativa, lenguaje y atmósfera peculiares. Pero sí tengo claro que era tan poderosa que hasta la gente que no la había visto fue partícipe de su fenómeno e incluso se sumó a las bromas y memes sobre quiénes serían los protagonistas de la segunda temporada.p19nbrrr0rtr4dvn1ggb1kaem1s7

Nadie acertó. De dos protagonistas se ha pasado a cuatro, sin que haya una pareja de agentes determinada que pudiese emular a Rust Cohle y Marty Hart. Y de una historia compleja se ha pasado a una más convencional. La filosofía de los diálogos ha dejado paso al relato puro de investigación policial, donde el misterio prevalece pero la conspiración religiosa desaparece. Ahora, todo parece ser una cuestión de dinero, corrupción y poder. Se ha dado el paso al género negro puro, vamos. O, insisto, eso parece.

p19nbrrr0rhn21neu1k7f813mdf6Este podría ser el resumen de lo que nos van a contar en la segunda temporada de la serie de Nic Pizzolatto para HBO y que emite Canal + Series en España. Ya he visto tres capítulos y tengo una visión más de conjunto sobre lo que vamos a ver este año. Que no es otra cosa que una ficción donde los malos siguen haciendo cosas malas. Porque en esta historia no hay ni un bueno. Aunque quieran o intenten serlo. De ahí que todo arranque con la desaparición de un trabajador municipal que está aliado con el mafioso de la zona, Frank Semyon (Vince Vaughn). Un caso que acabarán investigando un policía que está a sueldo del criminal, Ray Velcoro (Colin Farrell), una policía con problemas para relacionarse, Ani Bezzerides (Rachel McAdams) y un patrullero que se convierte de repente en investigador por descubrir lo que todos buscaban, Paul Woodrugh (Taylor Kitsch).p19nbrrr0ruqg14ne1cvl1m1sdj85

Lo más destacado de los nuevos episodios es que ahora True Detective aspira a ser un producto televisivo que cualquiera pueda ver. Las (pocas) malas críticas que obtuvo el año pasado resaltaban que era poco accesible para todos los públicos, al enfrascarse en esa nube de filosofía que parecía imprescindible que había un chalado asesinando chicas jóvenes. Unos reproches con los que no estoy de acuerdo, ya que para mí esas soflamas de Matthew McConaughey la enriquecían y la hacían distinta. Pero parece que Pizzolatto ha escuchado a todos y ha querido meterse de lleno en el género negro, aunque eso le haya costado renunciar a una de las esencias de la serie.

p19nbrrr0qqilspjtek1mia1c1k4Tampoco era cuestión de repetir lo mismo cuando los protagonistas han cambiado. Sobre todo si estos son «peores» que los anteriores. Aún así, Colin Farrell está sorprendentemente bien en su papel de detective vendido, padre frustrado y alcohólico (aunque se note que está sobreactuado). No se puede decir lo mismo de Vince Vaughn, que justifica mis recelos de hace unos meses cuando rajé de que él y Farrell no encajarían en esta serie. Al menos Ray Velcoro me ha callado. Rachel McAdams y Taylor Kitsch, por ahora, son irrelevantes y no aportan más que unas escenas sueltas que aparentemente no aportan nada. Pero parece que con el paso de los capítulos serían muy importantes.

True Detective ha pasado de ser una novela de detectives a una serie policiaca. Al menos es lo que a mí me parece. Y eso no tiene por qué ser malo. Puede gustarnos igual o más, según avance. El mayor problema que veo es que el personaje de Vaughn desentona muchísimo y se puede cargar la trama. Veremos a ver qué pueden hacer los directores de los episodios con esto. Justin Lin en los dos primeros da la talla. Aunque muchos estamos expectantes por ver lo que consigue Miguel Sapochnik. Sí, el que dirigió uno de los considerados como mejores episodios de Juego de Tronos.

Esta es la canción de la cabecera, por cierto. A mí no me apasiona.

Guillermo Zapata, las series y los límites del humor

El tema de la semana y del mes es sin duda la polémica que envuelve a Guillermo Zapata, concejal del Ayuntamiento de Madrid que ha dimitido por unos chistes de humor negro de hace cuatro años. No voy a entrar en cuestiones políticas, dado que este blog no es el sitio. Pero sí me parece interesante exponer unas cuantas reflexiones que me han venido a la cabeza sobre los límites de las gracietas y su relación con las series.

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Foto: EFE

Los paralelismos de lo que ha pasado con Zapata y el humor que se utiliza en algunas series están claros. Son muchas las ficciones que se valen del humor negro para hacer reír a sus espectadores. Los líderes en esto son los británicos, con los estadounidenses a la zaga. Pero en las islas hay una «sensibilidad» especial con este tipo de comedia.

Uno de los más brutos en este aspecto es uno de los actores más citados en estos días por lo que ha pasado: Ricky Gervais. En la The Office británica lo demostraba. También lo hace en Derek. Pero donde destaca es en sus monólogos. Gervais no se corta con nada ni con nadie. Eso mismo le costó dejar de presentar los Globos de Oro, ya que tiraba con bala a todos los invitados y a algunos no les gustó que se hiciera mofa de ellos. Pero dile tú a un tipo que lleva haciendo esto toda la vida que se corte y que el humor tiene límites. Sabiendo cómo es, seguramente el actor británico les diría «go fuck yourselves». El otro ejemplo de la comedia cruel y con la que se parten de risa millones de personas es Little Britain. En Estados Unidos, una de las que más ha sonado debido a la polémica es Sarah Silverman, que no ha tenido piedad del Holocausto en algunos de sus espectáculos. Encima, hace unos días publicó un tuit desternillante que mantiene su gran nivel. Otro que destacó fue Michael J. Fox, que se montó su propio show para reírse del Parkinson que padece.

Ya he dicho en alguna ocasión en este espacio que soy totalmente contrario a poner límites al humor. Estoy convencido de que se pueden hacer chistes con todo. Lo considero una manera de llevar mejor nuestras preocupaciones y un mecanismo para rechazar los totalitarismos y defender la libertad de expresión. Pero tampoco vale todo. Aunque el humor no tenga límites, sí tienes matices. Y son muy evidentes.5

Por ejemplo, no es lo mismo que haga un chiste sobre judíos alguien normal a que lo suelte un neonazi. O un chiste sobre gays hecho por un homosexual o por un homófobo. Tampoco todo lo que se vende como humor negro tiene gracia. Alguien puede intentar hacer un chiste de ese estilo y que en realidad lo que diga no tenga pase alguno, al quedarse en un comentario racista, xenófobo o que incita a la violencia. Ser gracioso no está al alcance de cualquiera. Y ahí es donde entran las series españolas.

Más de una vez he señalado que a mí no me parece humor lo que hacían en Aída o hacen en La que se avecina, Gym Tony, El chiringuito de Pepe Anclados. Es un intento de hacer chistes bastante tosco en el que se pone el foco siempre en los mismos colectivos. Pero que las considere basura televisiva no implica que quiera prohibirlas. No me ofende su supuesta comedia porque no me parece que se le pueda llamar así.

Nadie puede negar que, si te gustan esas series, estás a favor del humor negro. Entonces, ¿por qué hay gente que se ríe con las escenas de esas ficciones pero luego critica los chistes que citó Guillermo Zapata durante el lío que se montó con Nacho Vigalondo por sus coñas sobre el Holocausto? ¿Están bien y son aceptables las bromas sobre gays, gitanos, sudamericanos, parados o discapacitados pero no las que van sobre el genocidio que sufrió el pueblo judío?

Aida3Digo más, ¿por qué podemos reírnos del holocausto por lo que alguien dice en una escena de una serie pero no si alguien bromea sobre ello en una red social? ¿Hay que ir contra los creadores de Vaya Semanita por hacer mofa del terrorismo que tanto sufrimiento ha causado a este país? ¿Sería alguien capaz de mosquearse por una ficción en la se ríen de la gente con Parkinson aunque el protagonista tenga esa enfermedad y contribuya a las risas?

A mí el chiste que citó Zapata hace cuatro años no me hace gracia. Otros, sí. Porque son humor. Aunque es normal que lo que a mí me hace reír no despierte el mismo sentimiento en otros. Lo que nunca se me ocurriría es pedir la cabeza del que haga un chiste con un tema controvertido si su intención ha sido esa. Muy diferente es si lo dice en serio. Los matices son los que tienen la última palabra en este caso.

Por cierto, por lo que Guillermo Zapata sí debería disculparse es por algunos de sus guiones para Hospital Central. Eso sí que no tenía gracia. Al menos Lo que tú quieras oír compensa todo lo demás que haya hecho.

 

Otras lecturas

El caso de Guillermo Zapata‘, por Ángel Calleja

Teoría y práctica del humor cruel, por Juan Soto Ivars

Y unas viñetas sobre por qué el humor no tiene límites, por John Tones y Guitián

Juego de Tronos: el año del hype

4La dimensión que ha adquirido Juego de Tronos desde que se emite es indiscutible. Tanto que suele marcar la agenda personal de todos los que la vemos. Desde el «no digáis nada» en la oficina del trabajo, quedarse en casa la mañana del lunes para ver el episodio o hasta no entrar en Internet para no comerse spoilers hasta que ya sabes qué ha pasado en el capítulo de la semana. Aunque en esto último solemos ser muy poco hábiles. La culpa de todo, cómo no, la tiene el hype. Eso que no hay que creerse pero que nos atrapa irremediablemente. Y esta serie es la que mejor sabe despertarlo.

Las últimas semanas han sido las de más nervios para los seguidores de la serie. Tanto que todo lo anterior se exageraba y hasta querías que estuviese prohibido hablar del tema hasta saber lo ocurrido en el capítulo. Es la dictadura de los lunes, como he leído alguna vez, y cuya policía política son las webs de tele estadounidenses y portales como Tumblr. Porque son esas mismas las que te pueden reprimir con 200 spoilers en solo un minuto. 5

Pero, ¿por qué tanto nerviosismo con los últimos episodios? Pues porque cada final de capítulo ha sido de infarto. No recuerdo haber tenido antes tantas ganas de ver Juego de Tronos cada semana como este año. Los cinco últimos de los 10 emitidos en 2015 han sido un golpe directo al corazón. Lo que ocurría en algunas escenas era tan emocionante o dramático que era imposible no experimentar sensaciones de todo tipo.

1No quiero comentar mucho sobre lo ocurrido porque paso de caer en ser otro de esos medios que revientan una serie tan simbólica en ese aspecto. Pero sí he leído en otros sitios que ha sido la temporada más mala de lo que llevamos. ¿En serio? He debido ver otra. También se habla de que ha habido tramas que no han acabado de arrancar. Pues eso tampoco me parece mal.

La quinta entrega de la serie de HBO y Canal + nos ha permitido ver debilidad en personajes como Cersei; más apuros para Jon Snow o Daenerys; evolución y madurez en Arya o Sansa; redención en Theon o Jorah; además de la reinvención de Tyrion. Además, la mayoría de tramas han quedado abiertas. Hay cliffhangers de un año para otro. Incluso en el capítulo final, que solía ser una simple transición a la siguiente temporada. Incluso se ha hablado de que los capítulos 8 y 9 (sobre todo el primero) han sido los mejores de la historia de la serie. No veo el ‘gatillazo’.3

Al hype también ha contribuido que, por primera vez, haber leído los libros no te garantizaba saber todo lo que iba a pasar. La adaptación pura y dura de Canción de hielo y fuego ha dado paso a una reinvención que que puede gustar más o menos. Y es que no está el tema como para seguirle la pista a George R.R. Martin, que hasta se ha cansado de que le insistan y ha pedido que le dejen escribir en paz. Que a veces los fanboys son muy pesados.

2El próximo año deberíamos saber cuántas temporadas le restarán a la serie para terminar. Dudo mucho que lo haga a la vez que los libros de Martin, ya que necesitaría como poco 13 temporadas. Quizá llegue con suerte a la décima. Demanda de alargarla hay, y material también. David Benioff y D.B. Weiss ya saben cómo acaba la historia y han demostrado que pueden moldearla como quieran, que seguramente les saldrá bien. Sobre todo si nos hacen sufrir. Porque es imposible no pasarlo mal con Juego de Tronos. Aunque sea el mejor rato de la semana.

La belleza de lo cruel en Hannibal

Que un asesinato pueda ser bonito es algo que a nadie se le pasa por la cabeza. Quizá al asesino, si está tan perturbado como para creer que lo que hace tiene capacidad para despertar esas sensaciones en los demás. Pero todo cambia si te muestran una imagen de algo que parece bello pero que ha sido alumbrado tras un crimen. ¿El fin justifica los medios? Nunca. Pero, ¿te puede impresionar para bien lo que surge de esa manera? Desde luego. Es lo que te ocurre si ves Hannibal. Esa serie donde las esculturas de carne humana o los cuadros con cadáveres aparecen con facilidad. Y que ha regresado con una tercera temporada tan brutal como atractiva y parsimoniosa.4

El regreso del caníbal está centrado en una etapa donde las caretas han desaparecido. Todos saben ya quién es el doctor Lecter, que se encargó de dejar vivas a casi todas sus víctimas del último episodio de la anterior temporada con la intención de que le buscasen. Podría habérselos quitado de en medio con la misma facilidad con la que les manipuló. Como siempre, tendrá una razón para permitirles vivir. Quizá quiera comérselos en condiciones. O que Bryan Fuller no ha querido cambiar la historia original y por eso todos los personajes principales siguen en pie. Pronto lo sabremos.

1La cuestión es que ahora Hannibal está en Italia disfrutando de una nueva vida de asesinatos aleatorios y desarrollando su faceta culinaria gracias a sus víctimas. Para ello se ha llevado a Bedelia du Maurier, una de las dos personas que le conoce y que le detesta por eso mismo. A la cual está alimentando como los romanos hacían con las bestias para que estuviesen más sabrosas al comérselas tiempo después. Es el problema de no querer lo que cocina un tipo tan especial. Él ya se encargará de que acabes haciendo lo que le viene en gana. Porque Hannibal es ahora más sádico. Está enfadado porque considera que le han traicionado. Y la culpa no es de otro que de Will Graham. La segunda persona que le conoce y que se ha aprovechado de ello para intentar arrebatarle su libertad.3

Que un tipo que se ha valido de sus conocimientos para destrozar la poca personalidad que le quedaba a su amigo y fomentar la autodestrucción de éste ahora se sienta ofendido porque el otro ha querido devolvérsela hace más fácil ver los problemas mentales que tiene el psiquiatra caníbal. Porque es ahora, o desde el último episodio del año pasado, cuando vemos debilidad en Hannibal. Antes no era posible porque todo le salía bien. Pero, aunque al final ganó él, gran parte de sus planes quedaron al descubierto y fueron previstos por los que quieren cazarle. Que le descoloquen le hace reaccionar más tarde de lo habitual. Y algunas ideas no le salen como esperaba.

5En esta tercera temporada podremos ver cómo es la nueva vida del caníbal. No porque esté en un nuevo país, acompañado de Bedelia y siendo perseguido por Will y el resto de personas que dar con él. Lo importante es que por primera vez no está seguro de todos los pasos que tiene que dar. Es más impulsivo, lo que lleva a cometer el error de improvisar. Y su crueldad es más bella que nunca.

Lo curioso de Hannibal es que solemos preguntarnos qué debe hacer el caníbal. No cuál debe ser la estrategia de Graham y la policía para detenerle. Nos interesa más el destino del malo, por esa admiración que sentimos por los cabrones sin escrúpulos de la que hemos hablado varias veces.2

Está claro que veremos más sangre y más violencia en esta temporada, que quizá vaya a ser la más lenta de todas visto lo visto. Pero que haya más tiempo para digerir la trama no es malo. Simplemente nos dan tiempo para asimilar una serie que con el paso del tiempo es más compleja e interesante. Porque Bryan Fuller tiene claro que la suya no es solo la ficción de un caníbal más listo que los buenos que quieren pillarle. Su intención es que descubramos qué mueve a todos los implicados en la historia. Por qué actúan así y qué consecuencias tiene tomar ciertos caminos. Y, de paso, enseñarnos que la gastronomía con carne humana puede despertar el apetito.

Al final, decidir si algo te agrada o te da asco a la hora de comértelo depende de tu mentalidad. Todo está en la cabeza. El problema es que la mayoría no usamos el raciocinio en estas situaciones. Hannibal sí lo hace. Por eso siempre nos cazará.

Fox estudia ‘resucitar’ Prison Break

No, no es broma. Fox está valorando resucitar Prison Break, el máximo exponente de las series que tras una primera temporada buenísima se vienen abajo en las siguientes. Según informa TVLine, la idea es hacer una única temporada de varios capítulos que tenga un final cerrado. Algo similar a lo que vimos en 2014 con 24: Live another day.1

Los protagonistas también serían los mismos. Michael Scofield (Wentworth Miller) y Lincoln Burrows (Dominic Purcell) estarían en esta sorprendente aventura. Ambos han vuelto a compartir elenco este mismo año, en The Flash. Miller ya avisó hace un tiempo de que no descartaba la reunión de Prison Break de la que estamos hablando.

2Estos rumores sobre el regreso de la ficción carcelaria, emitida entre 2005 y 2009 y que fracasó tras su primer año en términos de calidad, no fueron precisamente acallados por Fox. Uno de sus directivos dijo que sería perfecta para hacer una sola temporada autoconclusiva.

Tras este relato de los pocos datos que tenemos sobre la resurrección (nunca mejor dicho) de Prison Break, ¿merece la pena que se lleve a cabo? Comparar su vuelta con el de 24 me parece bastante discutible. La serie de espías de Kiefer Sutherland no acabó de tan mala manera como la de los presos fugados. Aunque puede ocurrir que sus responsables se rediman y nos regalen unos cuantos capítulos que nos hagan disfrutar. Como solo ocurrió en la primera temporada.3

Si vuelve, la veremos todos. Eso está claro. Lo mejor es que no vamos a tener las expectativas de otros regresos míticos. Aunque quizá debería irse acabando esta moda de resucitar por resucitar que hay en la televisión. Por higiene mental y seriéfila, más que nada.

S05E08 Hardhome: ¿El mejor episodio de la historia de Juego de Tronos?

POST CON SPOILERS

 

Si no has visto el último episodio de Juego de Tronos, ese que se estrenó en HBO y Canal + la madrugada del domingo al lunes, te recomiendo que dejes de leer. Porque, créeme, no quieres que te lo destripemos con unos spoilers salvajes. Te aseguro que te arrepentirías mucho. Y es que estamos hablando del que muchos han bautizado como el mejor capítulo de toda la serie en sus cinco años. El octavo de la quinta temporada, titulado Hardhome. Pero, ¿es así?3

Yo nunca había visto algo así en la televisión. En el cine, sí. Pero jamás habría podido pensar que en un capítulo de 59 minutos, por muy de la HBO que sea, habría 20 minutos que son de superproducción. Todo por una batalla entre vivos y muertos que recuerda a la del abismo de Helm de El Señor de los Anillos (al menos a mí, y salvando las distancias evidentes).

1No es la primera vez que Juego de Tronos lo hace. Ya nos dejó boquiabiertos con aquel mítico Blackwater. Aquello fue espectacular. Pero lo que ha ocurrido en el que nos ocupa es apoteósico. Acojonante. De los que te dan ganas de que no se acabe nunca el episodio y de querer que llegue el próximo cuanto antes. La culpa de esas interpretaciones bestiales. Del buen hace de centenares de figurantes. De unos planos para enmarcar y ponerlos de ejemplo en las escuelas de cine. Con cameos de los que te hacen sonreír, como el de la periodista de Borgen o los miembros de la banda de metal Mastodon.4

Los que han estado detrás del capítulo también influyen en semejante resultado. Este lucha entre los White Walkers y los salvajes ayudados por la Guardia de la Noche no habría sido tan espectacular sin un montaje y una dirección a la altura. El primero, como apuntó Emilio Domenech en Twitter, es Tim Porter. También fue el responsable de montar la season finale del año pasado, el episodio de la cabeza machacada de Oberyn o el tercer capítulo de la segunda temporada de Sherlock. Ese tan alucinante, sí. El director ha sido Miguel Sapochnik, que ha estado en maravillas como Banshee o Fringe. Pero no lo olvidemos: sin tiempo y sin mucho dinero esto no se habría llevado a cabo.

2Por cierto, con todo lo que ha pasado en este capítulo, se ha vuelto a reabrir el debate de los spoilers en los medios. El consejo es simple: si no habéis visto el capítulo, no sigáis a BuzzFeed. En ninguna de sus cuentas. Junto a Tumblr, es lo más peligroso que existe en este aspecto.

No todo el mundo cree que lo de este domingo haya sido lo mejor que hemos visto de Juego de Tronos en toda su historia. A algunos les ha sabido a poco o esperaban más, vistos algunos comentarios. Como ya he dicho antes, a otros nos ha emocionado e impactado a partes iguales. Sobre todo ese momento en el que Jon descubre el poder de su espada y la demostración de fuerza del líder de los muertos. ¿Qué opináis?

‘Jaimito’: la webserie basura de Kiko Rivera

1El año pasado celebré algo muy importante en un restaurante del centro de Madrid. El sitio era un poco caro y pijo, pero la ocasión era tan especial que lo merecía. Se trataba de un negocio con dos partes: una de bar, donde la gente estaba viendo el fútbol (era el día que comenzaba el Mundial de Brasil) y otra de restaurante, donde la calma y el ambiente íntimo imperaban. Todo empezó a torcerse cuando, nada más sentarnos, escuchamos a un tipo bastante famoso dar gritos desde la mesa que estaba al otro lado de la sala. Junto a él había tres personas que no hacían más que el ruido normal de mantener una conversación. Pero él no. Se comunicaba a voces con sus acompañantes y con los camareros. Y cuando escuchó que alguien había marcado un gol en el partido que se estaba emitiendo, se levantó alzando la voz preguntando de quién era el tanto. El remate, antes de irse, fue ponerse a hablar por el móvil con el altavoz. Se escuchaba todo lo que se contaba con una mujer que le había llamado. Tras todas estas faltas de respeto a los que estábamos intentando pasar una buena noche, se fue junto a sus acompañantes. Sí, ese famoso era Kiko Rivera.3

Tras presenciar aquello, uno se pregunta cómo un tipo que no cuenta con la mínima educación de comportarse en un sitio público puede aspirar a algo más que a vivir del cuento en los programas de la telebasura rosa. Hasta que te das cuenta de que hay un grupo de comunicación que le puede permitir todo eso y mucho más. Sí, con Mediaset es posible que alguien como el hijo de Isabel Pantoja pueda ser protagonista de una serie. Aunque solo se emita en Internet. Ésta se llama Jaimito, está formada por sketches de algo menos de 10 minutos y es sin duda la mayor bazofia que se verá en este 2015. Aunque seguro que de clics y visitas irá sobrada, dado lo bien que funciona la web de Telecinco y la curiosidad que hay por este personaje.

4Esta auténtica basura en formato de webserie (que produce José Frade, el experto en hacer de lo malo un negocio) trata de contar la vida de un chaval disperso que lo más que hace es dormirse en clase. El primer capítulo es el de su nacimiento, en el que no falta nadie: Soledad Mallol y Fernando Esteso son su madre y su abuelo, respectivamente. También aparece el difunto Pedro Reyes. Los tres le dan un poco de verosimilitud al esperpento. Lo malo es que es el propio Paquirrín quien narra hasta que aparece al final del sketch. El segundo va de que se queda sopa en una clase de historia y sueña con que es un centurión romano. Lo que me ha hecho experimentar los 8 minutos más largos de mi vida a la hora de ver un producto televisivo5

Hay que decir que Telecinco rechazó, con buen criterio, emitir esto en televisión. Pero lo que no es admisible es que haya aceptado que esté en su web. Una vez más, Mediaset está contribuyendo a reinventar la telebasura (en este caso, a través de Internet). Es un insulto para cualquier profesional que se deja la vida en un guión, una dirección o una producción. Que haya actores conocidos que se hayan prestado a esto (lo de Esteso no sorprende) tampoco se entiende. Supongo que más cornás da el hambre.

Me resulta incomprensible que alguien que ya ha demostrado no saber hacer nada delante de unas cámaras ahora pueda ser actor. Por muy hijo de torero y tonadillera convicta y condenada por blanqueo de capitales sea. Lo peor de todo es que no hay nada que se pueda salvar en Jaimito. El guión es malísimo, las risas enlatadas son de pena y solo ver a Paquirrín de personaje principal da grima.

2Como decía antes, todo esto dará igual: seguramente, triunfará. Sus predecesoras, como Gym Tony, ya lo han hecho en la televisión. Escenas de matrimonio también puede citarse como uno de sus referentes. Hasta la última ‘maravilla’ de Telecinco, Ancladoses mejor que esto.

Lo que más pena da de todo esto es que se confirma ese tópico que muchas veces quieres negar por exagerado: si eres un famosillo del tres al cuarto, siempre habrá un grupo de comunicación que te dé la posibilidad de vivir del cuento. Del que sea. Pero esto de darle una serie a un incapaz interpretativo ya es pasarse.

Húndete, Anclados

2Hay gente que no aprende. Que se cree que puede seguir ofreciendo lo mismo y triunfar evitando cualquier crítica negativa. Que está convencida de que el humor tiene que ser rancio y pobre, cargado de chistes fáciles y que no tienen ninguna gracia por lo malos que son. Porque hacer reír es difícil. Se puede conseguir con bromas sobre los inmigrantes, los gitanos o los discapacitados. No hay límites en el humor. Otra cosa es confundirlo con burla e insulto. Y eso es lo que ocurre en la mayoría de comedias españolas. La última en querer alzarse como la más zafia de la parrilla es Anclados. Aunque eso no es lo peor. De hecho, es que no puede ser más mala. Por eso se hundirá.5

El argumento tampoco es de los que hacen historia. Un crucero cambia de manos, después de que el padre del hasta ahora director decida ceder el poder a su otra hija. Por supuesto, él es tonto y ella una déspota a la que encima le falta un ojo. Por medio, una tripulación llena de chalados que, faltaría más, son fachas o idiotas. También está el pasaje, donde está la típica ricachona pija que cree que su dinero le da derecho a tratar mal a los demás. Y a la que, oh, sorpresa, se le corta el grifo porque su marido resulta ser un corrupto que se gasta el dinero de otros en droga y prostitutas. Todo un ejercicio de innovación televisiva por parte de, cómo no, Globomedia.

3Suelo esperar a ver dos o tres capítulos de una serie para decidir si me gusta o no. Con ese número de episodios se pueden vislumbrar los matices suficientes. Pero la simpleza hace innecesario gastar tanto tiempo en algo. Anclados es tan penosa que con 10 minutos ya puedes saber todo lo que te va a ofrecer el resto del tiempo. Solo con 5 minutos yo ya quería apagar la tele y ponerme 10 capítulos de Los Soprano (seguidos) para compensar tanta mediocridad. Y aún así lo vi entero. 6

El intento de hacer gracia del último (futuro) fracaso de Telecinco en el ámbito de la comedia se basa en que los personajes hagan chistes con penes y explotar al máximo los estereotipos. La ficción de calidad debe ser de pijos para los que están detrás de esta infamia. Porque solo una serie supera a esta en chabacana: Gym Tony.

1Con solo esos pocos minutos de visionado se nota que Anclados bebe del humor basura de La que se avecina y AídaEse que te hace estremecerte y no reírte de sus gracias, sino del ridículo absurdo de algunos chistes. No da ni para cabrearse por el bajo nivel que ofrece.

No logro comprender qué ha llevado a un tipo con tanto talento como Joaquín Reyes a meterse en este lío. Aquí es una caricatura de lo que suele ofrecer. Parece un mediocre más. Aunque también me ha servido para desengañarme con Ursula Corberó. De buena actriz tiene poco, me temo. Lo de ver a Rossy de Palma y Miren Ibarguren haciendo el ridículo no me extraña tanto.4

El buque de la serie acabará a la deriva, como ya le pasó a Aquí paz y después gloria. Lo penoso tiene muy difícil sobrevivir. No creo que triunfe como sus predecesoras en esta forma de hacer humor tan particular. Los mismos chistes sobre gitanos, gordos y mujeres que hace 20 años. Un barco antiguo tiene más posibilidades de hundirse. Si los mimbres de una serie son viejos, puede ocurrir lo mismo. Que se hunda Anclados es cuestión de tiempo.

VÍDEO: El musical de Coldplay sobre Juego de Tronos


3Coldplay ha compuesto las canciones para un musical sobre Juego de Tronos. La banda británica ha contado con muchos actores de la serie original para interpretar algunos de los temas y ayudar en la composición de los mismos. Y suena genial.

Esta sería la presentación perfecta si todo lo anterior fuese verdad. En realidad, es una broma para la que se han unido el conjunto que lidera Chris Martin y algunos de los actores principales de la ficción de HBO.2

Este «musical» es un sketch del programa especial emitido por la cadena estadounidense NBC con motivo del Red Nose Day. Un espacio emitido con la intención de recaudar fondos para combatir la pobreza infantil dentro y fuera de Estados Unidos. En total, lograron más de 10 millones de dólares.

1Los programas con fines tan loables suelen ser los indicados para experimentar y ver en otro rol a los actores de nuestras series preferidas. Aquí vemos el reencuentro fuera de Invernalia entre Alfie Allen (Theon) y Iwan Rheon (Ramsay), el regreso de Robert Baratheon (Mark Addy) o la manera de cantar de Kit Harington, Emilia Clarke, Peter Dinklage o Nikolaj Coster-Waldau. Un proceso creativo narrado por alguien muy especial. Merece la pena ver los 12 minutos.