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Siempre busco la manera de acabar una serie cuanto antes... para ponerme a ver otra.

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VÍDEO: El final alternativo de Cómo conocí a vuestra madre

¿A que Cómo conocí a vuestra madre hubiese sido mejor con este cierre?

Los mejores momentos y frases de ‘Cómo conocí a vuestra madre’ según sus seguidores

Cuando una serie te marca tanto hay que decirle adiós por todo lo alto. Y Cómo conocí a vuestra madre se lo merece. A lo mejor es excesivo dedicarle dos posts consecutivos a su final de este lunes, pero la ocasión lo merece.

No soy el único que ha pasado de la adolescencia a la (escasa) madurez viéndola. Han sido nueve años en los que me ha acompañado desde el instituto, pasando por un cambio de ciudad, la facultad, a varios trabajos. Tampoco me imaginé nunca que podría escribir sobre su final en un blog que lee mucha gente (gracias por eso).how-i-met-your-mother

Poder escribir de series y encima hacerlo de Cómo conocí a vuestra madre es un doble regalo. Fue la que me descubrió que existía otra televisión, que en EEUU estaba pasando algo con estas historias por capítulos. La descubrí en laSexta, y tuve que ponerme a buscar los capítulos porque, como casi siempre, la cadena la maltrató y la movió de horario constantemente.

Fue ella, junto a Dexter, la que me hizo aficionarme a las series. Ninguno de las dos se emite ya. Fueron las ficciones que vehicularon los años que determinaron de alguna forma mi futuro, y por eso las recordaré siempre con mucho cariño.

Como decía antes, esto no me pasa solo a mí. Por eso os pedí que me contaseis por qué había sido especial para vosotros, y cuál había sido el mejor momento de su historia a vuestro parecer. Entre los que respondisteis al llamamiento y algunos amigos, he podido recopilar las experiencias de varios con la serie.

¿Los míos? El capítulo en el que vuelven a fumar, y todos los momentos en los que aparece el padre de Lily. Y ésto. Además, mi frase no puede ser otra que ésta.

En cuanto a los invitados, ellos han elegido una frase mítica de algún personaje de Cómo conocí a vuestra madre. Y de paso, han recordado qué les pareció lo mejor en estos nueve años. Son los siguientes (y hay mayoría de chicas porque algunos chicos se han rajado).

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Merche

El mejor momento de la serie fue la petición de mano a Robin. Me sorprendió mucho de Barney un gesto tan romántico. Si ya me gustaba su personaje, después de eso me quedé sin palabras. Mi frase es una de las mejores de Lily.

 

 

 

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Pedro

Mi momento preferido ‘The Robin’ (El Petirrojo). El último capítulo de ‘El Libro del Juego’ (The Playbook) que escribió Barney y mediante el cual le pidió a Robin que se casara con ella. Recuerdo haber soltado más de una lágrima con ese episodio. Y es que todos quiénes lo vimos sabemos que no es para menos. La frase que he escogido es una de las muchas lecciones de Ted.

 

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Mi capítulo favorito es el 3×16, el comienzo de Robarney. La pobre Robin anda deprimida por el desprecio de un antiguo novio del insituto, Simon, que está de visita por Nueva York. Para ahogar penas invita a casa a Barney y ven juntos el videoclip de Robin Sparkles: ‘Sandcastles in the sun’, «que parece un anuncio de compresas», en palabras de Mr. Stinson. El final del capítulo es su primer beso; el principio de una larga historia. La frase es de Lily, y quizá sea la mejor de toda la última temporada.

 

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Jaime

Mentiría si no dijera que mi momento preferido de la serie fue la introducción de Robin Sparkles y su Let’s go to the Mall, con ese videoclip ochentero que hizo furor en los jovenes canadienses de 1993. La canción es pegadiza, Robin sale divertidísima, con él nace el «running gag» de Robin Sparkles y además pertenece a uno de los mejores episodios de la serie: Slap Bet. En cuanto a mi frase, ¿hay alguien que pueda olvidar a Patrice?

 

 

 

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Gema

Creo que uno de los más conmovedores aparece en el capítulo 20 de la octava temporada, cuando Ted se da cuenta de que en realidad está solo en el bar y dice que si hubiera podido hacer algo habría ido a casa de su futura mujer (y se ven las imágenes de cómo va) a decirle que quedan 40 y pico días para que se conozcan, que va a ser el amor de su vida… Mi frase de Barney no necesita presentación.

 

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Hay muchos momentos que se me quedarán grabados toda la vida e incluso coletillas que ya son prácticamente mías. Pero si hay una escena memorable en toda la serie (y que sigo recordando en Youtube de vez en cuando) es en la que Robin llega a casa tras enterarse de que no puede tener hijos y Ted, sin saber realmente por qué está tan deprimida, cancela su viaje navideño para organizarle un espectáculo de luz y sonido con ‘Highway to hell’ de fondo. Sobre la frase, es una que han repetido bastante los personajes en algunos momentos que les sorprendían o desagradaban.

 

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Rocío

Los que no os acordéis de Zitch Dog no tenéis la suerte de tener amigos que se presten a hacer cosas tan tontas como imitar gilipolleces de series de televisión. He podido vivir la experiencia de escuchar durante todo un viaje «500 Miles» mientras cantaba a grito pelado y chillaba ZITCH DOG como una loca cada vez que veía un perro. Para mí, el mejor momento de la serie siempre será cualquiera que incluya a Robin Sparkles. Por un lado, porque es todo lo que debe y aspira a ser HIMYM: un gag recurrente, una chorrada, risas aseguradas, algún que otro momento trascendental, pero no del todo importante si no es para formar parte de un gag recurrente, un recuerdo de otro gag…

Adiós, Cómo conocí a vuestra madre

Ya lo he visto. Sé cómo acaba Cómo conocí a vuestra madre. Y no, no voy a hacer spoilers.

Podría haber sido mejor o peor. Las tramas escogidas para el final podrían haber sido otras. También nos podemos conformar con éstas, ya que son las últimas que existirán de la serie. Ocurre lo mismo con las percepciones: ni me ha gustado, ni me disgustado. Simplemente es un final.como-conoci-a-vuestra-madre-final

No suelo darle vueltas a cómo acaba algo que lleva años en pantalla, dado que las expectativas tienden a crear ilusiones que no tienen por qué encajar con la realidad. Salvo que sea muy apoteósico y chocante. El final de Cómo conocí a vuestra madre no es una maravilla, pero tampoco es un desastre. Es un adiós basado en la nostalgia, en el ejercicio de querer despertar todos esos momentos que durante nueve años se han encargado de depositar en nuestra memoria.

Los últimos 42 minutos de vida de la serie han consistido, además de en evocar nuestros recuerdos, en cerrar algunas tramas que estaban abiertas o que simplemente se intuían por las pistas que nos habían dado previamente. Se podría pensar que esas situaciones que atraviesan los personajes eran innecesarias. Más que nada porque algunas eran auténticos dramas, de esos que tienen un poder especial de afectar al espectador, y que parecen incluso peores por tratarse del capítulo final.

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Pero no todo ha sido lloriqueo y emoción. Los buenos momentos, e incluso la risa vinculada de forma sempiterna a Barney Stinson, no han faltado al adiós. También se ha puesto broche a esas circunstancias más amables, algunas previsibles por el optimismo que compartimos con el personaje que nos cae bien. Quizá esto haya sido lo mejor.

Los tres últimos minutos eran los que estábamos esperando desde que comenzó su andadura en el año 2005. ¿Ha merecido la pena esperar nueve temporadas hasta llegar a un final que cualquiera podía imaginar? Creo que sí. Porque los buenos momentos han compensando a los de aburrimiento: los disfraces de los personajes, sus dobles, los gags, sobre todo de Barney con The PlaybookThe BroCode, las múltiples novias de Ted, la historia de amor de Marshall y Lily, la inseguridad de Robin… Hay resúmenes mejores, claro está. Todo eso no lo vamos a olvidar, y muchas frases de la serie forman parte de nuestras expresiones diarias. Al menos para aquellos que la hemos visto.

A eso hay que sumar el capítulo favorito de cada uno. Yo me quedo con aquel en el que todos empezaron a fumar. No recuerdo haberme reído tanto en mi vida con la serie.himym_6956_645x

Pero sobre todo, la lección que enseña: la amistad por encima de todo y de todos. Si al menos ha servido para que los incrédulos sepan que sin amigos no van a llegar a ninguna parte, la serie ya habrá hecho mucho más que otras que sean más buenas.

Cómo conocí a vuestra madre ha acabado como empezó. Y aquí me paro. Mañana, la despedida de sus seguidores.

A una semana del final de Cómo conocí a vuestra madre, ¿cómo la despedimos?

El 31 de marzo acaba Cómo conocí a vuestra madre. Del todo, sí. Un final definitivo tras nueve años con más temporadas aburridas que entretenidas, aunque los bostezos de años atrás los están compensando con esta divertidísima última temporada llena de capítulos maravillosos. 

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A pesar de esas temporadas anteriores en las que nos ha costado reírnos, es imposible quedarse con lo malo. Cómo conocí a vuestra madre nos ha regalado capítulos y situaciones gloriosas, y algunas de sus ocurrencias, especialmente las de Barney Stinson, llegaron para quedarse y formar parte del acervo de todos los que la hemos visto.

Por tanto, os invito a participar en un pequeño juego. Sólo tenéis que responder a una sencilla pregunta, ya sea por Twitter, email, o en los comentarios¿Por qué veías Cómo conocí a vuestra madrePodéis contestar de la manera que os plazca. A los que seáis más atrevidos, os emplazo a que enviéis una foto para hacerlo. Ya sea sosteniendo una cartulina con un mensaje, o disfrazados con algo referente a la serie. También podéis hacerlo acompañados, con uno o varios amigos que la viesen, para así contar que ha significado para vosotros como grupo.

 

Como6En vuestros mensajes podéis recordar esos grandes momentos de la serie. Quizá los mejores sean The PlaybookThe BroCode. También tenemos la apuesta de las bofetadas, el legandary, el hombre desnudo, o el simbolismo que adquirió la trompa azul del primer y segundo episodio (conozco chicos que han regalado una a sus parejas).

Por todo ello, por esos vestigios que nos deja How i met your mother, creo que se merece una despedida en condiciones. En la que recordemos sus mejores situaciones, así como lo que significó para cada uno de nosotros. Que haya durado nueve años, y muchos hayamos pasado varias etapas de nuestra vida junto a ella influye mucho en que la vayamos a recordar como algo importante. Pero si nos ha marcado es porque es buena. Eso no hay que dudarlo.

La madrugada del lunes al martes de la semana que viene acabará del todo. Y el miércoles la homenajearemos aquí. Así que, participad, por favor. Hay que despedir a Ted, Marshall, Robin, Lily y Barney de la mejor manera.

El síndrome de Estocolmo en Cómo conocí a vuestra madre

Cuando Cómo conocí a vuestra madre se hizo conocida en España el fenómeno de ver las series en Internet estaba en plena génesis. Tuve conocimiento de su existencia en 2006, cuando la estrenó laSexta, y llegué a pensar que iba a ser un boom. La fórmula parecía condenada al éxito: un tipo que cuenta una historia de su vida a través de las experiencias con sus amigos. Para ello se ayuda de una chica preciosa de ojos azules, a la que se suman un mujeriego, la amiga de Buffy, cazavampiros, y el novio inseguro de esta última. Vi los dos primeros capítulos y me encantaron.Como2

Una de las razones para este agrado era que renegaba del sobrenombre de sucesora de Friends, ya que tenía su propio estilo aun con las similitudes entre ambas (el bar, la convivencia en sus pisos, etc.). Pero al final acabó pareciéndose a la mítica comedia de David Crane y Marta Kauffman: fue alargada hasta la extenuación. El problema es que la predecesora envejeció bien, mientras que a la que estaba llamada a sustituirla le empezaron a sobrar capítulos desde su cuarta o quinta temporada. Y todos, o una inmensa mayoría, seguimos viéndola. ¿Por qué?

Como6Cómo conocí a vuestra madre regresó el lunes con capítulo doble. Y volví a reírme. Algo destacable, ya que puede que haya soltado solo tres o cuatro carcajadas con sus últimos tres años (¿os acordáis del episodio en el que vuelven a fumar en masa y Lily (Alyson Hannigan) tiene esa voz de camionero?). La sonrisa se me ha escapado más. A veces es inevitable, especialmente con sus referencias literarias, televisivas, científicas o a la socialité. También resulta indignante, como cuando pusieron mariachis en pantalla para hablar de España. Un gesto ignorante de sus guionistas, pero nada que sorprenda ya en las series americanas. Aun con todo esto, la pregunta sigue sin respuesta.

Esta sit-com es como el helado a una dieta: «uno no hace daño». Ese pensamiento lleva a autoconvencerse de que realmente es así. Y entonces acabas zampándote uno al día. O uno detrás de otro. Aunque en el fondo sabes que no es bueno para ti. Pero lo haces contento en el momento, para después arrepentirte. La identidad de la madre de los hijos de Ted Mosby (Josh Radnor) y la relación de Robin (Cobie Smulders) y Barney (Neil Patrick Harris) mantenían viva la llama.

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Además, verla se ha convertido en una costumbre. Es la rutina del martes para los que vivimos en España; aunque también habrá gente que sea muy fan y la vea de madrugada en streaming o al rato de que se haya emitido. Y todo el mundo sigue hablando de ella. Aunque no la vean, sigue siendo tema de discusión para innumerables grupos de amigos. En mi caso, como ya avisé que creo que es mi obligación ver y estar al tanto de todo, no puedo permitirme perder el hilo de la serie. Al menos esas son mis razones.

Esa buena sensación que generaba al principio es culpa de laSexta, que la vendió muy bien y propició su desembarco entre el público de aquí. Luego ya descubrimos el torrent y fue otra historia. El boca-oreja y SeriesYonkis hicieron el resto, y no fueron pocos los que se engancharon. La madre no era importante entonces, ya que los guiones estaban llenos de agilidad y sarcasmo. Y el valor de la amistad como anteposición a todo lo demás atraía especialmente.

En la memoria de todos quedarán maravillas como The Playbook, con un Neil Patrick Harris inmenso, así como otros momentos que protagonizó él mismo (tales como sus apuestas, su afición a las pistolas láser o la disputa con Marshall (Jason Segel) de los bofetones). El final de su primera temporada, con el propio Eriksen sentado en unos escalones bajo la lluvia con el contraste de un Ted excelso, también llegó a nuestra retina para quedarse.

Pero todo empezó a irse al garete. Con los años, saber quién era esa chica del paraguas amarillo pasó a ser taxativo para aguantar cada semana con sus pobres argumentos. Pero ni con las pistas sucesivas lograban convencernos. Y ahí seguíamos, como borregos dignos de 1984 por esa cualidad humana inherente que consiste en dar oportunidades a todos y tropezar dos o 40 veces con la misma piedra. Un síndrome de Estocolmo seriéfilo que es el mayor mérito de Cómo conocí a vuestra madre.

Como1A la vez, desde el principio se veía que Barney Stinson y Robin Scherbatsky iban a ser esenciales para el futuro de la misma: él aportaba el carisma de un mujeriego condenadamente divertido y ella la ingenuidad de una belleza ruda salida del Canadá profundo. Y ahora sigue siendo así; los dos son los únicos que la sostienen junto a Lily Aldrin, que al principio parecía que iba a quedar como la tonta sosita del grupo con el fin de no desmerecer a su novio lerdo y atolondrado. Por suerte, su rol cambió inesperadamente y sus locuras se convirtieron en imprescindibles para poder soportar los 20 minutos de episodio; esto le permitió a Hannigan sumar un tercer personaje mítico, tras Willow en Buffy y Michelle en American Pie.

En cuanto a Marshall Eriksen, que desprende seguridad impostada en cada escena para luego mostrar su personalidad naif y cómica, todas las referencias sobre él se reducen en que casi se carga la serie. Segel estuvo a punto de no renovar para la novena temporada alegando cansancio, como es normal tras ocho años haciendo un personaje que tanto recuerda a su Nick de Freak & Geeks.Como3

Lo más llamativo es que el que menos impacto tiene en la serie sea el que supuestamente es el auténtico protagonista; todo en favor sus presuntos secundarios. Ted Mosby quedó para no aportar nada salvo la incógnita sobre otro personaje. Es como el arma del crimen a la que le falta su asesino. Es importante irremediablemente, pero podríamos meterlo en un cajón hasta que se descubriese el auténtico porqué de su existencia. Un personaje tan veleta al que acabas por no tragar, ya que te pierdes sobre si ahora quiere a una, luego a otra, a dos a la vez, a todas sin excepción… Pero, tras los dos primeros episodios de esta novena entrega, parece que va a recuperar esa presencia necesaria en todos los starring. Y no por sus propios méritos, ya que todo será gracias a la que será su mujer cuando la serie se despida en mayo.

¿Puede marcharse Cómo conocí a vuestra madre a lo grande? Es decir, recordando a la de sus primeras temporadas; cuando era una amalgama de humor y amor dramático, con chistes ingeniosos a cada minuto y momentos irrepetibles. Parece que sí. Estos dos capítulos así lo indican. Y así lo espero. Porque un producto televisivo que ha formado parte de tantas vidas nos debe un adiós que se corresponda a nuestra paciencia y expectativas. Y luego cambiaremos la rutina.

Un post dedicado a la niñata del periodismo contemporáneo, Irene Castro.