Solo un capítulo más Solo un capítulo más

Siempre busco la manera de acabar una serie cuanto antes... para ponerme a ver otra.

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Nueva temporada

Septiembre es el inicio de todo. Estudios, el trabajo normal del día a día, y por supuesto, la génesis de la temporada 2013/2014 de series de televisión. Un ejercicio seriéfilo en el que no volveremos a ver jamás a Dexter Morgan (Dexter, muy pronto) y a Walter White (Breaking Bad, el 29 de septiembre). Es decir, este verano está marcado por despedidas muy destacadas, como son las de dos de las mejores series de estos últimos años. Aunque una haya envejecido mejor que la otra, que ha pasado la etapa del deceso hasta llegar a ser un zombi. También se ha marchado Luther. Para siempre (aunque se habla de posible película). Aquí tendrá la despedida que se merece, a pesar de que la marcha de Idris Elba para dedicarse de lleno al cine fuese inexorable.

Luther2Antes de pasar a lo que vendrá a partir de este mes me gustaría hacer un recorrido por lo que hemos podido ver durante julio y agosto, además de por lo que yo he mismo he rescatado para ponerme al día. Está claro que la estrella ha sido Orange is the New Black, por su frescura en forma de gran guión y su humor negro. Todo el que la ha visto está deseando que llegue la próxima temporada y se ha alegrado las vacaciones gracias a estas reclusas histriónicas e hilarantes.

El otro soplo de aire fresco, dentro de lo escaso que nos han ofrecido las cadenas, ha sido Ray Donovan. El ‘nuevo chico malo’ de Showtime no ha alcanzado unas cotas de calidad espectaculares, pero es fácil augurarle un futuro de éxitos y capítulos inolvidables. Seguirá solucionando todo lo que le encarguen durante algunos años más. Seguro.

Y de lo que ya conocíamos, al menos para mí, lo único que ha pasado del aprobado es la sexta temporada de True Blood. Quizá algunos penséis que estoy loco, pero me lo he pasado como un niño gracias a los vampiros de Bon Temps. Y quiero ver el primero de la séptima YA. Los que hayáis visto la finale de esta entrega sabréis a qué me refiero.

Verano de capítulos

Como decía antes, he aprovechado este tiempo para ponerme al día con unas cuantas ficciones que tenía pendientes. Todas tendrán su reseña en las próximas fechas. Una de estas ha sido Arrow, emitida por Antena 3 este verano. El justiciero ricachón y su particular concepto de la justicia forman un cóctel de entretenimiento muy recomendable. 65646_568776363143230_552143621_n

También he caído en las manos de seda de Gillian Anderson en The Fall. ¿O acaso existe un ser más maravilloso en la Tierra que la actriz británica? Yo creo que no. Y eso a pesar de que está en un rol que ya conocemos: el de detective, como en Expediente X. Aquí Anderson debe perseguir a un asesino al que todos conocemos desde el capítulo uno, así como a su familia y a sus víctimas. Todo en un ambiente tétrico y pausado, además de interesante.

Siguiendo con lo británico, lo más original y estrambótico que he disfrutado ha sido Utopia. El cómic con secretos que harían temblar al mundo y los frikis que acaban siendo sus guardianes por error frente a una organización de asesinos van camino de convertirse en serie de culto. Otra imprescindible sin duda alguna.

BansheePero lo mejor que he podido hacer ha sido recuperar Banshee. En resumen: un ladrón que sale de la cárcel y que está sentenciado a muerte por un gangster al que robó que por una serie de catastróficas desdichas acaba siendo sheriff de un pequeño pueblo estadounidense. Todo aderezado con acción, violencia y sexo a raudales.

Aunque esta última es la cara del tiempo que he empleado en ver capítulos, también hay una cruz: el adiós de Skins. Los seis capítulos con los que ha finalizado la mejor serie de adolescentes de la historia no han estado a la altura de su pasado. Una auténtica pena, dado el potencial de Bryan Elsley y Jamie Brittain. Pero de donde no se puede sacar…

Las nuevas seriesAgents

Dejando el pasado de lado, la pregunta con respecto al futuro es clara: ¿Qué vamos a ver próximamente? Jamás recomendaré series que no haya visto previamente, por lo que solo puedo ceñirme a relataros algunas de las ficciones que mejor campaña publicitaria, oficial o no, están teniendo. Así, podríamos hablar de Masters of Sex, Agents of Shield (spin-off de Los Vengadores), Dracula (con Jonathan Rhys Meyers), Believe (Alfonso Cuarón y JJ Abrams), Sleepy Hollow (adaptación futurista de la peli que ya lo fue de un libro), The Michael J. Fox Show, Penny Dreadful (Juan Antonio Bayona mediante), The Black List, The Tomorrow People (el nuevo Arrow)… Y aún faltan las británicas además de muchas otras estadounidenses. Y ya lo digo: esta selección que he hecho no tiene intención alguna. Solo son los nombres de los que más se habla.

BehindTampoco hay que olvidar a las series españolas. A las que parecen interesantes de antemano, como Galerías Velvet, se suman otras que dan escalofríos solo de verlas anunciadas. Sí, me refiero a Vivo cantando. Pero habrá que verla para poder opinar, aun con suspicacias.

No hay que olvidar que el comienzo de temporada es sinónimo de Emmy. Y los de este año van a estar muy interesantes. Hasta que llegue el 15 de septiembre y la gala correspondiente, os presentaré a los candidatos de cada una de las categorías más destacadas. Por supuesto, podéis decir quiénes son vuestros favoritos, tanto en los comentarios como en las encuestas / listas que pondré a vuestra disposición próximamente. ¿Confirmará Homeland su hegemonía? ¿Habrá premio de despedida para Bryan Cranston? ¿Podrá alguien con Claire Danes? ¿Behind the Candeblabra tiene rival en las miniseries? ¿Y Modern Family en las comedias? Todo eso lo sabremos en pocos días. Aún así, hagamos nuestras cábalas.

Como siempre, estoy a vuestra disposición en el email. Bienvenidos de nuevo.

Madurando en Skins

Cuando Bryan Elsley y su hijo Jamie Brittain decidieron escribir una serie sobre las vicisitudes de la juventud británica tenían claro que ésta debía ser completamente fiel a la realidad. Empezando por la edad de los actores, que debían tener los mismos años que los personajes que iban a interpretar. Y siguiendo por contar en las tramas cómo viven y qué hacen para divertirse los chavales en sus dos últimos años de instituto.

Y así lo hicieron: encontraron varias joyas de 16 años que transmitieron a la perfección la que sería su vida sin las órdenes de un guión (aunque no sé si se drogaban tanto en su vida diaria) y apostaron por unas tramas que, aun siendo algo exageradas, pasaban por un retrato aproximado de la vida de un núcleo importante de chicos y chicas con estas características. Solo con eso, lograron que Skins triunfase.

Antes de hablar de lo nuevo, confesaré que ha sido una de las que más me ha puesto los pelos de punta. A mí, y supongo que a muchos, Skins me ha jodido la vida en el sentido de que sufría con la mayoría de sus tramas. Porque estos niños actores empleaban a la perfección todos sus recursos, y con ellos tocaban la fibra del espectador por medio de tribulaciones, desengaños o muertes. De no ser buenos, no habrían acabado en otras series con papeles protagonistas (Joseph Dempsie en Juego de Tronos) o dando el salto al cine (caso de Nicholas Hoult).

Ahora, tras algo más de un año y una supuesta película a la que podríamos calificar como ‘schrodingeriana’, ya que sabemos que se rueda y a la vez no, ha vuelto Skins. Y lo ha hecho para despedirse definitivamente. Los síntomas de desgaste que ya mostró en la sexta temporada, la peor de todas sin duda, evidenciaron que necesitaba un final en el que se recuperase la auténtica esencia de la serie. Y Brittain y Elsley supieron ver que su creación ya no tenía solución posible. Ni con un desfibrilador al máximo de potencia.

Los encargados del adiós van a ser tres de sus protagonistas inolvidables: Effy (Kaya Scodelario), Cook (Jack O’Connell) y Cassie (Hannah Murray), los dos primeros de la segunda generación y la última de la primera (aunque Effy apareció en ambas). Todos ellos, auténticos monstruos de la interpretación que apenas superan la veintena, recuperan sus roles de femme fatale maquiavélica, leal, borracho y violento, e insegura y enferma, respectivamente. Pero de una manera muy distinta: han crecido. Han madurado. Y el fondo de su persona lo conservan, pero lo que ven los demás no. Skins

En el primer capítulo de esta séptima entrega queda muy clara la intención con la que regresa Skins. Effy ya ha dejado atrás su época de desfase del instituto y ahora trabaja en un hedge fund. Un entorno que no se podría ajustar mejor a lo que es ella, dado que vivir al límite y disfrutar con ello es lo que más le gusta. Antes lo hacía metiéndose en problemas y abusando del alcohol y las drogas. Ahora goza con cuentas de capital de riesgo en las que puedes ganar una millonada o perderlo todo en un solo minuto. Pero de fiesta sigue yéndose todas las madrugadas, que esta chica tiene un aguante que ya quisiera Miguel Ángel Rodríguez. Y por supuesto, también continúa seduciendo hombres que no le convienen. Aunque parece que ya escarmentó con respecto a los niños del instituto.

Este inicio del adiós definitivo de la serie de E4 también cuenta con Naomi (Lily Loveless), la hipocondríaca lesbiana que, sin saber qué hacer con su vida tras pasarse los días fumando y bebiendo, opta por explotar talentos que no tiene. Y en el próximo capítulo aparecerá Emily (Kathryn Prescott), una de las gemelas de la segunda generación y que no sabemos muy bien qué estará haciendo. 

Nos queda por ver qué ha sido en estos años de Cassie, y sobre todo de Cook, al que la última vez que vimos fue abalanzándose contra alguien gritando su famoso «I’m Cook!«. Porque este chico que solo se preocupa del sexo, el alcohol y las peleas fue uno de los notables descubrimientos televisivos por todo lo que expresaba con una simple mueca. Era el típico personaje al que se odia y se quiere por igual, ya que por un lado te revienta que sea un gilipollas integral, y por el otro te enternece con su inseguridad y la lealtad que profesa a sus amigos (aunque antes les putee).

EffyDe Cassie (sí, es la amiga de Samwell en Juego de Tronosespero que nos la presenten con otro aire, ya que si bien fue uno de los personajes que más impactó en las dos primeras temporadas, también era uno de los más desaprovechados. Y eso que en la mayoría de ocasiones que se lo permitían daba juego. Lo único que está claro es que los tres no pueden ser esos estudiantes que vimos tiempo atrás. La madurez llega de una manera o de otra. Y Elsley y Brittain ya han demostrado que saben perfectamente cómo adaptar un guión a la edad y la rutina de sus protagonistas.

Skins es divertida. Y también un dramón muy serio. Pero no todas las ficciones logran que estés llorando y maldiciendo todo lo que se te ocurra después de acabar un capítulo. Eso es lo que me pasó a mí, especialmente en la cuarta temporada. Y no sabéis cómo me alegro de que regresen para enmendar los desmanes de los últimos capítulos del año pasado. Aunque hayan tardado.

Por cierto, no dejéis de escuchar su banda sonora. Es insuperable.

Bonus: ya hay actor para interpretar a Oberyn Martell, la víbora roja de Dorne, en Juego de Tronos. Se llama Pedro Pascal. ¿Qué os parece?