Solo un capítulo más Solo un capítulo más

Siempre busco la manera de acabar una serie cuanto antes... para ponerme a ver otra.

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La desilusión con The Blacklist

De entre todos los estrenos para esta nueva temporada televisiva/seriéfila, la que más ilusión me hacía era The Blacklist. A saber: el mítico James Spader en su regreso como protagonista, una actriz talentosa como Megan Boone, un argumento que recordaba mucho a la premisa principal de El silencio de los corderos, y una estética acertada y coherente. La esperé con muchas ganas, de verdad. Hasta que la vi. Y se me quitaron todas.Blacklist4

En The Blacklist, Spader es Raymond Reddington, un tipo que trabajaba para el Gobierno de EE UU y que años atrás decidió desaparecer para así vender a todo tipo de delincuentes o a otros países los secretos de Estado a los que tenía acceso. Aunque esa elección le condenase a ser uno de los más buscados por el FBI y tuviese que estar desterrado para que no le pillasen, lo que le habría costado acabar encerrado para el resto de su vida y parte de la otra. Dos décadas después decide entregarse a las autoridades para ayudarles a detener a un sinfín de criminales cuyos nombres están recogidos en una lista, ‘The Blacklist’. Todo esto sin motivo aparente. Y entre todas las peticiones que realizará estará que solo hablará con una persona: la experta en perfiles del FBI Elizabeth Keen. Y hasta ahí todo.

Blacklist3¿Atractivo, no? Al menos la idea en sí lo es, ya que plantea muchas incógnitas atractivas: por qué Reddington decide ayudar al FBI ahora, su elección de Keen, quién hay en esa ‘lista negra’… Pero del papel a la práctica hay mucho más que tinta, y aquí no se consigue el objetivo. The Blacklist es más de lo mismo. Recuerda a todos los dramas de acción que solemos ver en las cadenas estadounidenses en abierto. Tiene reminiscencias de Person of Interest, pero sin ser tan entretenida como ésta. Y es que llega a ser aburrida, previsible y sin acicates que inviten a la visualización.

Con The Blacklist nos han vuelto a vender la moto de la «mejor novedad de la temporada», tal y como pasó con The Following (otro bluff que a pesar de todo me tragué). Tener una buena historia y unos grandes actores no sirve de nada si luego no aciertas con los guiones y al ejecutar cómo deben ser las escenas. Porque decidme que si en lugar de lo anterior, os cuento que es una serie “donde un criminal se entrega para ayudar a la policía” estaríais igual; más que nada porque ya hemos visto miles así. Ni aun con todos los secretos que deja por descifrar en cada capítulo atrapa.Blacklist2

James Spader, como no, está muy correcto. Pero creo que este papel no le pega para nada. No puede lucirse como hizo en The Practice y Boston Legal. A lo mejor está pagando el «robo a la mafia» de hace unos años, cuando se llevó el Emmy en la cara de James Gandolfini cuando éste estaba nominado por la última temporada de Los Soprano —recordad que es el único actor que ha ganado este premio por interpretar al mismo personaje en dos ficciones distintas—. Él es la razón que llevaba a dar una oportunidad a The Blacklist. Pero es que ayer me dormí a mitad de un capítulo, y eso dice mucho.

Blacklist1Tendré que decidir si la sigo viendo, que dado mi masoquismo puede que sea así. Aunque las respuestas están claras. ¿Es una buena serie? No por el momento. ¿Puede llegar a serlo? Muy difícil que se transforme de tal manera. ¿Es la típica que recomendaría a un amigo? Desde luego que no. Todas mis expectativas sobre ella se han esfumado. Eso me pasa por ilusionarme.