Solo un capítulo más Solo un capítulo más

Siempre busco la manera de acabar una serie cuanto antes... para ponerme a ver otra.

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Bostezos y personajes atractivos en el regreso de The Following

 Si aún estás viendo la primera temporada, no sigas leyendo: SPOILERS

La obcecación que nos lleva a situar la fecha de estreno de las grandes series en septiembre y marzo provoca que se pasen por alto buenas ficciones lanzadas a principios de un nuevo año. Se las solía despreciar, e incluso no eran tenidas en cuenta al considerarlas como «los restos» y el «algo hay que estrenar» de cada temporada. Obviamente, este axioma es falso. Es un sofisma, de hecho.The2

Que el nivel pueda ser más bajo con respecto a las más destacadas no significa que sean menos entretenidas, divertidas o impactantes. Hacía falta un gran estreno que apuntase a maravilla para cambiar la tendencia. Esa era The Following, y todos nos emocionamos ante su llegada. El hype fue colosal. Igual que la decepción, cuando nos dimos cuenta de que era una más; y que a lo mejor se estaba cumpliendo lo anterior, ya que se estrenó en enero.

TheLa primera temporada de The Following destaca por provocar bostezos y ser previsible en cada minuto. El argumento y el reparto eran muy atractivos, lo que nos llevó a ilusionarnos con ella. El problema estaba en la ejecución: no era interesante. Todo el pescado estaba vendido antes de que nos pudiesen sorprender con algún giro. Y aún así era entretenida. Sorprendentemente, era difícil dejar de verla. Por inercia o simplemente por placer culpable, yo no la dejé, y no conozco a nadie que lo hiciera (supongo que entre los que sigáis el blog alguno lo haría). Y ahora, siendo regular tirando a mala, su regreso ha sido mejor que la despedida. Ha subido el nivel. O eso parece.

La historia de un asesino en serie que monta una secta en base a sus acciones anteriores, formada por jóvenes que de repente descubren que su propósito en la vida es ser asesinos y que lo harán para seguir el ejemplo de su mentor, ha vuelto con una segunda temporada que mantiene esta premisa pero en la que el fondo cambia un poco. Tras lo ocurrido al final de la primera entrega, con la ‘separación’ entre el bueno (Kevin Bacon) y el malo (James Purefoy), y el evidente desgaste de este último, hacía falta un nuevo foco.The1

Para ello se ha escogido a una pareja de gemelos sádicos y terroríficos interpretados por Sam Underwood, que ya se ha especializado en hacer de psicópata (antes lo fue en las últimas temporadas de Dexter Homeland). El doble papel de Underwood es el mayor aliciente para ver The Following durante los próximos meses. Porque si le mantienen así, inalcanzable para Ryan Hardy a  la vez que aumenta su nivel de crueldad, tendremos a un villan por el que valdrá la pena seguir con la serie. Y por partida doble.

The4Y es que Joe Carroll no da más de sí. Ya no llama, ni interesa. Por eso se ha acertado al hacer una apuesta por sus cachorros despiadados, que pueden matar tanto y tan brutalmente como él. Sus tramas no tienen ningún atractivo, más que el de su cara; aunque ahora con esa barba no esté ni guapo.

La duda es hacia dónde va a ir The Following ahora. Ryan Hardy siempre tendrá algo que perder, claro está, y que se mueran todos los que están a su alrededor es algo que continuará sucediendo. Pero ya no existen tantas opciones ‘naturales’, por así decirlo, tales como el hijo y la exmujer de Carroll. Y los prosélitos de la primera entrega del psicópata que se inspira en Edgar Allan Poe para cometer sus crímenes tampoco llaman la atención. Solo queremos a los nuevos, porque molan más. No hay otra razón.The3

El simbolismo que rodea a los asesinatos que relata The Following ha aumentado, y se ha superado que todo ocurra en base a las historias de Poe. Los malos apuntan a ser aún más malos. Kevin Bacon sigue haciendo una mierda de papel, igual que James Purefoy. Y la mayoría de momentos en plan conversación moralista siguen siendo una pesadilla.

¿Es buena o mala The Following? Diría que es la mejor de las peores. Es como el que queda penúltimo en una carrera. Según avance, igual adelanta puestos. O no.

Las peores series de 2013

No quería perder el tiempo en hacer una recopilación de lo que me ha aburrido o asqueado en este año más que aceptable de la ficción. Pero me veo en la obligación de advertiros sobre aquello con lo que no deberíais perder el tiempo. 

Esta lista la componen esas series a las que no sabes si darles o no una segunda oportunidad por absurdas que parecen. Aquellas que se hacen cuesta arriba aunque su duración sea exigua. Las mismas con las que piensas «bueno, será que el primer capítulo es el raro». Y no: si algo parece malo de primeras, puede ser mucho peor.Homeland4

Quizá a varios (o muchos) de vosotros os gusten algunas de las que componen mi lista de las peores de 2013. Pasará como con las mejores de todo el año y las noveles que a mi juicio más destacaron. Cuestión de gustos, como siempre. Por eso invité a varios expertos a que contasen sus preferencias, para que tuvieseis otra visión. Insisto en que esta lista es solamente mía. Y no, no me olvido de otras que al parecer han tenido despedidas desastrosas, como Dexter Skinssimplemente no las he visto aún.

Se puede disentir, por supuesto. Pero es que no puedo con ninguna de las que se mencionan a continuación.

The Following Following

Un psicópata que monta desde la cárcel una secta sobre su legado asesino, a la que arrastra a decenas de seguidores enfervorizados con sus métodos. Para detenerle, llaman al policía que le metió entre rejas. La idea era muy buena, a la vez que original. La realidad es que es una chapuza de serie, aunque se deja ver. Todas las críticas negativas sobre The Following se basan en que nos la vendieron como la serie que iba a marcar el año, lo que se tradujo en unas expectativas infladas sobre ella. Resultó que no era más que otra serie de policías, con el elenco de sospechosos habituales para este tipo de temática, y sin frescura alguna. Cualquier consecuencia a una trama se prevé cinco minutos antes. Y Kevin Bacon está mal. La segunda temporada llega en poco tiempo. Miedo me da.

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Sé que ha gustado, aunque no de forma mayoritaria. A mí no me provocó nada más que bostezos. Y eso que la idea era abrir la boca para reír, no para dejar claro el aburrimiento. No cuestiono que Stephen Merchant sea o no gracioso, ya que por lo que le conozco en otros ámbitos tengo claro que no es mal cómico. Pero aquí se ha metido demasiado en el papel. Tanto que su perdedor solterón que intenta ir de mujeriego se queda en el primer adjetivo por méritos propios. Merchant no hace gracia, sino que da pena. Como la serie.

Homeland (tercera temporada)

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Matar la idea original y dejar a Brody de lado han matado Homeland. Todo lo que tenía que decir sobre ella está en este post sobre su tercera remesa de capítulos. Menudo síntoma pasar de la lista de las mejores a estar entre las peores (no soy el único que la considera acabada tras la nefasta entrega de este año). La cuarta temporada del próximo año da pereza máxima.

The Crazy Ones

Para un admirador de Robin Williams como el que suscribe esta supuesta comedia ha sido un auténtico varapalo. No le encuentro ese ‘aquel’ a los chistes que los guionistas disponen para el actor estadounidense y sus compañeros, entre ellos Sarah Michelle Gellar. Las vicisitudes de una agencia de publicidad en forma de humor me han decepcionado. Ni Buffy levantaría esto.

Vive CantandoVive1

Seguramente sea la favorita de los publicistas de Campofrío. Está entre las tres peores series que he visto en mi vida. Nada creíble, repleta de topicazos sobre la gente humilde y los barrios obreros, a los que pintan como chabacanos, además de poco cuidada en los decorados. Tal y como ocurre en otro producto patético como Aída, Vive Cantando es pura Marca España: los pobres son pobres porque les ha tocado ser así, y todos acaban cayendo en la espiral de decadencia por las malas decisiones que genera el entorno. De apelar a la justicia social nada de nada, no vaya a ser que se metan en líos, ¿no? Es otra más que insiste en que no hay que avergonzarse de vivir en un país de mierda, que aboga por el «nos ha tocado esto, qué le vamos a hacer», y que insiste en el manido y penoso argumento que rige la producción española: familia, drama con ínfulas de comedia, tragedia, llorera, luego carcajada, y así todo el rato. El reparto es peor aún, claro.

Mario Conde: los días de gloria

Foto: telecinco.es

Foto: telecinco.es

Siento aversión hacia ella. Solo de tener que volver a mencionarla se me revuelve el estómago. Es la mayor vergüenza televisiva que se ha emitido nunca en España. Ya no solo por lo que trata de contar, sino porque no hay ni una pizca de calidad. Hay gazapos, malas interpretaciones, su ritmo es tedioso, y encima no tiene lógica a la hora de presentar los hechos. Lo que más chirría es que la adaptación se hizo en base al libro que escribió un ladrón que fue condenado, y dos veces, por robar dinero del banco que presidía. Si Telecinco pretendía hacer un lavado de imagen y humanizar a un personaje como Mario Conde solo contando su versión de lo ocurrido, enhorabuena: consiguieron todo lo contrario. Lo peor fueron los programas previos y posteriores a la emisión de los dos capítulos, que son auténtica basura de por sí. Todo un ejercicio de peloteo mediático.

Hostages Hos2

La ‘nueva Homeland’, decían. Un auténtico despropósito, resultó. Que la idea de una familia secuestrada en su propia casa por un grupo que pretende obligarles a realizar determinadas acciones para no hacerles daño o matarles está bien. Eso no lo discute nadie. Lo malo es la ejecución de ésta, por medio de los guiones que han de asumir los actores. Y ninguno de los dos factores se ha alineado con el otro ni con el plan previsto. Hostages es lenta, aburrida y predecible. Tampoco aporta nada novedoso. Y Dylan McDermott como malo solo lo clava en American Horror Story; aquí está horroroso y no acojona. Si queréis echaros una siesta, probad con su piloto. Ni la dormidina.