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Copyfarleft, más allá del copyleft

copyfarleft

¿Son las licencias libres una alternativa viable al tan criticado copyright? ¿El denominado copyleft – permitir la copia y las obras derivadas de un trabajo- es beneficioso por los autores? Tras la publicación de mi texto Diez años de Creative Commons, en el que defendía la utilidad de dichas licencias, surgieron algunas voces críticas. Desde el Twitter oficial de la plataforma Cultura Libre atacaron de lleno a las licencias Creative Commons basándose en un caso concreto: una fotografía del quincenal Diagonal que el El País utilizó (aquí detalles). David García Aristegui, miembro de la plataforma Cultura Libre argumentaba en un texto en La Marea que la licencia usada por Diagonal (CC by-SA: Creative Commons atribución-compartir igual) «está suponiendo en la práctica el facilitar la apropiación del trabajo ajeno sin remunerar, y sin distinguir entre El País, un partido neonazi o un blogger fan de tu trabajo».

Copyleft, ¿liberación o explotación? Vayamos por partes. La licencia usada por Diagonal, la más abierta de Creative Commons, permite «copiar, distribuir y comunicar nuestros contenidos públicamente; citarlos parcialmente y remezclarlo; Hacer un uso comercial». El País, ciertamente, es libre de pagar a un fotógrafo que ya ha sido remunerado por Diagonal. Pero tiene la obligación de publicar la foto con la misma licencia. Forzar que un diario masivo con copyright use un licencia abierta me sigue pareciendo una buena idea. En casos concretos, además, un colectivo o un free lance pueden llegar a imponer agenda. Así ocurrió en Brasil, cuando el colectivo Fora do Eixo, distribuyendo fotografías con Creative Commons de un evento invisible para la prensa, el festival Baixo Centro de São Paulo, consiguió portadas en todos los grandes medios del país en una edición de domingo.

Sin embargo, si los medios masivos usasen los trabajos licenciados con copyleft para ahorrar presupuesto y así no enviar a sus fotógrafos / periodistas / free lances habituales, estaríamos ante un caso de saqueo del ‘procomún’ en beneficio propio. Si el mundo estuviera compuesto por lo que Zygmunt Bauman denomina ‘comunidades éticas’, regidas por compromisos a largo plazo, no existiría este problema. Si la peer-to-peer production de pequeños productores en red que preconiza Michel Bauwens ya gobernase el planeta, tampoco veríamos estos casos. Mientras llega el momento, una posible solución a esta situación sería usar el CopyFarLeft. Dicha licencia fue propuesta hace unos años por el programador de software libre Dmytri Kleiner en su libro The Telekommunist Manifesto. Dmytri, preocupado sobre cómo el mercado obtiene beneficios del procomún, del movimiento open source y al copyleft, dio forma a una licencia abierta con algunas restricciones de mercado. The Telekommunist Manifesto, donde Dmytri adapta el Manifiesto Comunista de Karl Marx a la era de las redes, incluye algunas de las siguientes ideas:

«Para que el copyleft tenga algún potencial revolucionario debe ser Copyfarleft. Debe insistir en que los trabajadores sean dueños de los medios de producción.

Una licencia copyfarleft debe hacer posible que los productores compartan libremente y que conserven el valor del producto de su trabajo. En otras palabras, los trabajadores deben poder hacer dinero al aplicar su propio trabajo a la propiedad mutual, pero debe ser imposible que los dueños de propiedad privada hagan dinero al utilizar trabajo asalariado.

Así, bajo una licencia copyfarleft, una imprenta cooperativa propiedad de los trabajadores debe poder reproducir, distribuir y modificar el stock común como quiera, pero una compañía editorial privada no podría tener libre acceso».

Las licencias basadas en el Copyfarleft, como la Peer Production License, harían imposible que un diario de El País obtuviese lucro de una fotografía de Diagonal por una sencilla razón: los trabajadores no poseen los medios de producción. El País no está orientado al procomún y está basado en la propiedad privada. Sin embargo, el copyfarleft sí permitiría que la fotografía de Diagonal fuese republicada por La Marea (Madrid) o La Diaria (Montevideo). Creo que el copyleft, en muchas ocasiones, puede ser más útil, incidente y relevante que el copyfarleft. Puede hackear medios masivos e imponer agenda. Sin embargo, el copyfarleft puede ser muy eficiente para parar la explotación del procomún por parte de multinacionales y empresas netamente capitalistas. También es una opción interesante para el hardware abierto: tal vez algunas pequeñas firmas tecnológicas se animen a abrir su código sabiendo que las grandes multinacionales no se aprovecharán de su conocimiento.

8 comentarios

  1. Dice ser Uma

    Una vez dominada la península y nuestras colonias en Sudamérica, España declara la guerra a Canada para proteger a nuestros aliados ingleses.
    En clave interna, el partido comunista lucha por no perder su posición hegemónica.
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    07 febrero 2013 | 09:16

  2. Dice ser Ivan

    Yo lo que pienso es que da igual que sea el pais o El Levante, siempre que tú ofreces una licencia libre estás permitiendo que alguien utilice los medios que has puesto a disposición de los usuarios, ya sea para fines privados o fines comerciales. Si tú no quieres que se utilice un medio (foto,video,musica…) no lo publicas con licencias libres.
    No se puede NEGAR a el que quiere compartir que lo haga, puesto que es su decisión, su trabajo o su producto. La libertad y la democracia pasan por la libertad de decisión, que es precisamente lo que quieren impedir las multinacionales, que ven como así se las puede dejar a un lado, y que todo el poder que pudieron tener no vale nada aquí, en la red de redes.
    1saludo.

    07 febrero 2013 | 11:34

  3. Dice ser Fran

    Sinceramente, creo que en este caso el error fue Diagonal al usar esa licencia Creative Commons en concreto. Me explico, existen otras licencias CC que hubieran valido perfectamente, como la CC-by-nc-nd, esto es, reconocimiento del autor (attribution), sin obra derivada (no derivate works) y para fines no comerciales (noncommercial). Cuando El País les preguntó si podían usar su foto, simplemente podrían haberla relicenciado para ese diaria a cambio de dinero (y eso es algo que se puede hacer, ya que tú eres el dueño de tu trabajo y lo puedes relicenciar tantas veces como quieras).

    Como digo, creo que es simplemente un caso de desconocimiento de las licencias disponibles.

    07 febrero 2013 | 11:54

  4. Dice ser Esther

    ¡Buenas! Yo creo que las licencias en las fotos es un tema controvertido pero no por ellas en sí, sino por las personas que no sabemos a veces como actuar o qué se puede hacer con dichas fotos. Yo soy partidaria de compartir mis trabajos fotográficos bajo licencia Creative Commons. Ahora mismo, estoy realizando un nuevo trabajo de Carnaval más privado utilizando los álbumes digitales de la famosa marca Look and Remember. Comparto la página con vosotros por si os interesa: http://www.lookandremember.com ¡Saludos amigos!

    07 febrero 2013 | 12:47

  5. Dice ser Arturo

    De acuerdo con Fran

    Si los fotoógrafos de El Diagonal no quieren que El Pais publique gratis sus fotos (se ha quejado alguien por cierto?) que lo licencien con CC BY-NC-SA (por ejemplo) Además parece que sí lo contemplan: https://www.diagonalperiodico.net/acerca-de/licencia.html

    Con la licencia CC BY-NC-SA si La Marea quiere publicar la foto en cuestión, debería hablar con el autor, que a lo mejor lo cede gratuítamente.

    07 febrero 2013 | 19:23

  6. Me parece interesante la licencia CopyFarLeft de Dimitri, pero también es verdad que hay casos en las que los trabajadores son los dueños de los medios de producción, y tienen actuaciones propias de la empresa más capitalista.

    ¿Qué me decís de una licencia totalmente personalizable y personalista? Por ejemplo, que diga: «Autorizo a reproducir esta obra mía a todo el mundo menos a El País, El Mundo y ABC». 🙂

    14 febrero 2013 | 02:17

  7. Dice ser JT

    Bueno, no olvidemos que el copyleft se construye precisamente sobre el «criticado copyright». Tener todos los derechos sobre algo es lo que nos garantiza que podamos decidir ceder algunos, los que nosotros queramos y como queramos. Si queremos, todos.

    La del copyfarleft es una propuesta interesante. En el fondo, se trata de pasar a los posibles beneficiarios por un filtro ético, que en ese caso es el carácter más o menos colectivo o procomunal de la iniciativa, pero que podría extenderse a otro tipo de requisitos. Me ha hecho gracia la idea de Alfonso de hacer licencias con «lista negra», o incluso con «lista blanca» como las Defensive Patent Licenses, que buscan evitar «trolls» en el ámbito de la propiedad industrial.

    Personalmente no me parece el camino más sano, deberíamos ser capaces de liberar nuestro trabajo y una vez liberado, confiar en que la sociedad haga con ello lo que tenga que hacer. Pero en una época como esta de transición entre formas tan distintas de entender la propiedad intelectual, la explotación y la cultura en sí, la «libertad condicional» es una opción realmente válida.

    15 febrero 2013 | 09:27

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