Por Pablo Lozano, director del Festival Internacional de Cómic Europeo (en Facebook, Twitter e Instagram) y colaborador especializado en cómic histórico en XX Siglos. Le podéis seguir en Twitter, Facebook e Instagram, y escuchar en el podcast de cómic La buhardilla de Venger.
Más de un mes ha pasado ya desde que empezó la terrible invasión de Rusia a Ucrania, un conflicto que nos sobrecoge el corazón. Desde su comienzo, en mi caso, lo sigo día tras día con intensidad. Nada más levantarme, y antes incluso de desayunar, enciendo la tele para saber lo que les ha acontecido a los pobres pero valientes ucranianos a lo largo de la noche. Como la familia que tiene un familiar ingresado en la UCI del hospital y temerosa cada mañana pregunta si el paciente ha pasado la noche y en qué condiciones lo ha hecho.
Cada mañana y hasta el medio día recibimos un detallado parte guerra acompañado de nuevas imágenes televisivas que nos muestran las consecuencias de los bombardeos en ciudades como Kiev o Mariúpol, entre otras. Imágenes de refugiados y cifras que cada mañana crecen sin pausa y de manera aterradora. Todo ello mezclado con la impotencia de saber que no se moverá un dedo desde la Unión Europea, más allá de decidir nuevos paquetes de sanciones económicas y el envió de armas y ayuda humanitaria.
Lo inimaginable está pasando y estamos siendo espectadores de excepción de los acontecimientos.
Todo ello ha provocado que para el artículo de hoy recupere un título bastante especial y que no hace mucho volví a releer, una de tantas historias que nos habla de guerras no tan lejanas en el tiempo; guerras que están llenas de miles de microhistorias que ocuparon también en las noticias matinales un pequeño titular. Lee el resto de la entrada »