Francis Porcel, un viaje a través del cómic por las trincheras de la Primera Guerra Mundial y la Edad media

Imagen: viñeta de El Folie Bergère

Pablo Lozano es director del Festival Internacional de Cómic Europeo (en Facebook,  Twitter e Instagram) y es, desde hoy, la voz principal que os escribirá de cómic histórico en XX Siglos. Le podéis seguir en Twitter, Facebook e Instagram).

Dicen que el 2021 será mucho mejor que 2020. Yo, como eterno optimista, creo que así será.

Cuando mi buen amigo David Yagüe me propuso que iniciáramos esta sección dedicada al Cómic histórico me pareció una idea genial, ya que su página nos habla de novela histórica y ensayo histórico. ¿Por qué no hablar de cómic histórico?

Aunque la gente me relacione sobre todo con la novela histórica y el Certamen Internacional de Úbeda, también soy responsable del Festival de Cómic Europeo que se celebra cada año en la ciudad de Los Cerros. El cómic es otra de mis pasiones no ocultas y llevo leyendo y coleccionando desde la infancia. Mis padres empezaron a proporcionármelos desde pequeño y ahora soy yo el que se ocupa de que no falten en mi menú mensual de lecturas. Con el tiempo, al igual que con las novelas, me terminé decantando por ciertos géneros dentro del noveno arte. En este caso el cómic histórico o con contextos históricos y de producción europea  han sido de los que más han proliferado en mi estantería.

Espero que casi treinta años de lectura de este género me permitan abriros una ventana a todos aquellos que seguís este blog día tras día. En la sección realizaremos diferentes tipos de artículos, avanzaremos las que consideramos novedades más interesantes, reseñaremos algunos de  los títulos que vayan apareciendo y realizaremos entrevistas a autores nacionales e internacionales. Siempre y cuando nos lo permitan las batallas del día a día.

Para comenzar quiero arrancar charlando con uno de nuestros autores patrios y con una presencia continuada en el mercado europeo. Me refiero al dibujante granadino Francis Porcel (podéis seguirle en redes sociales en Facebook, Twitter e Instagram). Sus pinceles han formado un tándem muy habitual con el guionista belga Zidrou. A lo largo de estos últimos años, en España, hemos podido disfrutar de varias de sus obras de corte principalmente histórico, todas publicadas por Norma editorial. He tenido la suerte de que sea invitado del festival  de Úbeda en tres ocasiones, la última el pasado mes de octubre de 2020, en la VIII edición del Festival de Cómic Europeo de Úbeda, que se celebró a pesar de la pandemia.

Allí estuvimos hablando sobre Caballero Brayard, su última obra publicada en España, aunque también sobre su obra premiada, El Folies Bergère.

Para que no os pille desprevenidos os dejo antes una sinopsis de ambas obras.

El Folie Bergère: Un relato sobre la Primera Guerra Mundial que conjuga los miedos y penurias de la guerra con varios sucesos increíbles y paranormales. La compañía El Folies Bergère está revolucionada, sus integrantes están cansados del frío y del barro, y además, uno de ellos, Rubignoles, ha sido condenado a muerte por intento de deserción, pero se niega a morir, aunque le disparen a quemarropa. Hay quien dice que es un milagro, otros que es justicia porque ningún francés merece ser asesinado por los suyos en medio de una guerra como esta. Para solucionar el caso, el Estado Mayor enviará al sacerdote Erick Peyroux para que examine la situación. Pero la guerra continúa y el horror en las trincheras nunca para…

Foto: Portada española El Folie Bergère

El Caballero Brayard: Tras muchos años de ausencia, el caballero Brayard regresa a sus tierras de Porcela Santa Gerturdis. Cansado, y con las heridas todavía abiertas, nuestro buen soldado de Dios partirá de nuevo a Tierra Santa para acompañar a una joven cautiva: la princesa Hadiyatallah. Un emotivo relato picaresco protagonizado por un trío de personajes.

Imagen Caballero Brayard

Entrevista a Francis Porcel

¿Qué hizo que fueras elegido para dibujar Le Folies Bergère? Es una obra de la Primera Guerra Mundial en la que los protagonistas son franceses y hay autores franceses que han plasmado el conflicto en otras ocasiones…

Acababa de terminar una serie de mucha acción y mi editor me preguntó en qué nuevo tema me gustaría trabajar. En este caso, yo le transmití que llevaba mucho tiempo dándole vueltas a realizar un cómic sobre la Primera Guerra Mundial. Era una temática que me atraía mucho.

Es muy raro que normalmente sea el dibujante el que decida la temática sobre la que trabajar. Por lo que el cómic surge desde mi iniciativa y la editorial decidió que el guionista de la idea que yo tenía en la cabeza fuera Zidrou.

Foto: Una página de El Folie Bergére

Considero que Le Folies Bergère es una obra donde hay una conjunción perfecta entre los acertados textos y el dibujo. Al  principio encontramos un párrafo que nos introduce rápidamente en la historia.

Una moneda por topo es lo que tu padre nos daba. Una moneda por topo y el derecho a disparar su revólver.

Pues bien mi amor, mi añorada. Hoy los topos somos nosotros.

Aunque no estoy seguro de que valgamos una moneda por cabeza

¿Cómo te preparaste para lo que tendrías que plasmar en la obra?

Como indiqué anteriormente ya llevaba casi dos años coqueteando con la temática, informándome, leyendo, aprendiendo y empezando a dibujar bocetos del conflicto. Entre la preparación y la ejecución del proyecto fueron casi cuatro años de trabajo.

Cuando mi compañero Zidrou me pasó el guión, me di cuenta de que tendría que ser un cómic muy humano, sin planos espectaculares ni grandes batallas, lo cual fue un reto, ya que venía de dibujar series de mucha acción. La obra era un cómic muy humano donde debía reflejarse como si el dibujante llevase una cámara al hombro en el interior de una trinchera, escuchando, oliendo y pasando frío como los personajes que forman parte de esta obra coral.

¿La elección de los colores y la predominancia de los grises y negros fue una elección tuya? ¿También la idea de presentar los recuerdos fuera de la trinchera de los protagonistas en colores más cálidos y vivos?. En algunos momentos se deja ver alguna nota de color en la trinchera ¿Por qué?

El tema de los colores surgió sobre la marcha. En un principio el cómic iba a ser a todo color, pero mi editor me aconsejó y me indicó un camino que al final fue lo que hoy se ve en la obra. Al final las referencias fueron la gama de grises, negros y blancos de las fotos de la  época que hoy día conservamos y podemos observar. Eso es lo que debía trasmitir cada viñeta para sumergirnos en aquel conflicto y las personas que lo padecieron.

Quiero decir que los editores, aunque permanezcan normalmente a la sombra, realizan un trabajo excepcional y, además de ser nuestros más críticos seguidores, también son un apoyo fundamental porque conocen bastante bien al público.

Cuando los colores vivos aparecen en las páginas es un buen recurso narrativo que utilizamos para centrar la atención del lector sobre ciertos elementos que nos interesan.

Foto:Una imagen de El Folie Bergére

Me encanta como aparece la crudeza del contexto en las conversaciones entre los soldados. Hay muchos diálogos y frases que inducen a la reflexión como «Aquí las palabras no quieren decir lo mismo. «Guerra»,»Deber»,»Mostaza», por ejemplo cobran otro significado» o «En el fondo ser cura es practico…No dejas a nadie cuando te vas a la guerra, ni mujer, ni prometida, ni hijos…A nadie». Entiendo que eso forma parte de la labor de tu compañero Zidrou. ¿Qué tal es trabajar con él?

Trabajar con Zidrou es fantástico. Ya lo he hecho en diferentes ocasiones  y siempre sabes que te va a dar diálogos potentes e historias originales.

Esto nos supone un reto a los dibujantes para no desperdiciar esos momentos. Cada diálogo que plasma tiene una importancia en la historia. Nunca trata de meter páginas de diálogo para intentar rellenar espacio.

Foto: Viñeta de Caballero Brayard

Menudo salto estar dibujando la Primera Guerra Mundial y de repente pasar al siglo XIII aunque ya entre medias pudimos disfrutar de tu obra Bufón.

Al igual que con Le Folie Bergère también fue elección mía el dar el salto hacía la Edad Media, un tema atractivo que me llevó mucho trabajo de preparación. En este caso no contábamos con fotos de la época. Por lo que la preparación del vestuario, arquitectura…, fue más complejo.

Para la construcción de la parte estética y el dibujo me  inspiré en los cómics de Astérix. Quería  que transmitiese ese espíritu. Los colores, la ropa, siluetas muy definidas. Mucho más vivo y jovial que la obra anterior.

Una de las cosas que más destacaría del Caballero Brayard es como poco a poco los personajes se van dando a conocer y el cariño que uno les va tomando. ¿Que nos puedes decir sobre Brayard, Hadiyatallah y Reinaldo?.

Cuando planteé los personajes tenía claro que debían trasmitir ciertas cosas. En Brayard quería que el lector percibiera masculinidad, brutalidad y, ante todo, que era una buena persona. La pequeña Hadiyatallah sería una chica valiente, feminista, superviviente y con dotes de manipulación. Mientras que el pegamento que uniría al grupo sería el fraile Reinaldo, que será el narrador de la historia. Reinaldo representa en este caso al lector. Es inocente, estudioso y con poca vida real recorrida.

En su plasmación intenté en todo momento transmitir esos sentimientos.

Foto: Imagen de Caballero Brayard

Aunque en España tus obras salgan siempre después que en el mercado franco-belga ¿veremos algo nuevo pronto tuyo en el mercado? ¿Sobré que estás trabajando ahora?

En breve, y de mano de la editorial Ponent Mont, saldrá en España Los Mentores (aquí tenéis más información y sinopsis en español). En este caso no se desarrolla en ningún escenario histórico. Transcurre en la actualidad y mezcla la mitología con la ciencia ficción. El guionista sigue siendo mi buen amigo Zidrou.

En Francia, en cambio, estoy enfrascado ahora mismo en el segundo tomo de una obra de la Primera Guerra Mundial Pinard de guerre  junto con el guionista Philippe Peláez. De esta no hay noticias todavía que vaya a salir en España. En este caso nos han puesto de la editorial a un asesor histórico que va revisando uniformes y algunos detalles que se nos pueden escapar.

Portada edición francesa “Les Mentors”

Foto: Avance del cómic Pinard de Guerre

Mi opinión es que ambas obras son recomendables, aunque sus estilos y tono sean muy diferentes. Para los amantes de la Primera Guerra Mundial no deberían esperar de El Folie Bergére una obra llena de cargas a la balloneta, sino más bien un cómic reflexivo e intimista donde los diálogos y los acontecimientos nos llevarán a través de una historia que en muchos momentos tiene algunos componentes mágicos.

Por otra parte el Caballero Brayard es una estupenda historia de aventuras en las que en muchos momentos esbozaremos una sonrisa debido a la chispa de los diálogos. He de decir que el dibujo me ha parecido maravilloso y en algunos momentos me recordaba a la película de Disney Merlín el encantador.

Por cierto, Francis Porcel ha regalado a todos los lectores de XX Siglos una ilustración para felicitar el 2021, esperamos que os guste… Y, a continuación, tenéis un vídeo con cómo hizo la felicitación para que disfrutéis del artista en acción.

Por Francis Porcel.

 

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